JAPON: Comienzo del fin del pacifismo

El ataque de guardacostas japonés contra un presunto buque espía de Corea del Norte terminó con la explosión de esa nave, la muerte de sus 15 tripulantes y grandes dudas sobre el futuro del pacifismo que Japón mantuvo durante medio siglo.

La Constitución impuesta por Estados Unidos al país en 1947, tras la rendición de Tokio en la Segunda Guerra Mundial, limita el uso de la fuerza por parte de militares y guardacostas a la autodefensa, y prohíbe la salida de tropas del territorio nacional, pero las cosas han cambiado en los últimos años.

En 1999, tras la intrusión en aguas territoriales japonesas de un buque espía norcoreano, se aprobó una ley que abrió paso al ataque de guardacostas contra embarcaciones sospechosas sin autorización del primer ministro, y otra ley autorizó en forma expresa esos ataques en noviembre del año pasado.

Una ley antiterrorista aprobada el 29 de octubre de 2000, en el contexto posterior a los atentados del 11 de septiembre en Nueva York y Washington, permitió enviar a Pakistán a más de un centenar de integrantes de las fuerzas marítimas de autodefensa, en una misión de asistencia humanitaria a refugiados afganos.

El proyecto correspondiente fue discutido por la Dieta (parlamento) durante sólo tres semanas, un periodo mucho más breve que el dedicado a aprobar leyes anteriores relacionadas con las Fuerzas Japonesas de Autodefensa (FJA).

El ataque contra los presuntos espías norcoreanos se produjo el 22 de diciembre, frente a las costas de la meridional isla de Amami-Oshima, y fue el primer hecho de ese tipo desde el fin de la Segunda Guerra Mundial.

Esta semana, la Agencia de Defensa de Japón (ADJ) dio a conocer información sobre actividades de 27 buques espías en aguas japonesas, identificados en su mayoría como norcoreanos, y en otros casos chinos y rusos.

Tokio considera que Pyongyang es la principal amenaza a su seguridad.

Según expertos en seguridad, el incidente de diciembre tendrá importantes consecuencias en el país y complicará las relaciones de Japón con todos los países de la región.

«Pienso que abrir fuego para detener a una embarcación no puede ser considerado un acto de autodefensa», comentó el secretario general del opositor Partido Democrático, Naoto Kan.

«Japón debería haber actuado con más cautela, dada la histórica enemistad del país con sus vecinos más cercanos», opinó el profesor Yasuhiko Yoshida, de la Universidad de Osaka.

Las relaciones con Corea del Norte se han vuelto aun más importantes que antes, desde que Japón fue elegido junto con Corea del Sur como sede del campeonato mundial de fútbol que se realizará este año, añadió.

Hitoshi Takase, especialista japonés en asuntos de Corea del Norte, afirmó que buques espías de ese país han sido usados en los últimos años para transportar drogas, y consideró probable que la embarcación hundida se dirigiera a la meridional isla japonesa de Kyushu.

El primer ministro Junichiro Koizumi apoya el fortalecimiento de las FJA, y ha anunciado planes para ampliar sus cometidos.

«La situación que permite a embarcaciones armadas y sospechosas merodear cerca de nuestras costas es deplorable», dijo Koizumi a periodistas poco después del incidente del mes pasado.

El general Nakatani, director de la ADJ, comparte la opinión del primer ministro, y sostuvo en una conferencia de prensa que en 1999 se dieron «pasos» hacia el fortalecimiento de la autodefensa japonesa, y que la antiterrorista del año pasado fue «un salto» hacia adelante.

Algunos analistas de asuntos políticos y militares consideran probable que la Dieta apruebe sin dificultades proyectos que se preparan para permitir la participación de las FJA en fuerzas de mantenimiento de la paz de la Organización de las Naciones Unidas.

La ley sobre actividades de los guardacostas aprobada en noviembre fue criticada por Pyongyang y Beijing, y el gobierno de Corea del Sur ha expresado preocupación ante la perspectiva de rearme de Japón, un vecino rico y poderoso con antecedentes de dominación colonial sobre territorio coreano.

Tras el incidente del mes pasado, Pyongyang negó en forma enfática que el buque hundido fuera norcoreano, y acusó a Tokio de desarrollar una campaña de difamación.

Asociaciones de residentes norcoreanos en Japón afines a Pyongyang criticaron a Tokio por ofender la dignidad de Corea del Norte y «provocar en extremo» al pueblo de ese país con acusaciones sin fundamento.

Este lunes se llevarán a cabo autopsias de quienes tripulaban la embarcación hundida, y las autoridades quieren averiguar si esas personas se suicidaron para no ser capturadas, como lo han hecho en varias ocasiones integrantes de servicios de Inteligencia norcoreanos.

La semana pasada, autoridades del servicio de guardacostas consideraron probable que los tripulantes del presunto buque espía hayan hecho explotar sus motores, y medios de comunicación japoneses afirmaron este viernes que la embarcación transmitió un mensaje suicida antes de hundirse. (FIN/IPS/tra- eng/sk/mmm/mp/ip/02

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