La incertidumbre sobre la nueva estrategia nuclear de Estados Unidos y la inminencia de una ataque contra Iraq alarman a los países de Asia, que temen verse arrastrados a una crisis por la política exterior de Washington.
Japón podría verse sumergido en un enfrentamiento político interno si Estados Unidos le reclama su respaldo a una acción militar contra Iraq, y si Washington no logra poner en marcha negociaciones con Corea del Norte, crecerá el peligro de un conflicto militar entre las dos Coreas, afirmaron analistas.
Cualquiera de estas posibilidades afectará las relaciones de Estados Unidos con China.
Este es el escenario que emergió tras la visita del presidente George W. Bush a Japón, Corea del Sur y China, a fines de febrero.
La gira asiática de Bush, la primera de su mandato, cobró importancia luego que el mandatario advirtió en enero a Corea del Norte, Irán e Iraq —naciones que conforman en su opinión el «eje del mal»— que podían ser blanco de ataques para evitar que desarrollen armas de destrucción masiva.
Aunque Bush intentó atemperar sus afirmaciones, asegurando en Seúl que su país no tiene intenciones de invadir Corea del Norte, sus definiciones y su negativa a informar a sus aliados sobre los cambios de su política exterior se yerguen como una amenaza sobre la región.
A este complicado panorama se sumó la publicación de la «Revisión de la postura nuclear», un documento secreto elaborado por el Departamento de Defensa que sugiere la fabricación de nuevas armas nucleares y define siete objetivos potenciales: Corea del Norte, China, Libia, Irán, Iraq, Rusia y Siria.
El documento, revelado por la prensa estadounidense y confirmado de hecho por Washington, propone ampliar el uso potencial de arsenal atómico ante estados hostiles que posean armas de destrucción masiva, ante un conflicto entre Corea del Sur y del Norte, o un intento de China de recuperar Taiwan.
Bush dijo la semana pasada que «todas las opciones están sobre la mesa» para combatir a los estados hostiles y advirtió al presidente de Iraq, Saddam Hussein, que el enfrentamiento es inevitable. «El es un problema, y nos ocuparemos de él», sostuvo el mandatario.
En protesta por ser considerada un objetivo nuclear, Corea del Norte aseguró el jueves que revisará todos sus acuerdos con Estados Unidos, inclusive el Acuerdo Marco de 1994, que puso fin a su programa nuclear a cambio de la construcción de dos reactores atómicos de agua ligera.
«Si los planes de Estados Unidos son ciertos, es el primer ejemplo de cómo el grupo de Bush, que ya ha alarmado a la comunidad internacional con su fanática ambición de controlar el mundo, está desechando su promesa de no usar armas nucleares», aseveró la cancillería norcoreana.
Mientras tanto, en Seúl muchos temen que la posición de Bush liquide la política de acercamiento con Pyongyang, concebida por el presidente Kim Dae Jung.
«Nos sentimos muy conmovidos al escuchar la definición del 'eje del mal'», sostuvo el corresponsal sudcoreano Shin Kyoung-min, de la cadena Munwha Broadcasting Corporation.
Para comprometer a Pyongyang, Seúl necesita la ayuda de Estados Unidos, pero «repentinamente Bush dio vuelta la lógica, la historia y el contexto», y por tanto «estamos viendo la muerte de la política de acercamiento», sostuvo Shin esta semana en un seminario.
El periodista subrayó que los elementos clave del Acuerdo Marco, como la entrega de los componentes para la construcción de los reactores por parte de un consorcio estadounidense y sudcoreano, están previstos para 2003 y 2004.
Pero según la coyuntura, «el año próximo será mucho más peligroso y Corea continuará en una situación inestable», dijo Shin en el seminario organizado por la Sasakawa Peace Foundation.
Las últimas medidas de Bush despiertan serias dudas sobre el respaldo japonés a la próxima fase de la guerra contra el terrorismo, estimó el corresponsal del diario japonés Asahi, Miura Toshiaki.
Muchos japoneses opinan que la guerra de Estados Unidos en Afganistán y el apoyo sin precedentes que Tokio le brindó se justificaron por el horror de los ataques del 11 de septiembre contra Nueva York y Washington, arguyó Toshiaki.
Pero la popularidad del primer ministro Junichiro Koizumi ha caído en picada por su incapacidad para llevar adelante las reformas económicas que Japón necesita, y el discurso de Bush y sus amenazas a Iraq han erosionado velozmente el respaldo popular a la guerra, aseguró Toshiaki.
«A los ojos japoneses, el 'eje del mal' es demasiado simplista. Estamos viendo al mismo Bush que rechazó el Protocolo de Kyoto (sobre Cambio Climático) y se retiró del Tratado de Prohibición de Ensayos Nucleares», afirmó.
Mientras algunos miembros del partido gobernante se oponen a la guerra contra Iraq, un ensanchamiento de la brecha entre el gobierno y la población «podría resultar fatal para Koizumi», arguyó.
El primer ministro «podría enfrentar una crisis política si respalda la guerra contraviniendo el sentimiento popular y sin un firme apoyo del parlamento» y Washington no debería dar por descontado el respaldo japonés a una escalada bélica, estimó.
Simultáneamente, la nueva política nuclear de Bush despierta la sensibilidad de la ciudadanía japonesa, que mantiene vivo el recuerdo de la tragedia desatada por Estados Unidos en 1945, cuando arrojó dos bombas atómicas sobre las ciudades de Hiroshima y Nagasaki.
Aunque en su gira por Asia, Bush desestimó las diferencias que mantiene con Seúl sobre Corea del Norte, «no se retractó de la política definida en enero», advirtió Jim Mann, analista del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales y ex corresponsal del diario Los Angeles Times.
El gobierno actúa ante China y Corea del Norte «pensando en términos de presión, de realismo político y poniendo en juego su poder de negociación», dijo Mann.
«Al igual que (el ex presidente) Ronald Reagan apeló a la expresión 'imperio del mal' para comprometerse tres años más tarde en negociaciones con la Unión Soviética, la política de Bush puede estar creando un contexto para negociar más tarde con China y Corea del Norte», opinó Mann.
El analista predijo que esas negociaciones podrían iniciarse el año próximo. (FIN/IPS/tra-eng/ts/js/dc/ip/02