Los indígenas campesinos peruanos ingresarán en la era cibernética globalizada a través de sus hijos, gracias al Plan Huascarán, que promueve el uso masivo de Internet en la enseñanza secundaria pública.
Esa población rural, que utiliza distintos idiomas nativos como el quechua y a veces el español, fue la elegida para iniciar la ejecución del Plan Huascarán, el más ambicioso programa de modernización de la enseñanza secundaria puesto en práctica en este país de 25 millones de habitantes.
Los adultos indígenas del área rural concentran la mayor parte del casi ocho por ciento de analfabetismo de Perú, en tanto que los escolares reflejan bajo nivel de comprensión de lectura y de rendimiento en matemáticas, según la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
Este plan de descentralización educativa, a través de Internet y la televisión, fue lanzado el 15 de octubre en Huacrapuquio, ubicado en la sierra central, 320 kilómetros al este de Lima, un deprimido distrito campesino que posee energía eléctrica, pero carece de teléfono.
Cuando las seis computadoras fueron instaladas en el colegio secundario de Huacrapuquio, los 83 estudiantes las tocaron con timidez. Los teclados seguían envueltos con el plástico con que se los protegió en la fábrica.
Ni los alumnos ni el profesor, Manuel Suazo, se atrevían a quitar la protección de los teclados «para que no se ensuciaran».
Suazo indicó primero a los estudiantes, que nunca habían escrito a máquina, que practicaran sobre teclados pintados en un papel, «para que ablandaran sus dedos, pues tienen las manos encallecidas por el trabajo campesino».
Los alumnos comenzaron a ingresar, fascinados, al universo de la red mundial de computadoras, navegando sin destreza por los portales pedagógicos puestos a su disposición por el Ministerio de Educación a través del satélite Panamsat.
Perú figura en los últimos lugares de América Latina en el uso de computadoras, con apenas 13 equipos por cada mil habitantes, mientras en Chile hay 50 por cada mil personas, en Colombia 26 por mil y en Brasil 21 por mil, según cifras del Banco Mundial.
La de Huacrapuquio es una de las 680 escuelas rurales, con una población escolar de 287.000 alumnos, que se incorporarán al proyecto en la primera fase del Plan Huascarán, que finalizará en diciembre del año próximo.
Las autoridades añadieron que en los cuatro años siguientes se espera incorporar anualmente a más de 400 escuelas rurales.
El Plan Huascarán proporcionará a cada escuela entre tres y seis computadoras, un televisor y una antena VSAT bidireccional, que permite recibir señales de Internet y de televisión, así como utilizar el correo electrónico.
Las escuelas ubicadas en zonas carentes de energía eléctrica recibirán paneles solares para activar las computadoras y el televisor.
«Eso es sólo la plataforma técnica», apuntó Alberto Patiño, presidente del Plan Piloto del Proyecto de Educación a Distancia, del Ministerio de Educación.
Patiño explicó que «el Plan incluye un programa de educación a distancia, que permitirá a los profesores y alumnos usar de los recursos de la informática para estudiar ciencias naturales, matemáticas y lenguaje, las áreas de menor rendimiento en las escuelas rurales».
«Se preparan 400 programas de televisión, que serán transmitidos a través del satélite, así como el material impreso de respaldo», informó el funcionario, quien advirtió que «eso no significará menoscabar el papel de los maestros del aula, sino mas bien potencializar su acción».
Pero el crecimiento del Plan será menor al prometido en la campaña electoral por el presidente Alejandro Toledo, quien asumió el cargo el 28 de julio.
En Perú existen 48.000 escuelas públicas, menos de la mitad de las cuales incluyen enseñanza secundaria y, según se desprende de las cifras del Ministerio de Educación, al concluir el mandato de Toledo el Plan Huascarán habrá alcanzado a menos de 20 por ciento de los estudiantes de ese nivel.
La estrechez del presupuesto nacional y el relativo fracaso en sus expectativas de obtener respaldo financiero externo para este plan de «internetización masiva y acelerada» han obligado al gobierno a moderar su proyecto inicial.
Toledo no pudo conseguir de Bill Gates la entrega gratuita de 100.000 computadoras, como mencionó en uno de sus discursos, ni tampoco las comunicaciones a tarifa mínima para las escuelas públicas que le pidió a Telefónica, la empresa española que maneja el servicio en muchos países de América Latina.
La firma de un convenio entre Perú y Telefónica, prevista para el 11 de octubre, se frustró finalmente ante la negativa de la empresa a conceder la gratuidad de las tarifas, como le otorgara a las escuelas de Chile.
El viceministro de Educación, Juan Abugattas, dijo que, ante lo ocurrido, el «gobierno sólo dará los primeros pasos, pondrá las bases de un plan que debe ser continuado por las administraciones posteriores hasta lograr que todo el sistema educativo acceda a las tecnologías de la información»
Abugattas adelantó, además, que se estudia un sistema de crédito para ofrecer computadoras personales de bajo precio a los 280.000 profesores de enseñanza pública.
«Como los profesores ganan tan poco, pensamos que no debieran pagar más de 20 dólares mensuales durante tres años, para ser dueños definitivos de sus computadoras», agregó.
«Será un salto de la indigencia y el semianalfabetismo al sofisticado mundo de las comunicaciones electrónicas y de las bibliotecas universales del cyberespacio», comentó el ex parlamentario y educador Edmundo Murrugara, sin ocultar una mezcla de escepticismo y esperanza.
Pero el proyectado salto tecnológico de la educación peruana se basa en una plataforma educacional crítica y deficiente, que el gobierno de Alberto Fujimori (1990-2000) trató de superar mediante un programa acelerado de construcción de escuelas, pero sin mejorar la calidad educativa ni los sueldos de profesores.
Según la Unesco, Perú presenta uno de los índices más bajos de América del Sur en rendimiento escolar.
El experto en educación León Trahteberg sostuvo que el retraso de la enseñanza pública urbana en el país es de 30 años respecto de otras naciones de la región, y de 50 año si se toman sólo las áreas rurales.
Perú también cuenta con los profesores peor pagados de la región, con un promedio de 171 dólares mensuales, pese a que unos 50.000 educadores están sin empleo.
Otro indicador de la crisis es la decreciente inversión pública por alumno. En 1966 se gastaba 598 dólares anuales por alumno, mientras que hoy sólo ronda los 259 dólares.
El Plan Huascarán comenzó con un presupuesto de 35 millones de dólares, que cubrirá lo que resta del año y 2002, y se espera la aprobación por parte del Banco Mundial de un crédito de bajo interés de 300 millones de dólares, para los cuatro años siguientes.
En las primeras etapas, el Plan se concentrará en las escuelas rurales y en las ubicadas en las zonas de frontera, en tanto que las zonas urbanas marginales tendrán ayuda técnica para las iniciativas de los comités de padres de familia dispuestos a financiar el equipamiento del colegio de sus hijos. (FIN/IPS/al/dm/ed/01