COLOMBIA: Rebeldes siembran el pánico

El presidente colombiano Andrés Pastrana y organizaciones no gubernamentales (ONG) condenaron este sábado los ataques de los insurgentes en la semana que concluye, que afectaron la infraestructura eléctrica y causaron la muerte a ocho agentes de policía y a una niña.

Pastrana instó a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) a definirse y a «mostrar ante Colombia y el mundo una verdadera voluntad de paz». El gobierno y las FARC reanudaron su diálogo el 20 de este mes, comprometiéndose a alcanzar un acuerdo el 7 de abril para reducir la intensidad del conflicto armado.

Habrá «mano fuerte» contra las FARC si esa organización no baja la intensidad del conflicto, aseguró el mandatario a la radioemisora Caracol antes de viajar a Honduras, donde este domingo asistirá a la ceremonia de investidura del presidente electo Ricardo Maduro.

Una fuente de la Asamblea Permanente de la Sociedad Civil, conformada por unas 30 ONG que apoyan la negociación de paz, manifestó a IPS preocupación ante el recrudecimiento de las operaciones de los rebeldes.

La ofensiva de las FARC puede deberse a «una estrategia», compartida por los dos bandos, para «mantener un mayor poder en la mesa de negociación», dijo la fuente, que pidió omitir su identidad por razones de seguridad,

El comandante de las Fuerzas Armadas, Fernando Tapias, afirmó que la ofensiva rebelde culminada el viernes con un sangriento atentado en Bogotá responde a «una campaña de 'terrorismo», orientada a «causar sensación de inestabilidad».

Tapias informó que buena parte de los efectivos del ejército han sido destinados a proteger la red de transmisión de electricidad, la infraestructura petrolera y las carreteras, que también son blanco de los rebeldes.

El atentado del viernes causó pánico en una amplia área de Bogotá, debido a la posibilidad de que hubiera otros artefactos explosivos listos para estallar.

Una bomba de 13 kilos, hecha de dinamita y metralla y sujeta a una bicicleta estalló al mediodía en un restaurante del sur de la capital frecuentado por miembros de la policía. Cuatro agentes y una niña de cinco años murieron y 28 personas resultaron heridas.

Las fuerzas de seguridad desactivaron otros paquetes con explosivos en dos estaciones de la policía en el norte y occidente de la ciudad.

Así mismo, las FARC destruyeron el miércoles con una bomba una de las válvulas del sistema de acueducto de la capital y una torre de transmisión de energía del suroriente.

Otros cinco departamentos del este, sudeste y sur también sufrieron la interrupción del suministro de electricidad a causa del derribo de torres transmisoras de energía, que han sido declaradas objetivo militar por los rebeldes.

Las FARC, la mayor organización insurgente de Colombia, y el Ejército de Liberación Nacional (ELN), la segunda, han derribado en lo que va del año cerca de 41 torres de energía, según la Asociación Nacional de Empresas de Servicios Públicos Domiciliarios.

El miércoles, las FARC mataron a otros cuatro policías en el meridional departamento de Cauca, al tender una emboscada a una patrulla.

La fuente de la Asamblea por la Paz consultada por IPS exhortó a los guerrilleros a poner fin a los ataques y realizar «hechos concretos de paz que permitan crear confianza en el desarrollo de la negociación» con el gobierno.

Otros analistas indicaron que la ofensiva guerrillera es estimulada por «el desbordamiento» verbal del alto mando militar, que no pierde oportunidad para acusar a los insurgentes de «terroristas y bandoleros». (FIN/IPS/yf/ff/ip/02

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