/BOLETIN-AMBIENTE/ VENEZUELA: Un zoológico «de contacto»

Un espacio de dos hectáreas de la capital venezolana alberga el primer zoológico «de contacto», donde se puede tocar a los animales, creado para niñas y niños con retraso mental o síndrome de down.

«Expanzoo» es el nombre del parque que abrió sus puertas en septiembre de 2000, por iniciativa de Omar Nucete, padre de una joven discapacitada, quien financió el proyecto con los ingresos obtenidos de un software bancario de su invención.

«Me la botaban de varios colegios y pensé en buscar una solución», dijo Nucete a Tierramérica. Su idea original fue, precisamente, crear un colegio, pero después optó por lo que le pareció un proyecto más rentable: un zoológico abierto que promoviera la estimulación de niños con discapacidad, a través del contacto con los animales.

El proyecto está aún en etapa inicial, y el propio Nucete no sabe si logrará su objetivo de rentabilidad.

Por ahora, la entrada a «Expanzoo» cuesta 10 dólares, aunque sólo la pagan los adultos, y están en puerta acuerdos con escuelas e instituciones oficiales, para concertar programas de visitas en grupo.

El manejo cotidiano del zoológico se halla en manos del veterinario Daniel García, especialista en fauna silvestre, quien se incorporó al proyecto cuando arribaron los primeros animales, en diciembre de 2000.

«Son animales que desde su nacimiento se acostumbraron al contacto con seres humanos, porque vienen de otros zoológicos, zoocriaderos o de personas particulares, es decir, fuera de su hábitat silvestre», explicó el veterinario.

El trabajo de «Expanzoo» se ha orientado más por la intuición de sus administradores que por otras experiencias.

Según García, en América Latina sólo en el zoológico de Buenos Aires hay un plan parecido, pero no como única actividad ni como fin principal, como es el caso del parque venezolano, que está ubicado a 30 kilómetros del centro de Caracas.

«Los muchachos con retardo son muy amorosos, estos animales también necesitan cariño, así que allí hay un espacio más que suficiente para que se produzca un contacto provechoso», dijo.

La equinoterapia es una de las prácticas específicas de «Expanzoo». Según Nucete, se utiliza en muchos centros de Estados Unidos para la estimulación.

«Montar a caballo y aprovechar su movimiento significa recibir 110 estímulos musculares por minuto, algo que la tecnología aún no ha inventado», indicó a Tierramérica la pedagoga Dania González. (FIN/Tierramérica/ac/he en/02

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