AGRICULTURA: Países pobres contra subsidios del Norte

Los países pobres reiteraron su preocupación ante los subsidios que el Norte industrial otorga a su producción agropecuaria, esta vez ante el Consejo de Gobernadores del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), que concluyó su última sesión este miércoles en Roma.

Los representantes del Sur en desarrollo solicitaron equidad en la competencia con los países ricos, de acuerdo con el proceso de globalización y apertura de mercados. Las naciones en desarrollo procuran eliminar barreras comerciales, pero las industrializadas no hacen lo mismo, afirmaron.

El Presidente de Nigeria, Olusegun Obasanjo, invitado al Consejo, expresó que «las esperanzas de un mercado más justo han terminado por ser derribadas por la protección estratégica de los países industrializados de su propia agricultura»,

Esta protección se realiza «a través de subsidios a las exportaciones, aranceles (a las importaciones), cuotas y otras restricciones a la importación de bienes de los países en desarrollo», afirmó Obasanjo ante los representantes de 162 países reunidos en la capital italiana.

Los subsidios agrícolas de los países ricos deben dejar de obstaculizar las exportaciones de las naciones pobres, sostuvo, por su parte, el representante de Chile en el FIDA, Angel Sartori.

Pero el presidente de esta agencia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Lennart Bge, de nacionalidad sueca, dijo en una conferencia de prensa no estar de acuerdo con la supresión de los subsidios sin antes medir su impacto en los países en desarrollo.

La Unión Europea (UE) afirma que la protección que brinda a sus agricultores responde a la «multifuncionalidad» del sector rural, teoría según la cual es necesario mantener el paisaje de esa área y bregar por la calidad de vida de los campesinos, aún cuando no sean eficientes, y por el bienestar de los animales.

«Con los subsidios de la UE sería posible mandar cada vaca europea por el mundo con un billete aéreo de primera clase», dijo el uruguayo Roberto Bissio, de la organización no gubernamental Social Watch, que controla las políticas sociales en todos los países del mundo.

Cada año, los países de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), entre cuyos 30 integrantes figuran todas las naciones industriales, gastan cerca de 350.000 millones de dólares en subsidios a la agricultura, una cifra mucho más alta que la destinada a la ayuda al desarrollo.

El Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional recomendaron que la ayuda internacional del mundo industrializado al desarrollo debe duplicarse, hasta alcanzar 54.000 millones de dólares anuales.

Los patrones de calidad exigidos por los países industriales a las importaciones se transforman a menudo en barreras comerciales, cuya eliminación favorecería a los países pobres, que podrían diversificar su agricultura y alcanzar así los beneficios de la globalización, afirman expertos.

Los participantes al Consejo de Gobernadores manifestaron su esperanza en que la discusión del martes y miércoles sirva como base para las deliberaciones de la Conferencia Internacional sobre Financiación para el Desarrollo que se celebrará del 18 al 22 de marzo en la nororiental ciudad mexicana de Monterrey.

En esa conferencia se buscarán estrategias útiles para cumplir la meta de reducir en 2015 a la mitad los 1.200 millones de pobres en el mundo, asumida en la sesión especial de la Asamblea General de la ONU denominada Cumbre del Milenio, realizada en septiembre de 2000.

Bge exhortó a aumentar los recursos destinados a combatir la pobreza, según el objetivo planteado por la Cumbre de Nueva York.

El presidente del FIDA anunció que el organismo tendrá tres objetivos estratégicos para el periodo 2000-2006: reforzar la capacidad de los campesinos pobres y sus organizaciones, mejorar el acceso a los recursos naturales productivos y a la tecnología y aumentar el acceso a servicios financieros y a los mercados.

Por otra parte, los representantes de América Latina y el Caribe ante el Consejo de Gobernadores del FIDA subrayaron que la reducción de la pobreza en las zonas rurales es actualmente uno de los grandes desafíos que afronta la región.

Casi 64 por ciento de los habitantes de áreas rurales de América Latina y el Caribe viven debajo de la línea de pobreza, y esa cantidad aumentó en las últimas dos décadas tanto en términos absolutos como relativos.

En 1999, 47 de los más de 77 millones de campesinos pobres de la región vivían en condiciones de extrema pobreza. Los logros alcanzados en los años 90 fueron insuficientes para impedir el incremento de la pobreza de los años 80.

El FIDA, radicado en Roma, ha ayudado desde su creación en 1977 a más de 250 millones de personas a librarse de la pobreza, a través de financiación directa —préstamos a bajo costo y donaciones— y movilizando recursos suplementarios a proyectos y programas.

Esta agencia de la ONU ha financiado 603 proyectos en 115 países y facilitado más de 1.500 donaciones con fines de investigación y asistencia técnica. (FIN/IPS/jp/mj/dv/02

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