PORTUGAL: La derecha regresa al poder

La derecha logró retornar al gobierno de Portugal, tras seis años de ausencia, al lograr la mayoría absoluta del parlamento en elecciones legislativas anticipadas.

El Partido Socialista (PS), que gobernó desde 1995, fue derrotado el domingo no por la fuerza de una derecha moderna y locuaz, sino por la debilidad e indecisión que caracterizaron la gestión del primer ministro Antonio Guterres, según la mayoría de los analistas.

El derechista Partido Socialdemócrata (PSD) obtuvo en los comicios del domingo 40 por ciento de los votos, frente a 38 por ciento del PS, y deberá aliarse con el Centro Democrático Social/Partido Popular (CDS/PP), de derecha nacionalista, para reunir la mayoría absoluta del congreso legislativo.

El PSD, cuyo líder José Manuel Durao Barroso será el próximo primer ministro, logró 102 de los 230 escaños del parlamento unicameral, y el CDS/PP, partido encabezado por Paulo Portas, 14, con 8,75 por ciento de los votos.

Portas propuso en la campaña electoral restricciones a la inmigración, el fortalecimiento de la policía, el canto obligatorio del himno nacional por los alumnos al inicio de la jornada escolar, y la satisfacción de las reivindicaciones de quienes combatieron en las guerras coloniales.

Con Portas en el gobierno, el denominado «paraíso lusitano», podría convertirse en un infierno para los cerca de 350.000 trabajadores inmigrantes, en especial procedentes de ex colonias africanas y de Brasil, y también de Ucrania, Moldavia y Rumania.

El presidente Jorge Sampaio deberá convocar a los líderes de los partidos con representación parlamentaria para la formación del gobierno. Durao Barroso dijo en la madrugada de este lunes, al celebrar su victoria, que presentará al jefe del Estado una propuesta «para dar una solución de estabilidad al pais».

La crisis política estalló tras la contundente derrota del PS en las elecciones muncipales del 17 de diciembre, tras las cuales todas las grandes ciudades quedaron en manos del PSD, lo que determinó la renuncia del primer ministro Antonio Guterres, cuyo segundo periodo al frente del gobierno había comenzado en 1999.

La mayoría de los votantes del PSD no votaron a favor de ese partido, sino contra los socialistas, según los observadores.

Gutérres nunca optó por la derecha ni por la izquierda, según el diario Público, de Lisboa, porque «a veces quiso ser (como) el progresista (primer ministro francés Lionel) Jospin y otras (como el jefe del gobierno británico Tony) Blair, el más conservador de los socialistas europeos».

Durao Barroso, líder poco carismático y con escasa preparación en la economía, el área mas sensible del gobierno, debió enfrentarse con el nuevo secretario general del PS, el economista Eduardo Ferro Rodrigues.

Sin embargo, ambos dirigentes, con antecedentes políticos en la extrema izquierda, coincidieron en la aceptación sin restricciones de la economía de mercado y del proceso de globalización.

Durao Barroso fue dirigente en los años 70 del maoísta Partido Comunista de los Trabajadores de Portugal/Movimiento Revolucionario del Partido del Proletariado, y Ferro Rodrigues perteneció al Movimiento de la Izquierda Socialista, que calificaba al sector del futuro primer ministro de «reformista burgues».

Ferro Rodrigues «consiguió lo imposible: no ser tomado como un segundo Guterres», sostuvo el ex diputado del PSD y columnista del Diario de Noticias de Lisboa, Vasco Pulido Valente. De ese modo, afirman los observadores, perdió las elecciones pero logró consolidarse como máximo dirigente socialista.

«Nunca nadie desperdició tanto capital político en tan poco tiempo como Durao Barroso», sostuvo Pulido Valente al analizar los resultados. En diciembre, el líder derechista gozaba, según las encuestas, de una diferencia de 12 puntos porcentuales sobre los socialsitas.

«Con una semana más de campaña, el PSD habría perdido las elecciones, a no ser que Durao Barroso se hubiese mantenido en silencio», dijo a IPS por el cineasta José Fonseca e Costa, una de las escasas personalidades de izquierda que apoyaron al PSD.

Fonseca e Costa no eligió su voto por comulgar con las ideas del partido derechista, sino contra la política cultural del PS.

El director de Público, Jose Manuel Fernandes, afirmó que Durao Barroso «tuvo la mayoria absoluta en su mano y la dejo escapar».

Otro aspecto de relieve en el nuevo esquema político es el declive del Partido Comunista Portugues (PCP), uno de los mas ortodoxos del mundo occidental, cuya votación bajó de nueve a siete por ciento entre las elecciones de 1999 y las del domingo.

Por su parte, el Bloque de Izquierda, al que apoyan ciudadanos desilusionados por un sistema que no encuentra una válvula de escape en los partidos tradicionales, logró afirmarse como partido con representación parlamentaria, con una presencia que subió de dos a tres diputados.

«con estos resultados, tenemos una resurrección, un casamiento y un funeral. La resurrección es la del CDS/PP, que ya estaba en estado de coma profundo, el casamiento es de Portas con el PSD y el funeral, el del PCP», afirmó este lunes el comentarista televisivo Miguel de Sousa Tavares. (FIN/IPS/mdq/mj/ip/02

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