METEOROLOGIA: No es El Niño, pero se le parece

Los peruanos temieron a comienzos de este mes estar ante el regreso del fenómeno de El Niño, cuando la temperatura del océano Pacífico aumentó en sus costas hasta tres grados, y aún no han superado el susto por completo.

Esa variación causó lluvias incesantes que desbordaron los ríos. Las inundaciones causaron al menos cuatro muertes, destruyeron centenares de hectáreas sembradas, dañaron miles de viviendas de marginados rurales y urbanos y provocaron aludes que interrumpieron el tránsito en carreteras.

La última aparición de El Niño, en 1998, causó en todo el mundo daños estimados en decenas de miles de millones de dólares.

En Perú, ascendieron a 3.000 millones de dólares las pérdidas por la destrucción de 62 puentes y cientos de kilómetros de carreteras, y hubo daños en 113.000 viviendas, 1.550 escuelas, 380 centros médicos y siete aeropuertos.

El Niño es una corriente de agua cálida que nace en el Pacífico frente a Australia, con intervalos de tres a siete años, y fluye hacia la costa sudamericana, la que recorre de norte a sur. Sus efectos son graves trastornos del clima mundial, con catastróficas inundaciones y sequías.

Sólo a mediados del siglo XX la comunidad científica mundial estableció que El Niño era la causa común de fenómenos en áreas distantes como vientos monzones de India, inundaciones en China, Indonesia y América Latina e inclementes sequías en Sudáfrica y Australia.

Sistemas de vigilancia de la temperatura del mar y la tendencia del viento alimentan bases de datos de organizaciones científicas que intercambian información al respecto desde 1990, por recomendación de las Naciones Unidas.

«Se trata de descubrir los ciclos que gobiernan la periodicidad y la intensidad de este fenómeno, que parece enloquecer el clima mundial pero que obedece a una lógica interna que debemos conocer y anticipar», explicó a Tierramérica Ena Jaimes, del Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología de Perú.

El Centro de Previsión Climatológica de Estados Unidos registró en enero una tendencia al recalentamiento del mar frente a las costas de Ecuador y Perú, y consideró probable el comienzo de nuevas manifestaciones de El Niño en los próximos tres meses.

El Comité Científico para el Estudio Regional del Fenómeno de El Niño de América del Sur, integrado por expertos de Colombia, Chile, Ecuador y Perú, confirmó ese recalentamiento al reunirse en Lima en enero, pero descartó que eso indicara el inicio de un nuevo episodio de El Niño.

Pero el 5 de este mes se registró en Lima la lluvia más intensa en 32 años. En el resto del país, el desborde de ríos y los aludes causaron ocho muertes y afectaron a ocho mil 500 personas, arrasando cientos de hectáreas de cultivos.

Ena Jaimes, así como el almirante Hugo Arévalo, presidente del comité a cargo del estudio del fenómeno en Perú, y Ronald Woodman, del Instituto Geofísico, informaron al presidente Alejandro Toledo que, «a pesar de parecerlo, no está comenzando un Niño».

«Hay un recalentamiento del mar que incrementa las lluvias, pero no es El Niño», dijo Woodman.

Por su parte, Arévalo precisó: «El recalentamiento del mar no fue provocado por una corriente de agua cálida procedente del otro lado del océano Pacífico, como ocurre con El Niño, sino por el paso de humedad procedente del océano Atlántico».

«Esa diferencia de origen es importante, sobre todo por la previsible duración de las lluvias. Si se tratara de El Niño habría que prepararse para un periodo de lluvias extraordinarias de unos 12 meses», precisó Arévalo. (FIN/Tierramérica/al/en sc/02

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