FRANCIA: Año electoral comienza con huelgas

Médicos y empleados bancarios y postales de Francia inauguraron este año de elecciones con huelgas por mejores salarios y condiciones de trabajo.

Analistas políticos prevén más paros en los próximos cuatro meses, hasta que se elijan nuevos presidente y parlamento en abril, mayo y junio próximos.

«Los trabajadores franceses poseen un talento inigualado para presionar a los políticos en tiempos electorales», comentó Helene Miard-Delacroix, profesora de ciencia política de la Universidad de la Sorbona, París.

«En todas las grandes instancias electorales, los trabajadores franceses se esfuerzan por ver satisfechos reclamos que no se atendieron en otros períodos», agregó.

Los empleados bancarios y postales intentaron sin éxito utilizar la introducción el 1 de enero de la nueva moneda común de la Unión Europea, el euro, para impulsar su causa, pero la impopularidad de esta acción llevó a los sindicatos a detener la huelga en sus comienzos y a postergarla para mediados de enero.

En contraste, el paro de los médicos se hizo más fuerte, sobre todo cuando el día 3 se incorporó a ella el segundo mayor sindicato médico del país, Médicos Generales de Francia.

Hasta esa fecha, la huelga estaba encabezada por el mayor sindicato médico, la Unión Nacional de Médicos Franceses.

Los médicos del sector privado no atienden llamados nocturnos desde mediados de noviembre en su esfuerzo por obtener un aumento en su remuneración, en especial para las visitas domiciliarias y consultas generales.

«Los actuales aranceles ya no son aceptables», declaró Michel Chasang, presidente de la Unión Nacional de Médicos Franceses.

«Ganamos menos de 18 euros (cerca de 17 dólares) por consulta. Pretendemos aumentar las consultas a 20 euros y las visitas domiciliarias a 50 euros», agregó.

Además, los médicos exigen que las llamadas nocturnas sean contabilizadas como jornadas de trabajo y se les otorgue un día de descanso en compensación.

Hasta ahora, el gobierno rechazó estos reclamos e intentó pasarlos al sistema de atención médica nacional independiente, que asumiría los nuevos costos.

Las negociaciones entre los sindicatos médicos y el sistema nacional comenzarán la semana próxima.

A fines de abril y comienzos de mayo próximos, los franceses elegirán a un nuevo jefe de Estado para un mandato de cinco años. Los principales candidatos son el actual presidente, el neogaullista Jacques Chirac, y el actual primer ministro, el socialista Lionel Jospin.

Además, en dos rondas de votación que tendrán lugar a fines de mayo y principios de junio, se elegirá un nuevo parlamento que reemplazará a la actual Asamblea Nacional, dominada por la izquierda.

Las encuestas de opinión sugieren una elección muy ajustada: tanto Chirac como Jospin obtendrían cerca de 25 por ciento de los votos en la primera ronda y el doble en la segunda, la decisiva.

El triunfador llevará una ventaja de apenas uno o dos por ciento de los votos, prevén analistas. En cuanto a los comicios parlamentarios, no se han hecho previsiones.

Desde el pasado septiembre, el gobierno encabezado por el Partido Socialista enfrentó una serie de huelgas en la mayoría de los servicios públicos.

Policías, personal de hospitales y aeropuertos, maestros y empleados del correo obtuvieron mediante esa forma de protesta incrementos salariales y mejores condiciones de trabajo.

Incluso miembros de la policía militar suspendieron sus actividades a comienzos de diciembre, aunque no tienen permitido hacer huelga.

Para satisfacer esas demandas y ganarse los votos de los funcionarios públicos, el gobierno de Jospin gastó más de 2.000 millones de euros (unos 1.900 millones de dólares) en asignaciones extraordinarias.

Estos gastos provocaron algunos enfrentamientos dentro de la coalición de gobierno. El ministro de Finanzas Laurent Fabius, considerado un «liberal social» de la línea del nuevo laborismo británico, advirtió que «los nuevos gastos pondrán en peligro el equilibrio presupuestario, necesario para un buen desempeño económico general».

Pero otros socialistas más de izquierda como Henri Emmanuelli, presidente de la bancada socialista del parlamento, señalan que los incrementos de salarios encajan en la agenda del gobierno e impulsan el crecimiento económico.

Analistas independientes consideran que este enfrentamiento interno de los socialistas es electoralmente superfluo.

«El factor decisivo será si un candidato o partido puede dar respuesta a las principales preocupaciones de los franceses, primero sobre empleo, y segundo sobre seguridad», opinó el economista Denis Leclerc.

«Además, los votantes deben percibir que las respuestas de los políticos son honestas, y no sólo palabras vacías», agregó. (FIN/IPS/tra-en/jg/sm/mlm/ip-lb/02

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