España dio un gran paso adelante para recuperar la soberanía sobre Gibraltar, en la reunión celebrada este martes en Barcelona entre el ministro de Relaciones Exteriores, Josep Piqué, y su par británico Jack Straw.
Piqué y Straw dijeron, en una declaración conjunta divulgada al término del encuentro, que esperan concluir a mediados del año próximo un acuerdo global sobre el futuro de Gibraltar, hoy administrada por Gran Bretaña, que cubrirá «todos los temas importantes, incluidos los de cooperación y soberanía».
La declaración indica que Londres acogió con satisfacción la decisión española de otorgar a Gibraltar 100.000 números de teléfono, que triplicarán los existentes, al igual que la propuesta de mejorar la asistencia sanitaria a los gibraltareños y proseguir conversaciones respecto de las pensiones.
Esas concesiones de Madrid se enmarcan en el propósito de convencer a la mayoría de los habitantes del peñón de Gibraltar que tienen más para ganar que para perder con el retorno de la soberanía de ese territorio a España.
Gibraltar, una península ubicada sobre el estrecho del mismo nombre, al sur de España, que permite controlar el tráfico marítimo entre el mar Mediterráneo y el océano Atlántico, fue tomado militarmente por los británicos a los españoles en 1704.
Los reyes de Gran Bretaña y España firmaron en 1713 el Tratado de Utrecht, por el cual la corona española cedió «la plena y entera propiedad de la ciudad y castillo de Gibraltar, juntamente con su puerto, defensas y fortalezas que le pertenecen».
Sin embargo, el mismo tratado estableció que la propiedad se cedía «sin jurisdicción alguna territorial y sin comunicación alguna abierta con el país circunvecino por tierra».
También consignó que no se permitiría el paso de mercancías y que, «si a la Corona de la Gran Bretaña le pareciere conveniente dar, vender o enajenar de cualquier modo la propiedad de la dicha Ciudad de Gibraltar (…) se dará a la Corona de España la primera acción antes que a otros para redimirla».
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) resolvió el 16 de octubre de 1964 que a Gibraltar «se le aplican íntegramente las disposiciones de la Declaración sobre la concesión de independencia a los países y a los pueblos coloniales».
En esa instancia, la ONU invitó a Gran Bretaña y a España «a iniciar, sin demora, conversaciones a fin de encontrar una solución negociada» a la disputa por ese territorio.
Pero Londres nunca había aceptado negociar la soberanía de ese territorio hasta este martes.
Piqué dijo, en rueda de prensa al término de la reunión, que el objetivo final de las tratativas es la reintegración plena de la soberanía, pero que las actuales negociaciones no están concebidas bajo el prisma «del todo o nada a corto plazo».
Añadió que la independencia de Gibraltar no está ni siquiera contemplada, pero sí un amplio autogobierno.
En la declaración conjunta de Piqué y Straw se puntualiza que el objetivo compartido es lograr un futuro en el que Gibraltar «disfrute de un mayor autogobierno y de la oportunidad de aprovechar plenamente los beneficios derivados de una convivencia normal con la región circunvecina».
Además, destacaron que el principio rector «es construir un futuro seguro, estable y próspero para Gibraltar, dotándole un estatus moderno y sostenible, acorde con nuestra común pertenencia a la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) y a la Unión Europea».
No obstante, Straw señaló que «cualquier cambio de soberanía tendrá que ser apoyado después en un referéndum por el pueblo gibraltareño».
Fuentes diplomáticas españolas señalaron a IPS que, en esa frase, Straw admite que puede haber un cambio de soberanía y que, después de llegar a un acuerdo, el gobierno británico entiende que se debería pedir el apoyo del pueblo gibraltareño en una consulta.
Para avanzar por ese camino, además de los beneficios materiales que se ofrecen a Gibraltar, los dos ministros resolvieron que lo mejor es tener reuniones «a dos banderas y con tres voces».
Por eso, los dos cancilleres confirmaron la invitación efectuada el 26 de julio al ministro principal de Gibraltar, Peter Caruana, para que se incorpore a las reuniones para elaborar el plan global.
«El proceso se beneficiaría ampliamente con las opiniones directas del gobierno de Gibraltar y, a través de él, de la Asamblea Parlamentaria y de la opinión pública de Gibraltar en su conjunto», subrayaron en la declaración de este martes.
Todos los partidos españoles apoyan la reivindicación de la soberanía de Gibraltar, mientras que en Gran Bretaña encuentra el rechazo del opositor Partido Conservador.
El vicesecretario general del Partido Conservador, Michael Ancram, también a cargo de política exterior del grupo, dijo el lunes que el gobierno de Tony Blair se prepara para entregar la soberanía de ese territorio a España.
Los ministros Piqué y Straw volverán a reunirse en enero con su equipo de trabajo, y esperan tener esbozado el plan global para entonces, con el fin de ponerlo en marcha antes de finalizar 2002.
Los diplomáticos españoles ya están trabajando en el plan, teniendo como norte las palabras pronunciadas por Piqué el 9 de febrero.
Piqué dijo en esa oportunidad que «la reivindicación española de recuperar la soberanía y reintegrar a España ese territorio es irrenunciable» y que «no es admisible, desde ningún punto de vista, que Gibraltar pueda ejercer el derecho a la autodeterminación o a integrarse como parte del Reino Unido». (FIN/IPS/td/dm/ip/01