El gobierno de Gran Bretaña creó un nuevo organismo para combatir el lavado de dinero, que mueve varios miles de millones de dólares por año en el distrito financiero de Londres, uno de los más grandes del mundo.
La Autoridad de Servicios Financieros (FSA) en la que se fusionaron diez agencias existentes, está en funciones desde el sábado y tiene facultades para controlar transacciones financieras, investigar y combatir el lavado de dinero, e identificar y acusar a personas e instituciones que violen las leyes en la materia.
Simultáneamente se acelerarán los procedimientos judiciales para levantar el secreto bancario.
Varios informes señalan el arraigo del lavado de dinero en los sistemas financieros de Londres, uno de los más grandes del mundo, donde se «blanquean» por año muchos miles de millones de dólares, estiman las autoridades.
Bajo la expresión «lavado de dinero» se engloban diversas operaciones destinadas a legitimar las ganancias de actividades ilícitas, como el tráfico de drogas o de armas, mediante su introducción en transacciones comerciales y financieras regulares.
El dinero ilegal se destina así mismo a sustentar actividades terroristas, uno de los temas que más preocupa a los gobiernos occidentales desde los atentados del 11 de septiembre en Nueva York y Washington.
La FSA fiscalizará las actividades de los bancos de inversión y la formación de sociedades anónimas y civiles, y contará con medidas para ajustar los controles sobre el uso de fondos para actividades terroristas, dijo a IPS Carol Sergeant, directora administrativa del organismo.
La banca extranjera y los bancos en los cuales los agentes sustituyen las cuentas y los contratos firmados serán objetos de investigación. La agencia dispondrá de equipos que controlarán a los bancos cuyas carteras de clientes corresponden a las jurisdicciones que no cumplen con las normas internacionales, dijo Sergeant.
Las instituciones públicas o privadas que infrinjan las leyes serán identificadas y acusadas ante la justicia y las autoridades podrán «prohibirles realizar cierto tipo de actividades financieras», explicó Sergeant.
«Si descubrimos a personas en falta, publicaremos sus nombres en nuestra página en (la red informática) Internet de modo que no puedan volver a trabajar en una institución financiera», agregó Sergeant.
Aunque el país cuenta con leyes apropiadas, «los mercados (de la capital británica) están muy expuestos al lavado debido a sus grandes dimensiones», dijo Sergeant.
En el distrito financiero londinense se lleva a cabo la mayor parte del intercambio de varios mercados internacionales y es el principal centro mundial de transacciones del euro, la moneda común de la Unión Europea.
La presencia de la banca extranjera es mayor que en ninguna otra ciudad: 481 bancos extranjeros administran más de la mitad de los depósitos bancarios, un monto que supera los 5.000 millones de dólares.
Así mismo Londres cuenta con el mercado de divisas más grande del mundo. En abril, las operaciones diarias superaron los 500.000 millones de dólares, aproximadamente un tercio de la actividad mundial, superando los montos negociados por los mercados de Nueva York y Tokio en conjunto.
La capital británica es además el mayor centro de administradoras de fondos, con un total de 4.200 millones de dólares en activos.
Las nuevas medidas se centrarán en localizar transacciones sospechosas. «Luego de los atentados del 11 de septiembre las instituciones financieras están haciendo grandes esfuerzos para respaldar a las autoridades. Intentaremos detectar esas operaciones e investigarlas», explicó.
«Algunos de quienes estamos investigando se encuentran entre los más acaudalados del país», sostuvo la semana pasada a la prensa Vincent Harvey, director del Servicio Nacional de Inteligencia Penal.
No obstante, «la pista sobre el primer atentado al World Trade Center (de Nueva York en 1993) se originó en una operación de 600 dólares con tarjeta de crédito. Las transacciones sospechosas no tienen montos mínimos», agregó Harvey.
Por otra parte, Londres aplica un nuevo sistema informático para detectar transacciones «hawala», explicó Harvey a IPS. Este término, utilizado en Asia meridional, describe las transferencias de dinero no declaradas, a través de mecanismos informales que se basan en la confianza personal.
Las autoridades financieras internacionales utilizan ahora la palabra para referirse a todas las transferencias no declaradas que se realizan fuera del sistema financiero tradicional.
«Gran Bretaña está muy adelantada en la materia. Este sistema se utiliza para detectar transacciones inusuales según el perfil de un individuo», el cual se define registrando todas las operaciones de cada persona, explicó Harvey.
En el ámbito internacional, el país procura fortalecer el sistema Egmont, que permite un intercambio sistemático de información financiera y de inteligencia entre las autoridades nacionales, a través de sitios seguros de Internet.
Los bancos procurarán detectar el dinero ilícito, pero «hay mucho terrorismo que es financiado por dinero legítimo con fines corruptos», afirmó a IPS Ian Mullen, presidente de la Asociación de Banqueros Británicos.
A pesar de su deseo de cooperar, «un banquero no puede revelar información confidencial sin una orden judicial», advirtió Mullen.
«Gran Bretaña tiene una buena tradición en atrapar terroristas», pero éstos «siempre descubren nuevos caminos», por tanto «las medidas individuales de los países deben complementarse con la cooperación de las agencias nacionales de inteligencia», concluyó Mullen. (FIN/IPS/tra-eng/ss/dc/if ip/01