La falta de desarrollo económico, de equidad y de justicia a la que se atribuye el origen de las guerras, en particular en el Sur, será atacada en una campaña mundial lanzada este jueves en la capital española por la organización no gubernamental católica Manos Unidas.
La campaña se desarrollará en 64 países, en los que Manos Unidas financia un millar de proyectos para contribuir a erradicar lo que considera las causas de fondo de los conflictos bélicos.
El mejor camino para evitar las guerras es el desarrollo económico, la equidad social y la justicia, coincidieron al presentar la campaña el obispo de Malanje, Angola, Luis María Pérez de Onraita, y el misionero javeriano José María Caballero.
Así mismo, destacaron como uno de los grandes problemas el tráfico internacional de armas, en que atribuyendo una clara responsabilidad a los gobiernos del Norte industrializado.
El obispo Pérez de Onraita puntualizó que ese tráfico es un gran negocio para los gobernantes y los guerrilleros, que se enriquecen.
El Norte, añadió, tiene una gran responsabilidad, «pues sólo con un golpe de fax se compran armas». Caballero comentó que incluso desde España se exportaron armas que parecían destinadas a Bulgaria, pero que finalmente llegaron a Sierra Leona.
«Sólo la movilización de la opinión pública puede controlar ese tráfico de la muerte, exigiendo a sus gobiernos que controlen a las fábricas de armamentos y que cumplan las normas internacionales», afirmó el religioso.
El control del petróleo y de las minas de diamantes están detrás de la guerra de Angola, así como en Sierra Leona el tráfico ilegal de diamantes, afirmaron los dos sacerdotes.
Pérez de Onraita se manifestó optimista sobre las negociaciones de paz en Angola. Una vez lograda la paz, «quizás este mismo año», vendrá el difícil desafío de «la purificación de los espíritus, el fin del odio y del espíritu de revancha», dijo.
Caballero indicó que en Sierra Leona revistan unos 5.000 niños soldados reconocidos oficialmente, y que, según otros cálculos, serían 20.000. La diferencia en las cifras se debe a que los registros no incluyen a niñas esclavas sexuales, ni los menores considerados adultos por las 60 tribus que los reclutan.
Hubo niños y niñas de 10 años enviados a combatir, cuyo reclutamiento fue facilitado por la fabricación de armas más livianas y mortíferas en el Norte industrializado, señaló el misionero javeriano.
Ahora, tras la firmar de la paz el 12 de enero y la entrega de las armas por parte de los guerrilleros, la principal tarea es reinsertar a los niños soldados. La mayoría, tras ser reclutados, fueron drogados y sometidos a un lavado de cerebro que los convirtió en «máquinas de matar», sostuvo.
La presidenta de Manos Unidas, Ana Alvarez de Lara, dijo que la campaña «Si quieres la paz, rechaza la violencia, está orientada «a abrir puertas a la esperanza, a la paz como el único medio para acabar con el hambre, la desigualdad, la ignorancia, la discriminación, la injusticia y sus causas».
En esa lucha por abrir puertas a la esperanzas, «los pobres y desheredados son nuestra causa» y «a ellos queremos redoblar nuestra entrega», agregó.
«Gracias a las generosas contribuciones que recibimos estamos creando oportunidades para la paz a través de proyectos de desarrollo en Asia, Africa y América Latina», concluyó.
Caballero comentó que en Sierra Leona se nota una gran disminución de la ayuda internacional que ahora se deriva a Afganistán.
«Son pocas las organizaciones no gubernamentales que trabajan en el terreno, donde están las poblaciones más necesitadas», según Caballero. Entre las que lo hacen, «con un trabajo muy positivo», el religioso mencionó a Médicos sin Fronteras.
La presidenta de Manos Unidas citó un informe originado en la Organización de las Naciones Unidas, según el cual proporcionar servicios sociales básicos y aliviar la pobreza mundial tendría un costo de 80.000 millones de dólares.
Esa es «una cantidad inferior a la que suma el patrimonio de las siete personas más ricas del planeta, y con el uno por ciento de la riqueza global mundial se podría erradicar por entero la miseria», sostuvo Alvarez de Lara.
En 2001, Manos Unidas, fundada hace 41 años, recaudó 36 millones de dólares, 87,5 por ciento procedentes del sector privado, lo cual diferencia a esta organización no gubernamental de las restantes españolas, en las que predomina el aporte público.
La organización destinó 95,3 por ciento de su ayuda a financiar proyectos de desarrollo en el Sur, 7,7 por ciento a campañas de sensibilización de la población española y apenas 4,7 por ciento para gastos de administración. (FIN/IPS/td/mj/dv/02