La Organización de la Conferencia Islámica (OIC) y los cancilleres de la Liga Arabe reunidos esta semana en Qatar advirtieron que no aceptarán ataques de Estados Unidos a otros países árabes o musulmanes, más allá de Afganistán, con el pretexto de combatir el terrorismo.
Los delegados, excepto los iraquíes, iraníes y sirios, no condenaron la ofensiva de Estados Unidos contra Afganistán, lanzada en represalia por los atentados del 11 de septiembre contra las torres gemelas de Nueva York y el edificio del Pentágono (Departamento de Defensa) en Washington, que dejaron cerca de 6.000 muertos y desaparecidos.
Pero la OIC, que representa a 56 países y a 1.200 millones de musulmanes, expresó preocupación en un comunicado al finalizar su reunión de emergencia por las víctimas civiles de los bombardeos en territorio afgano, además de condenar inequívocamente los atentados en Nueva York y Washington.
La posición de la OIC ante los hechos del 11 de septiembre será seguramente apreciada por Estados Unidos. El comunicado final también aplacará en alguna medida la inquietud de la comunidad musulmana, dado el pronunciamiento contra la eventual ampliación de la guerra comenzada en Afganistán.
La OIC no mencionó en su declaración al movimiento fundamentalista islámico Talibán, que gobierna 95 por ciento de Afganistán y protege a Osama bin Laden, el principal sospechoso, según Washington, de los atentados en Estados Unidos.
«Se trata de una situación muy compleja y delicada», comentó Hussein Amin, un analista de asuntos de Medio Oriente establecido en El Cairo.
«Por un lado, la mayoría de los países árabes ven a Talibán como un motivo de vergüenza para la religión islámica y no desean poner en peligro la ayuda ni el respaldo de Estados Unidos. Pero, por otro, deben hacer frente a un creciente sentimiento antiestadounidense», observó.
«No debemos culpar a Estados Unidos, porque lo que ocurrió allí es una gran tragedia: casi 6.000 personas murieron en un solo día debido a un acto terrorista», dijo el canciller de Qatar, Hamad Bin Jassem Al Thani, luego de la reunión.
«En general no respaldamos acciones militares, pero tampoco respaldamos el terrorismo. Debemos identificar al terrorismo y sus causas, y por eso hemos pedido que se discuta este tema en el marco de las Naciones Unidas», agregó.
El príncipe Saud Al Faisal, canciller de Arabia Saudita, declaró que los países musulmanes desean «erradicar el terrorismo, que daña a la causa y al mundo islámicos, y nunca sirve a la causa palestina».
«La declaración final indica que aprobamos tácitamente los ataques aéreos (en Afganistán) y que distinguimos entre Talibán, que está distorsionando la imagen del Islam, y los pobres afganos», comentó un analista en Dubai.
«Si no cooperamos, Estados Unidos nos acusará de proteger a terroristas», dijo, y expresó su decepción porque la OIC no especificó una respuesta en caso de una extensión de la campaña militar encabezada por Estados Unidos.
Algunos delegados lamentaron que la OIC no haya aprovechado las actuales circunstancias para promover una solución de la cuestión palestina.
En cambio, la declaración final se limitó a reproducir las críticas del presidente palestino Yasser Arafat hacia Israel por aprovechar la crisis para lanzar nuevas ofensivas contra su pueblo.
«Lamentablemente, no analizamos cómo podemos beneficiarnos de esta situación a largo plazo», expresó Hamad bin Khalifa Al Thani, emir de Qatar y presidente de la OIC.
Un punto de coincidencia fue una cláusula que exhorta a un papel central de las Naciones Unidas en el combate al «fenómeno mundial del terrorismo» y a organizar una conferencia internacional sobre el tema.
Esto, según analistas, constituye un esfuerzo por distinguir entre el terrorismo tal como lo concibe Occidente y lo que los musulmanes consideran una forma legítima de resistir ocupaciones extranjeras, como la lucha de los grupos radicales Hizbolá, Hamas y Jihad Islámica, que Israel califica de terroristas.
«Hubiéramos preferido una campaña internacional», declaró el secretario general de la Liga Arabe, Amr Mussa, en referencia a los ataques estadounidenses.
«El terrorismo es un fenómeno mundial y cualquier acción contra él debe discutirse en las Naciones Unidas», destacó.
Egipto y Arabia Saudita, aliados de Estados Unidos, contrarrestaron los esfuerzos de Irán, Iraq y Siria por criticar los ataques de represalia.
A manera de arreglo, el comunicado de la OIC incluyó una declaración que rechazó cualquier eventual ofensiva contra un país miembro «con el pretexto de combatir el terrorismo», un temor en aumento desde que Washington anunció la probabilidad de «ampliar» su guerra más allá de Afganistán, en referencia a Iraq.
«La opinión pública árabe no aceptaría una extensión de los ataques a otros países», advirtió Jamal Al Suwaidi, del Centro de Estudios e Investigaciones Estratégicas de Emiratos Arabes Unidos.
«Ya hay manifestaciones en Egipto, Sudán, Omán e Iraq contra los ataques a Afganistán, que se propagarían como fuego si cualquier otro país árabe fuera blanco de Occidente», previno un periodista de Emiratos. (FIN/IPS/tra-en/nj/ral/mlm/ip/01)