El aumento de los rebaños en Africa, Asia y Medio Oriente y Asia deteriora con rapidez las tierras de pastoreo y causa grandes pérdidas a la propia actividad ganadera, según un estudio de la organización ambientalista Earth Policy Institute.
La sobrepoblación de ganado vacuno, ovino y caprino afecta sobre todo a Africa, Medio Oriente, Asia Central, el norte del subcontinente indio, Mongolia y el norte de China, indicó Lester Brown, director de la organización, que tiene su sede en Washington.
El activista piensa que la solución es «estabilizar la población de ganado en niveles inferiores y sustentables, y recuperar las tierras degradadas, lo cual exigirá un enorme esfuerzo».
La cantidad mundial de vacunos aumentó de 720 millones en 1950 a unos 1.500 millones en 2001, según estadísticas de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés).
Ese fenómeno se debe en especial al aumento de la población humana y a la creciente demanda de carne de los países en desarrollo.
En el mismo periodo, el número de ovejas y cabras creció de 1.040 millones a 1.750 millones.
Desde mediados del siglo pasado, 20 por ciento de las tierras de pastoreo del planeta, o sea unos 680 millones de hectáreas, han sido degradadas por una cantidad excesiva de ganado, señaló Christopher Delgado, investigador asociado del Instituto Internacional de Investigación de Política Alimentaria.
El pastoreo excesivo reduce en forma difícil de revertir la fertilidad del suelo y la cantidad de ganado que puede ser criado, y en algunos casos el proceso conduce a la desertificación, destacó Brown.
En la actualidad, la población de ganado de casi todos los países en desarrollo tiene necesidades alimentarias que superan la disponibilidad de pasturas y forraje, indicó.
En Africa, donde unos 230 millones de vacunos, 246 millones de ovinos y 175 millones de caprinos son alimentados en forma casi exclusiva mediante pastoreo, es frecuente que 50 por ciento o más del ganado de un país sea excesivo en relación con la disponibilidad de pasturas, explicó.
En India, el país con mayor cantidad de vacunos, las necesidades alimentarias del ganado fueron unas 700 millones de toneladas de pasto en 2000, pero la producción sustentable es unas 540 toneladas, advirtió.
«En estados indios donde existe grave degradación de suelos, como el noroccidental de Rajasthan o el sudoccidental de Karnataka, el alimento disponible para el ganado cubre de 50 a 80 por ciento de las necesidades, y eso implica gran cantidad de animales desnutridos e improductivos», afirmó.
China tiene problemas similares, en especial en su región noroccidental, donde la ausencia de barreras a la circulación del ganado impide el uso rotativo de terrenos de pastoreo, y las reformas de 1978 para avanzar hacia una economía de mercado estimularon el aumento de los rebaños familiares, apuntó.
En el condado de Gonge County, en la oriental provincia china de Qinghai, las pasturas disponibles pueden alimentar en forma sustentable a unos 3,7 millones de ovinos, pero a fines de 1998 la población ovina llegó a 5,5 millones, y el resultado fue un proceso de desertificación, dijo.
China y Estados Unidos tienen similar potencial de pastoreo sustentable, pero en China hay 130 millones de vacunos y 290 millones de ovinos y caprinos, mientras en Estados Unidos hay 98 millones de vacunos y nueve millones de ovinos y caprinos, según datos de la FAO.
Una de las causas de esa diferencia es que la población china es 4,6 veces la estadounidense.
Funcionarios chinos han calculado que la desertificación afecta cada año 2.330 kilómetros cuadrados de ese país, y consideran la posibilidad de frenar el avance de los desiertos mediante el desarrollo de barreras boscosas, informó Brown.
Según un informe publicado en 1995 por la revista científica Journal of Arid Environments, el pastoreo excesivo determinaba pérdidas de productividad ganadera de más de 23.000 millones de dólares anuales, y dos tercios de esas pérdidas se registraban en Asia, con 8.300 millones, y Africa, con 7.000 millones.
Las pérdidas registradas hace seis años en América del Norte fueron 2.800 millones de dólares, y en América del Sur 2.000 millones.
Una de las claves para afrontar el problema es extender el empleo como forraje de residuos de cosechas, que suelen emplearse como combustibles o fertilizantes, afirmó Brown.
China, el mayor productor mundial de arroz y trigo, tiene gran potencial en la materia, ya que dispone de unos 500 millones de toneladas anuales de esos residuos, señaló.
La experiencia en la materia de las provincias centroorientales de Anhui, Hebei, Henan y Shandong ha logrado productividad ganadera muy superior a la de las noroccidentales de Mongolia Interior, Qinghai y Xinjiang, donde se alimenta al ganado mediante el pastoreo, explicó.
Otros investigadores estudian procedimientos de recuperación de tierras degradadas por pastoreo excesivo en países en desarrollo, y el Centro de Investigación Agrícola en Areas Secas, con sede en Siria, ha desarrollado técnicas de bajo costo con ese objetivo.
Uno de los procedimientos se realiza con una herramienta sencilla que rotura la tierra para formar dobles hileras de surcos superficiales, separados por unos 20 centímetros, y a la vez siembra nuevas pasturas en esos surcos. (FIN/IPS/tra- eng/dk/aa/mp/en/02