MEDIO ORIENTE: UE e Islam coinciden sobre terrorismo y Palestina

La campaña internacional antiterrorista lanzada por Estados Unidos y la represión israelí de la intifada (insurrección) palestina han acercado las posiciones de la Unión Europea (UE) y el mundo musulmán.

Tras los atentados del 11 de septiembre en Nueva York y Washington, Occidente apoyó en forma casi monolítica la «guerra contra el terrorismo» declarada por el presidente estadounidense, George W. Bush, pero con el paso de los meses las posiciones de Estados Unidos y la UE en la materia comenzaron a distanciarse.

Washington reivindica la fuerza militar para imponer soluciones mundiales a un conjunto de problemas que considera relacionados con el «terrorismo, el extremismo y las armas de destrucción masiva» en poder de potenciales enemigos de Estados Unidos, la mayoría de ellos musulmanes.

Bajo la consigna «están con nostros o contra nosotros», planteada por Bush para lograr una amplia coalición antiterrorista tras los atentados de septiembre, los gobiernos musulmanes están ante la alternativa de alinearse con Washington o afrontar su ira.

El ministro de Relaciones Exteriores de Alemania, Joschka Fischer, dijo la semana pasada al diario alemán Die Welt que «un mundo con 6.000 millones de habitantes no puede ser conducido hacia un futuro en paz por ninguna potencia que actúe sola, sea cual fuere su magnitud».

«La coalición internacional contra el terror no es la base para hacer cualquier cosa contra cualquiera, en especial si se trata de acciones unilaterales. Todos los cancilleres europeos comparten este punto de vista», añadió.

Al mismo tiempo, la posición de Bush en relación con Medio Oriente se identifica cada vez más con los intereses de Israel, y parece «el anteproyecto de una política exterior diseñada por el primer ministro israelí, Ariel Sharon», opinó la revista estadounidense Financial Times en su edición del 4 de este mes.

En cambio, la UE enfatiza la necesidad de relaciones de díalogo, comprensión y conciliación con el Islam, y toma distancia del eventual uso de la fuerza contra Corea del Sur, Irán o Iraq, definidos por Bush como un «eje del mal».

Esa posición fue expresada por altos representantes de Alemania, España, Francia e incluso Gran Bretaña, el más firme aliado europeo de Washington, en el diálogo sobre «Civilización y Armonía» entre la UE y la Organización de la Conferencia Islámica (OCI), realizado en Estambul el 12 y el 13 de este mes.

Esa reunión, a la cual asistieron representantes de 72 naciones que suman casi 2.000 millones de habitantes, fue el primer encuentro formal entre Occidente y el Islam en una coyuntura en la cual muchos musulmanes temen ser el principal blanco de la «guerra contra el terrorismo».

El significado del encuentro fue importante en tres aspectos.

En primer lugar, ayudó a contrarrestar las tendencias belicistas en Occidente de quienes pretenden que los atentados del 11 de septiembre señalaron el comienzo de una «guerra de civilizaciones» entre Occidente y el Islam.

En segundo lugar, contribuyó a establecer entre los participantes un consenso informal sobre la necesidad crucial de resolver la cuestión palestina, mediante la creación de un Estado palestino independiente, para asegurar paz y estabilidad en el mundo musulmán y en sus relaciones con Occidente.

«Sólo una solución con dos Estados (Israel y Palestina) puede llevar la paz» a Medio Oriente, afirmó en Estambul el español Javier Solana, responsable de Relaciones Exteriores de la UE.

«Ese es el único camino para avanzar, y estamos decididos a trabajar con tal objetivo», aseguró.

Las «tres prioridades inmediatas» de la UE y la OIC deben ser poner fin al conflicto entre palestinos e israelíes, eliminar el terrorismo y restablecer la paz en Afganistán tras la derrota del movimiento Talibán, causada por los ataques de Estados Unidos y sus aliados, añadió.

El ministro de Relaciones Exteriores de Qatar, jeque Hamad bin Jassim al Thani, cuyo país ocupa en la actualidad la presidencia rotativa de la OIC, enfatizó en el encuentro que «el deseo de liberarse de la dominación extranjera de ningún modo puede ser considerado terrorismo», en clara alusión a la intifada.

«El concepto occidental de terrorismo revela la intención de acotarlo a las acciones de otros, y en forma específica de los árabes y musulmanes», aseveró.

En tercer lugar, la conferencia fue escenario de la primera discrepancia explícita dentro de la coalición antiterrorista forjada por Bush, en la medida en que los representantes de la UE tomaron distancia de la referencia al «eje del mal», considerada por muchos como preludio de un ataque estadounidense contra Iraq.

La reunión de Estambul concluyó con una declaración que instó a «luchar contra el terrorismo en el marco de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), su Carta y sus resoluciones.

La campaña militar en Afganistán no fue sometida a la consideración de la ONU.

La UE también ha expresado escepticismo sobre la conveniencia del enfoque estadounidense de la cuestión palestina y el pleno apoyo de Washington a Israel.

Mientras se expresan discrepancias entre Washington y la UE sobre la cuestión del terrorismo, y el bloque europeo se acerca a la OIC, el príncipe heredero de Arabia Saudita, Abdullah, lanzó una iniciativa de paz entre árabes e israelíes.

Abdullah propuso a Israel «total normalización de relaciones» con los países árabes, a cambio de una «total retirada (israelí) de todos los territorios ocupados, incluyendo Jerusalén, según las resoluciones de la ONU», en declaraciones publicadas el domingo por el diario estadounidense The New York Times.

La iniciativa, respaldada de inmediato por la Liga Arabe y el presidente palestino Yasser Arafat, tiene gran importancia por provenir de Arabia Saudita, donde están los sitios más sagrados del Islam, y expresa la concepción árabe de una soluciónde la cuestión palestina que sea a la vez realista y principista.

«Es preciso no considerar en absoluto la posibilidad de algún ataque contra Iraq o Irán», porque tal acción «no serviría a los intereses de Estados Unidos, de la región ni del mundo», afirmó el príncipe heredero en la misma entrevista.

La consecuencia más significativa de la conferencia de Estambul fue expresada por el ministro de Relaciones Exteriores de Turquía, Ismail Cem, quien la presidió: «Después del 11 de septiembre, el terrorismo se definía con categorías culturales y religiosas. Ahora está claro que no tiene religión».

La confluencia de la UE y el Islam puede ser crucial para determinar el futuro de la «guerra contra el terrorismo», si impulsa a Estados Unidos a reconsiderar su enfoque de la cuestión y de las relaciones con Israel. (FIN/IPS/tra-eng/mh/js/mp/ip cr/02

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