Cuba prepara un programa sustentable para el control del dengue, que podría servir como referencia a países de América Latina donde esa enfermedad es el principal problema de salud.
Se trata de un plan a largo plazo que deberá garantizar la erradicación del dengue en Cuba, azotada por tres epidemias entre 1977 y 1997, y alejar del hábitat humano el mosquito trasmisor, el Aedes aegypti, según fuentes oficiales.
Cortar el ciclo de reproducción del mosquito para interrumpir la cadena de contagio es la mejor opción posible mientras no se desarrolle una vacuna contra las cuatro variedades conocidas del virus de la enfermedad, la peor de las cuales, el dengue hemorrágico, puede conducir a la muerte.
Ante un rebrote del dengue en La Habana, ciudad de 2,2 millones de habitantes, las autoridades iniciaron el 12 de enero una ofensiva contra el Aedes aegypti que involucra a unas 11.000 personas, entre fumigadores, inspectores y expertos, para la cual fueron invertidos hasta ahora 12,5 millones de dólares.
«Que no quede ni una larva para contar el cuento» es la consigna de la campaña, apoyada en los Comités de Defensa de La Revolución, organización de vecinos agrupados por área de residencia, y de los médicos de familia, base del sistema de atención primaria de salud.
Al cabo de 40 días de fumigación casa por casa y empresa por empresa y la eliminación de todo criadero de mosquitos detectado en los 19 municipios de la ciudad, el índice de infestación en La Habana se redujo de 0,6 a 0,09 por ciento de los sitios inspeccionados.
También disminuyó el índice de contagio, de 58 a 11,5 por cada 100.000 habitantes.
Al inicio de la campaña, el presidente Fidel Castro reconoció la gravedad de la situación, con 1.601 enfermos y la muerte de dos personas por dengue hemorrágico en la capital. Luego, en un programa especial de televisión, las autoridades admitieron que hubo momentos en que se registraron hasta 110 casos diarios.
En todo caso, la incidencia de la enfermedad es significativamente menor que en otros países de América del Sur y Central, a los cuales Castro ofreció colaboración.
Desde inicios de año hasta el 6 de este mes, en el estado brasileño de Río de Janeiro, de 14 millones de habitantes, se habían registrado 69.427 casos de dengue, 826 de la variedad hemorrágica, y 27 muertes por esa causa.
Entre las naciones más azotadas por el dengue también figuran Costa Rica, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Panamá, Perú, Paraguay y Venezuela, países donde el año pasado se contabilizaron medio millón de casos.
La situación de América Latina mejoró a fines de los años 50 y principios de los 60, pero el dengue resurgió entre 2000 y 2001, comentó la responsable de la campaña contra la enfermedad en Cuba, Elia Rosa Lemus.
La experta participó hace dos años en el control de un brote de dengue que causó la muerte de 35 niños en El Salvador, pero ese país vive de nuevo en alarma epidémica debido al abandono de las medidas de control, explicó la experta.
También Cuba se descuidó, y el temido dengue retornó luego de 14 años (1982-1996) en que no se registró caso alguno, logro atribuido a una efectiva vigilancia clínica, epidemiológica y de los criaderos de insectos.
El rebrote dejó en evidencia la necesidad de un programa permanente contra el Aedes aegypti, que requiere voluntad política, activa participación de la comunidad, coordinación entre las distintas instituciones del país y la aplicación estricta de la ley sanitaria, según las autoridades.
Si alguno de esos principios falla, el control del dengue perderá toda sustentabilidad, advirtió el director del Instituto de Medicina Tropical «Pedro Kouri», Gustavo Kouri.
Kouri, cuya entidad está a cargo de la preparación técnica del plan, que incluye la capacitación de personal, señaló que Cuba deberá realizar una fuerte inversión para implementar un sistema integrado de reciclamiento de residuos y reparar las instalaciones de almacenamiento y abastecimiento de agua potable.
La basura suelen acumularse en hogares, terrenos y locales abandonados, mientras el mal estado de las redes de distribución de agua obliga a las familias a mantener reservas en recipientes que, de no mantenerse cubiertos, pueden convertirse en criaderos del mosquito transmisor del dengue.
«Sin soluciones permanentes para estos problemas, pronto estaremos igual que al inicio de la campaña», advirtió un médico de familia del municipio Plaza, que junto al de Habana Vieja figura entre los más afectados de la capital.
La metodología empleada por Cuba en la campaña contra el Aedes aegypti «constituirá una referencia a tomar en cuenta» por otras naciones, sostuvo, por su parte, el representante de la Organización Panamericana de la Salud en Cuba, Patricio Yépez.
«La lucha tiene que ser entre todos los países», señaló Yépez, quien advirtió que, dado el desarrollo del transporte y las condiciones ambientales, el mosquito transmisor del dengue «no tiene barreras ni fronteras» pues se traslada «de un extremo a otro del planeta con mucha facilidad». (FIN/IPS/pg/mj/he/02