La sobreoferta mundial de café, que causó la peor crisis en la historia del sector, comenzará a disminuir en 2003, advirtió en la capital colombiana el saliente gerente general de la Federación Nacional de Cafeteros, Jorge Cárdenas.
La cosecha mundial del año cafetero que va del 1 de octubre de 2002 al 30 de septiembre de 2003 bajará a 104 millones de sacos, frente a una demanda global de 110 millones, dijo Cárdenas, quien presentó su renuncia en el congreso de la Federación Nacional de Cafeteros (Federacafé), que finalizará este jueves.
En caso de cumplirse las proyecciones de los expertos, los deprimidos precios internacionales comenzarían a recuperarse, «aunque todavía seguirán pesando de manera considerable las reservas de café, que hoy suman 41 millones de sacos y se estima que para dentro de dos años llegarán a 51 millones», añadió.
Cárdenas opinó que el deterioro de las condiciones de atención de los cultivos en todo el mundo, debido a los bajos ingresos de los productores, «es posible que el exceso de producción sea menor esta vez (en los próximos dos años)».
Los datos de Federacafé indican que la oferta mundial en el año cafetero que finalizó en septiembre registró un récord de 114 millones de sacos, cifra que podría repetirse en la temporada 2001- 2002 a causa del aumento de la cosecha de café de la variedad robusta, que produce principalmente Brasil y Vietnam.
El mantenimiento del nivel de producción mundial implica que a los mercados han ingresado cuatro millones de sacos más que en la cosecha anterior, superando a la demanda en ocho millones de sacos, apuntó Cárdenas.
El crecimiento de la oferta se debe a la variedad robusta, cuya producción pasó de 27 millones de sacos promedio entre los periodos 1992-1993 y 1995-1996 a 43 millones en 2000-2001.
También los tipos de café arábicos no lavados pasaron de 23 millones a 31 millones de sacos en el lapso estudiado.
En cambio, la variedad de grano arábico lavado, como el que produce Colombia, mantuvo su producción de alrededor de 41 millones de sacos anuales.
Cárdenas también informó al congreso que la producción brasileña en el año cafetero 2000-2001 fue de 31 millones de sacos, aunque algunos expertos aseguran que fue de 34,1 millones, mientras que las exportaciones sumaron 19,6 millones de sacos, que le reportaron ingresos por 1.580 millones de dólares.
El alto consumo interno en Brasil, que ronda los 13 millones de sacos al año, y el apoyo gubernamental a los productores, «han evitado en parte que la crisis sea más grave», señaló el gerente saliente de Federacafé.
Para Cárdenas, el desplome de los precios internacionales en los últimos años se debió al estímulo que recibió la producción de Vietnam de parte de inversionistas extranjeros.
Vietnam pasó de producir 11 millones de sacos en el año cafetero 1999-2000 a 15 millones de sacos de café robusta en la temporada posterior, estimulado por las mismas firmas transnacionales que también invirtieron en India e Indonesia, añadió el empresario.
Carlos Naranjo, especialista del mercado cafetero, explicó a IPS que Vietnam tiene ventajas competitivas gracias a que sus costos de producción son muy inferiores a los demás países productores.
También tiene acceso a créditos de gran volumen, otorgados a largo plazo y con intereses bajos, además de las importantes donaciones que recibe para su desarrollo agrícola.
Naranjo detalló que el salario diario rural en Vietnam es de 50 centavos de dólar, mientras que el sueldo mínimo en Colombia llega a 4,14 dólares.
Otros analistas destacaron que los bajos costos de producción y los créditos internacionales permitieron al país asiático recibir ingresos adicionales por más de 2.000 millones de dólares en los últimos 13 años, que sirvieron para financiar una expansión acelerada de su caficultura.
Sin embargo, el fuerte retroceso de los precios del café robusta hizo que Vietnam sufriera en el último año una caída de 10 por ciento en el valor de sus exportaciones, lo cual forzará a realizar ajustes drásticos en sus costos.
Por eso, la estrategia de Vietnam se oriente ahora hacia una reducción de entre 20 y 40 por ciento de su área sembrada de café robusta, que es de unas 500.000 hectáreas, comentó Cárdenas.
Pero el único culpable de la crisis de la caficultura mundial no es Vietnam, según Naranjo, quien entiende que todo se originó en la ruptura del pacto internacional de cuotas de exportación ocurrida en 1989.
En Colombia, la crisis afecta a cerca de 556.000 familias, la mayoría asentadas en la región central del país, 90 por ciento de las cuales posee menos de cinco hectáreas y producen en conjunto unos 11 millones de sacos al año, nueve millones de ellos destinados a la exportación.
Federacafé precisó que la caficultura producía en Colombia a mediados del siglo XX cerca de 1.300 millones de dólares, que representaban 80 por ciento de las ventas externas del país y contribuía con 10 por ciento al producto interno bruto (PIB).
Pero en la década del 90 esa participación en la generación de divisas se redujo 17 por ciento en promedio y su contribución al PIB bajó a tres por ciento. (FIN/IPS/yf/dm/if/01