R.D.CONGO: Guerra económica socava diálogo de paz

Las negociaciones para poner fin a la guerra que desde 1997 devasta la República Democrática de Congo (RDC) están lejos del objetivo de la paz, pues la principal preocupación de los combatientes son los valiosos recursos naturales del país, y no el desarme.

El denominado Diálogo Intercongoleño reúne a casi 400 delegados en la meridional ciudad sudafricana de Sun City, y deberá prolongarse hasta fines de este mes.

«La mayoría de los grupos representados en las conversaciones dependen de la economía de guerra para obtener su riqueza, pertenecen a la elite militar, y no tienen la confianza ni el respaldo popular», señaló Hussein Solomon, un experto en asuntos internacionales de la Universidad de Pretoria, en Sudáfrica.

Investigadores de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) han advertido que la guerra por el control de recursos forestales y minerales como cobalto, diamantes y oro ha socavado los esfuerzos de paz.

En la RDC, de 60 millones de habitantes, se enfrentan las fuerzas del presidente Joseph Kabila, apoyadas por Angola, Namibia y Zimbabwe, a milicianos rebeldes respaldados por Uganda y Ruanda.

Unos 2,5 millones muertos y más de 1,3 millones de desplazados es el saldo de cinco años de guerra, según datos de la ONU.

El gobierno de RDC suspendió su participación en las conversaciones de paz el 14 de este mes, alegando que soldados ruandeses lanzaron un «ataque masivo» en la región oriental del país.

El Consejo de Seguridad de la ONU exigió el fin de los combates, pese al retiro del gobierno del diálogo de Sun City, y y exhortó a quienes aún siguen en la mesa de conversaciones a «sostener su trabajo en un espíritu de consenso».

Ruanda negó las acusaciones del gobierno de Kabila y, aunque no participa de las negociaciones, mantiene su delegación en Sun City, para que el proceso siga a flote.

Otra amenaza a la continuación del diálogo de paz fue la demanda de rebeldes de renuncia de Kabila a la presidencia antes del fin de las conversaciones. La discusión de esa exigencia ha sido suspendida.

Varios grupos insurgentes abandonaron este mes la mesa de diálogo por discrepancias sobre su propuesta integración a un ejército nacional unificado. Finalmente, volvieron a negociar, pero poco después se produjo el retiro de los delegados del gobierno.

Los rebeldes sostienen que el gobierno se siente fortalecido por la reelección la semana pasada en Zimbabwe del presidente Mugabe, aliado de Kabila. Zimbabwe mantiene unos 14.000 soldados en la RDC.

El insurgente Movimiento Congoleño por la Democracia, respaldado por Ruanda, cree que la reelección de Mugabe fue decisiva para el retiro del gobierno de las negociaciones de paz.

Angola, que también apoya a Kabila, podría replegar sus tropas, pues está poniendo fin a su guerra con el movimiento rebelde Unión Nacional para la Independencia Total de Angola (UNITA).

El gobierno angoleño detuvo el 13 de este mes su ofensiva contra la UNITA y ofreció una amnistía a los combatientes, después de la muerte en febrero del líder insurgente, Jonas Savimbi.

La única solución para la RDC es la conformación de una única fuerza militar, que asegure la paz, dijo Solomon. Pero los analistas militares creen que, para controlar un país de las dimensiones de la RDC, se necesitaría un ejército de al menos 100.000 soldados.

La misión de la ONU en la RDC sólo tiene unos pocos miles de integrantes y su papel se limita a observar las violaciones de los acuerdos de cese del fuego que deberían estar en vigor en el país. (FIN/IPS/tra-en/as/mn/lp-ff/ip/02

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