Beijing formalizó su apoyo a la Nueva Sociedad para el Desarrollo de Africa (NEPAD, por su acrónimo emn inglés), durante una visita a China del presidente de Sudáfrica, Thabo Mbeki, que finalizó esta semana.
La NEPAD es un proyecto elaborado por Mbeki y sus pares de Nigeria, Olesegun Obasanjo, y de Senegal, Adboulaye Wade, que prioriza la democratización del continente, el aumento de su acceso a mercados de países industrializados y la asistencia al desarrollo de infraestructura en Africa.
El presidente sudafricano logró su objetivo de coordinar la NEPAD, lanzada hace un año y llamada antes Programa del Milenio para la Recuperación de Africa y Nueva Inciativa para Africa, con el proceso de cooperación con Africa que lleva adelante Beijing.
Funcionarios de Sudáfrica afirmaron que el apoyo chino a la iniciativa es crucial, porque Beijing es una potencia clave del mundo en desarrollo y el único país en desarrollo que integra en forma permanente el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas, con derecho a veto en ese organismo.
Mbeki piensa que el respaldo de China puede ser decisivo para que el mundo industrializado acepte las propuestas de la NEPAD en materia de comercio y ayuda a la creación de infraestructura.
Beijing «desempeña un papel importante en el escenario internacional, y se le considera uno de los paíeses líderes del mundo en desarrollo», señaló esta semana mediante un comunicado el Ministerio de Relaciones Exteriores sudafricano.
A comienzos de este año, Mbeki asistió a la reunión del Foro Económico Mundial en la oriental ciudad suiza de Davos, donde habló por primera vez de un plan elaborado en Africa para el desarrollo del continente.
En junio, el presidente abogó por esa iniciativa durante visitas oficiales a Gran Bretaña y Estados Unidos, y desde entonces la promocionó en diversos países europeos antes de visitar China.
El presidente de Malí, Alpha Konare, presentó la NEPAD a comienzos de este mes en la Conferencia Internacional sobre Desarrollo Africano realizada en Tokio, y los impulsores del plan desean coordinarlo con el programa japonés para Africa.
Por otra parte, Mbeki y su comitiva alcanzaron en China acuerdos que mejorarán las relaciones bilaterales.
Beijing autorizó los viajes de ciudadanos chinos a Sudáfrica, y las consecuencias beneficiosas para el país de esa decisión pueden comenzar a registrarse el año próximo, según la Autoridad de Turismo Sudafricana.
Los partidos gobernantes en ambos países, el Congreso Nacional Africano y el Partido Comunista de China, tienen una relación histórica fraternal, pero las relaciones diplomáticas bilaterales no se establecieron en forma plena hasta 1998.
El régimen racista blanco del apartheid, que gobernó Sudáfrica hasta 1994, no mantenía relaciones diplomáticas con China sino con las autoridades de la isla de Taiwán, considerada por Beijing una provincia china renegada.
En los últimos tres años, los vínculos diplomáticos han sido muy intensos y consolidaron la posición de Sudáfrica como socio estratégico de China en el continente africano, opinó el subdirector general de Asuntos Exteriores sudafricano, Anil Sooklal.
En ese periodo, «Mbeki y el ex presidente Nelson Mandela visitaron China, y cuatro de las cinco principales figuras del gobierno de China y del Partido Comunista de ese país realizaron exitosas visitas a Sudáfrica», destacó.
En abril de 2000, el presidente chino Ziang Jemin visitó en forma oficial el país y firmó con Mbeki la Declaración de Pretoria, que creó una comisión binacional que se reunió por primera vez esta semana, con el mandato de impulsar las relaciones bilaterales y el apoyo de Beijing a la NEPAD.
La emergencia de China como superpotencia mundial añade importancia a los vínculos sudafricanos con ese país, y Mbeki aspira en especial a mejorar los términos del intercambio comercial y a aumentar el flujo de inversiones chinas.
En la actualidad, la mayor inversión china en el país es una planta de procesamiento de cromo en la Provincia Septentrional, realizada mediante cooperación binacional y cuyo valor calculado es de 70 a 80 millones de dólares.
Sudáfrica exportó a China en 2000 mercancías por valor de 153 millones de dólares, y las importaciones provenientes de China en el mismo periodo alcanzaron un valor de 450 millones de dólares, lo cual implicó un déficit de 297 millones para el país.
En cambio, la parte del comercio sudafricano realizada con la meridional isla china de Hong Kong, que estuvo 155 años bajo dominio colonial británico hasta volver a ser controlada por Beijing el 1 de julio de 1997, arrojó un pequeño superávit para el país.
Sudáfrica aumenta su representación diplomática en China, y planea abrir un consulado en la centroriental proviencia china de Shangai, donde se registra un notable auge de la actividad económica.
El ingreso de China a la Organización Mundial del Comercio (OMC), aprobado en noviembre, dtermina que todos los demás países deseen comerciar con el gigante asiático, y la estrategia de Sudáfrica busca asegurar que le corresponda una importante porción de ese comercio.
China ya superó a Estados Unidos como receptor de inversión extranjera directa, y es probable que la misma aumente en forma explosiva a medida que Beijing reduzca aranceles y establñezca mayor transparencia en el mundo de los negocios, para cumplir condiciones de su ingreso a la OMC.
«Firmas sudafricanas consultoras, constructoras y proveedoras de materias primas, en especial de acero, pueden ayudar mucho a China» en ese proceso, opinó el Departamento de Asuntos Exteriores. (FIN/IPS/tra-eng/fk/mn/mp/if ip/01