Trabajadores de salud y activistas de India acusan a agencias internacionales de exagerar la magnitud de la epidemia nacional de sida, distorsionando las prioridades sanitarias del país.
El gobierno de India fue el primero en referirse a proyecciones exageradas, aunque para algunos activistas las autoridades también han incurrido en gruesos errores.
Exasperado por un informe del Programa Conjunto de las Naciones Unidas para el VIH/Sida (Onusida), según el cual cuatro millones de indios murieron en 1999 de sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida), el ministro de Salud, C.P. Thakur, fue el primero en cuestionar las estadísticas internacionales.
Sólo el Ministerio y su Organización Nacional de Control del Sida (NACO) cuentan con capacidad para reunir estadísticas y la autoridad para publicarlas, sostuvo Thakur.
«La determinación de la tasa de mortalidad requiere bases científicas. Estamos buscando varias alternativas para alcanzar cifras exactas», admitió el representante de Onusida en India, David Muller.
Sin embargo, las cifras publicadas por la NACO no son mejores. La organización redujo de ocho millones a cuatro millones los casos de sida registrados en 1998, en una población de 1.000 millones de personas.
Curiosamente, la cantidad de portadores de VIH (virus de inmunodeficiencia adquirida), causante del mal, en el meridional estado de Kerala permaneció igual por varios años, mientras la incidencia de la epidemia en el oriental estado de Manipur cayó de 18 por ciento, la mayor del país, a 0,4 por ciento.
«Hay decenas de organizaciones no gubernamentales (ONG) que existen sólo en los papeles y han hecho fortunas con la amenaza del sida. Hable con cualquiera que conozca la situación en Manipur y la región nororiental», sostuvo el escritor Sanjoy Hazarika.
La enorme cantidad de casos de VIH que la NACO registró durante varios años en Manipur estaba más relacionada con la generosa financiación de organizaciones internacionales que con el verdadero estado de la epidemia, sugirió Hazarika.
Las estadísticas sanitarias poco confiables no son un problema nuevo en India. Trabajadores y activistas se quejan de ser manipulados para respaldar políticas o programas impulsados por ciertos grupos.
Pero las cifras sobre sida saltan a la vista debido a la gran cantidad de recursos internacionales disponibles para campañas contra la epidemia, mientras faltan fondos para problemas sanitarios acuciantes, como el lamentable estado de la atención primaria de salud.
Por ejemplo, el programa de vacunación no incluye la vacuna contra la hepatitis, que mata a millones de personas por año.
Sólo un programa de la NACO, dispone de más de 350 millones de dólares otorgados por el Banco Mundial, una cifra incomparable a los recursos de programas para combatir infecciones endémicas como la malaria y la tuberculosis.
La semana pasada, el pánico se apoderó de los septentrionales estados de Himalaya Pradesh y Uttaranchal por un brote de peste que mató a cuatro personas y causó la internación de otras 20.
Se supo entonces que el sistema de vigilancia epidemiológica de la peste en la región septentrional fue desmantelado hace diez años por escasez de recursos.
«Quienes dirigen el Ministerio de Salud tienen acceso a enormes préstamos del Banco Mundial y, a cambio, éste interfiere en las políticas sanitarias de un modo imposible hasta hace unos años», sostuvo Purushottaman Mulloli, del Consejo de Acción Conjunta, una coalición de ONG sobre salud y derechos humanos.
El costo anual de los tratamientos para cuatro millones de afectados por el sida ascendería varios miles de millones de dólares, advirtió Mulloli.
Esto representa un enorme mercado para la industria farmacéutica, mientras los problemas de la atención primaria se dejan de lado, agregó.
La gubernamental NACO puso en marcha este mes un proyecto para veririficar la eficacia del medicamento Zidovudine (AZT) en la prevención del contagio madre-hijo en Nueva Delhi, aunque no existen mecanismos para el control de los casos de trasmisión prenatal.
Lor errores de estimación sobre la magnitud del sida podrían causar «enormes gastos públicos y anuncios de infecciones evitadas cuando esas dimensiones epidémicas no existieron nunca», advirtió la Comisión Independiente sobre Salud en India.
El aparentemente inexplicable énfasis del Banco Mundial y las agencias de la Organización de las Naciones Unidas en el combate al sida es parte de un fenómeno más amplio y profundo, señalaron Amit Sengupta, del Movimiento por la Salud Popular, y Ramesh Sharma, de la Gandhi Peace Foundation.
«Esto es un intento de recolonizar el país. La última vez llegaron exhibiendo enormes escalas diciendo a todo el mundo que les interesaba el comercio. Esta vez vienen diciendo que les interesa luchar contra el sida», sostuvo Sharma. (FIN/IPS/tra- eng/rdr/js/dc/he ip/02


