INFANCIA: Llegó la hora de actuar contra el abuso sexual de niños

La comunidad internacional se ha dotado de instrumentos legales para proteger a niños y niñas de la explotación sexual comercial, pero la aplicación de esas normas se demora, advirtieron instituciones intergubernamentales y de la sociedad civil.

El cumplimiento de los compromisos asumidos por los países para eliminar el flagelo ha sido «pobre», pese a que un millón de niños ingresan cada año a la industria del sexo, reconoció Save the Children, una alianza internacional que promueve los derechos de la infancia.

Un panorama actualizado de esos padecimientos se tendrá durante la Segunda Conferencia Mundial contra la Explotación Sexual Comercial de los Niños, que se realizará del 17 al 20 de este mes en Yokohama, Japón.

Pero el informe distribuido este miércoles por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) ya adelantó que el comercio del sexo en general produce miles de millones de dólares.

En ese mercado, los traficantes del sexo seleccionan con calculada frialdad a los niños y niñas, según las posibilidades de comercialización y de obtener dinero a costa de ellos.

En muchos países, la industria del sexo estimula la expansión de la industria del turismo y es una fuente apreciable de divisas, agrega el estudio presentado por la directora ejecutiva de Unicef, Carol Bellamy.

Una investigación sobre la economía ilegal de Tailandia, comprobó que la prostitución representó de 1993 a 1995 entre 10 y 14 por ciento del producto interno bruto (PIB) del país.

Un tercio de las mujeres que ejercen la prostitución en Tailandia son menores de edad, calcula el trabajo de Unicef.

La primera alarma sobre el problema se lanzó en Estocolmo, en 1996, durante el primer Congreso Mundial contra la Explotación Sexual Comercial de los Niños.

El congreso, recordó Bellamy, envió al mundo un mensaje claro e inequívoco: no es posible seguir tolerando estos abusos vergonzosos de los derechos de la infancia, que por mucho tiempo han constituido un secreto horrible.

Sin embargo, los compromisos políticos asumidos en Estocolmo no han llevado a realizar acciones eficaces, que correspondan a la dimensión del problema en el mundo, concluye el estudio de Save the Children dirigido por Ola Florin, de Suecia.

Inclusive, han sido deficientes en los países que participaron de la conferencia de Estocolmo el desarrollo de planes de acción local y el establecimiento de bases de datos y de sistemas de comunicación sobre los progresos alcanzados, sostuvo el experto.

En 1996 se adoptó una nueva legislación internacional y algunos países introdujeron mejoras en sus sistemas jurídicos locales respecto de las ofensas sexuales contra los niños.

Sin embargo, se desconocen en su mayor parte los efectos concretos de esa legislación o aún deben ser evaluados, dijo Save the Children.

Muchas de las causas más importantes de la vulnerabilidad de los niños y niñas al tráfico, la prostitución y la pornografía no han disminuido e, inclusive, se han agravado en los últimos cinco años, apuntó Florin.

Entre esos factores figuran el desempleo, la pobreza, la falta de educación y otras presiones migratorias, como conflictos armados y los desastres ambientales.

También lo son la aplicación negligente de las leyes, la pandemia de virus de inmunodeficiencia humana, causante del síndrome de inmunodeficiencia adquirida, y el abuso de los progresos en la tecnología de la información.

El delito organizado y el abuso de las nuevas tecnologías de la información se relaciona cada vez más con el aumento de la prostitución infantil y el tráfico de niños en los países de Europa y de Asia central, reconoció una conferencia de los 43 países de la región.

El informe de Unicef consignó que, en Estados Unidos, uno de cada cinco niños y niñas que acceden a la red mundial de computadoras reciben requerimientos de extraños para entablar relaciones sexuales.

Otro estudio reveló que cada año suman 104.000 los niños y las niñas víctimas de abuso sexual en ese país.

El documento preparado por Save the Children para el congreso de Yokohama alude a las industrias de la publicidad y del espectáculo, incluida la pornografía legal para adultos, y a los medios de comunicación.

Sostiene que esos sectores constituyen agentes poderosos en la reproducción de actitudes con relación al sexo y al género. A veces, también presentan de manera explícita a los niños como objetos sexuales.

Pero igualmente los medios desempeñan un papel clave en los esfuerzos por detener la explotación sexual de los niños.

El documento de Save the Children previene de los efectos del racismo y de la discriminación étnica, que permiten a los adultos de los grupos dominantes justificar la explotación sexual de mujeres y niños de grupos forzados a una situación inferior.

Bellamy exhortó a los participantes de la conferencia de Yokohama a actuar con intransigencia para eliminar la trata de niños y niñas, su venta e intercambio y su encierro y tortura. (FIN/IPS/pc/dm/pr hd/01

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