DROGAS: Agencia de ONU pone en guardia ante Internet

La globalización y las nuevas tecnologías de la información, como Internet, plantean un desafío a las políticas antidrogas, advirtió este miércoles la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE).

El informe 2001 de JIFE, una agencia especializada de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), alerta a los gobiernos que los beneficios de esas tecnologías pueden ser socavados por la acción de grupos delictivos.

Los traficantes de drogas utilizan la comunicación instantánea de los medios electrónicos para mejorar la eficacia de sus métodos de distribución y de entrega.

Las nuevas tecnologías permiten a los narcotraficantes ocultar la información sobre los embarques de drogas a través de mensajes codificados, a la vez que aprovechan las comunicaciones en línea, a través de transferencias electrónicas, para el lavado de los fondos obtenidos de ese comercio ilícito.

En Holanda, algunas compañías han utilizado la red mundial de computadoras para vender en todo el mundo semillas de marihuana y derivados de esa planta.

Funcionarios británicos identificaron más de 1.000 sitios en la Internet destinados a la venta de drogas prohibidas, incluidas marihuana, heroína, éxtasis y cocaína.

A su vez, los carteles de la droga de Colombia y de México han utilizado equipos modernos para vigilar a los investigadores, interceptar sus comunicaciones y obtener fotografías e información personal de los agentes.

El informe indica también que con una simple recorrida por Internet, en cuestión de minutos, se pueden obtener informaciones detalladas sobre la fabricación de drogas sintéticas y la manera de conseguir precursores químicos y de operar laboratorios.

La criminalidad cibernética es fácil, sostuvo el presidente de la JIFE, Amid Ghodse, en su mensaje de presentación del informe distribuido e Viena, sede de esa agencia de la ONU.

La comisión de un delito por esa vía electrónica requiere recursos mínimos y el peligro personal para el delincuente y la posibilidad de que sea detectado son reducidas, insistió Ghodse.

La institución fiscalizadora de ONU del uso de drogas propone enfrentar la delincuencia cibernética mediante un marco de cooperación y vigilancia internacional.

El documento, que ofrece un panorama del funcionamiento del sistema internacional de control de drogas, critica las políticas erróneas seguidas en esa materia por algunos gobiernos que no identifica.

Muchas políticas tienden a focalizar un aspecto del problema, como es la reducción del abastecimiento de drogas, apuntó Ghodse, quien recogió observaciones formuladas habitualmente por los países en desarrollo a los del Norte.

Al mismo tiempo, esos gobiernos descuidan otras áreas de importancia similar, como la reducción de la demanda de drogas ilícitas y la prevención de delitos derivados, como el lavado de dinero, afirmó.

La JIFE otorga prioridad semejante a todos los aspectos del control de drogas, tanto relacionados con la reducción de la demanda como de la oferta, aseguró Ghodse.

En otro plano, el informe de JIFE refiere que se mantienen grandes diferencias entre países pobres y ricos respecto de los niveles de consumo de drogas destinados al tratamiento contra dolores moderados o severos.

Los 20 países mayores consumidores de drogas para el tratamiento de los dolores de enfermos pertenecen al mundo industrializado, como Estados Unidos, que consume 40 por ciento de la morfina utilizada en el mundo para esos fines terapéuticos.

En cambio, la JIFE expresó su preocupación porque en muchos países, en especial de Africa y de Asia, el consumo de drogas para tratamientos contra el dolor sigue siendo extremadamente bajo.

Respecto del panorama del narcotrafico en Africa, el informe de la agencia de la ONU identifica a Marruecos como una de las principales fuentes de suministro de marihuana a Europa.

El uso indebido de crack, elaborado con la pasta base de cocaína, ha crecido más que el de otras drogas en Sudáfrica, debido a que tiene un precio más accesible. En cambio, la cocaína se ha expandido por Angola y Namibia.

En tanto, el consumo de heroína por vía intravenosa se ha extendido en algunas partes de Africa, con el riesgo de agravar la diseminación de la epidemia del virus de inmunodeficiencia humana, causante del síndrome de inmunodeficiencia adquirida, que sacude al sur del continente.

Africa continúa siendo un punto de tránsito para el contrabando de cocaína de América del Sur a Europa y de heroína de Asia con destino también a Europa y a Estados Unidos, revela el informe.

América Central y el Caribe se encuentran atravesadas por las principales rutas empleadas por los narcotraficantes para transportar las drogas desde América del Sur hacia América del Norte.

El contrabando es de marihuana producida en los países centroamericanos y caribeños y de cocaína de origen sudamericano. A eso se suma el éxtasis que obtienen en Europa.

Además, el estudio de la JIFE asevera que en Canadá y Estados Unidos parece que se ha estabilizado el uso indebido de cocaína e, incluso, descendió en algunos sitios. Sin embargo, se expresa preocupación por los costos sanitarios y sociales provocados por el consumo de marihuana en los dos países.

América del Sur se sigue caracterizando por ser la única región donde se cultiva la hoja de coca, con niveles de producción estables de coca.

El consumo de esta droga ha crecido en casi todas partes, pero en especial en los países de tránsito, como Argentina, Brasil, Chile, Ecuador y Venezuela.

En cambio, el uso indebido parece haber disminuido en Bolivia y Perú, donde también se redujo de manera significativa en los últimos años el cultivo de la hoja de coca.

La aplicación del programa colombiano de erradicación de la droga, incluido en el llamado Plan Colombia, alimentó inquietudes de que los traficantes trasladasen sus actividades delictivas a los países vecinos.

El informe menciona que el Plan Colombia contempla la fumigación aérea para erradicar plantaciones de coca y también de amapola opiácea. El año pasado se fumigaron más de 50.000 hectáreas, precisa.

Pero el documento reconoce que se han levantado protestas en Colombia por las altas concentraciones de glifosato, esparcidas por la fumigación, en combinación con otros productos químicos, que pueden dañar cultivos legales, el ambiente y también la salud humana.

En tanto, Birmania apareció el año pasado como el primer cultivador de amapola, después de la prohibición establecida en Afganistán por el expulsado régimen talibán y de la sequía que asoló a ese país.

El opio originario de Afganistán sigue siendo traficado a través de Irán y Pakistán, asevera la JIFE. La adición al opio en estos dos países presenta los niveles más altos del mundo, agrega.

En cambio, se han registrado disminuciones de las áreas de cultivo de amapola en Laos y en Vietnam, mientras que en Tailandia se mantienen en niveles sin importancia.

Por último, Europa se mantiene como la fuente principal de suministro de drogas sintéticas como el éxtasis, consumido también por las poblaciones jóvenes de ese y de otros continentes.

La JIFE critica en su informe a algunos países de Europa que han despenalizado la posesión y el consumo de drogas controladas y toleran abiertamente, dice, el uso indebido de otras drogas, como la marihuana y el éxtasis.

Ninguno de esos gobiernos ha podido demostrar que la aplicación de tales medidas reduce la demanda de drogas ilegales, puntualiza la JIFE. (FIN/IPS/pc/dm/ip/02

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