El presidente de Cuba, Fidel Castro, exigió hoy el cese de los actos terroristas organizados desde Estados Unidos contra este país a lo largo de 42 años.
«No es mucho pedir que se haga justicia con los profesionales del terrorismo que desde Estados Unidos no han cesado de aplicar sus métodos contra nuestro pueblo para sembrar el terror y destruir la economía», afirmó Castro.
El mandatario presidió un homenaje a las 73 víctimas de la explosión en pleno vuelo de un avión de la aerolínea Cubana de Aviación hace 25 años. En el acto se expresó en solidaridad con el pueblo estadounidense por los ataques del mes pasado contra Nueva York y Washington, que dejaron al menos 6.000 muertos.
Cuba se compromete a participar en una lucha mundial contra el terrorismo, asistida por «toda la autoridad moral necesaria y el derecho a reclamar el cese del terrorismo» contra este país, dijo Castro ante un millón de personas en La Habana.
Así mismo, se manifestó convencido de que la relación entre las organizaciones terroristas que actúan contra Cuba en Estados Unidos y las autoridades de ese país «nunca se rompieron».
La población recuerda como uno de los momentos más tristes de la segunda mitad del siglo XX el sabotaje contra el vuelo de Cubana de Aviación que, procedente de Trinidad y Tobago, explotó al despegar el 6 de octubre de 1976 de una breve escala en Barbados.
Entre los muertos había 57 cubanos, incluido el equipo nacional juvenil de esgrima completo, 11 estudiantes guyaneses y cinco funcionarios culturales coreanos.
Entonces «no hubo conmoción en el mundo, ni graves crisis políticas, ni reuniones en la ONU, ni inminentes peligros de guerra», dijo Castro.
A su juicio, pocos comprendieron la magnitud de aquel hecho pues parecía ser uno más en toda una larga lista de ataques contra Cuba, iniciados poco después del 1 de enero de 1959, cuando triunfó de la revolución que él encabeza.
Desde ese año hasta la actualidad, 51 aviones cubanos fueron secuestrados y casi sin excepción desviados a Estados Unidos. Entre 1968 y 1984, se registraron 71 casos de secuestro de aviones estadounidenses que fueron desviados a Cuba.
Sesenta y nueve participantes de secuestros de aviones estadounidenses fueron juzgados en Cuba y cumplieron penas de hasta 20 años de cárcel, pero en Estados Unidos ninguno de los secuestradores de naves cubanos fue castigado, según Castro.
«No se puede concebir mayor falta de elemental reciprocidad, ni mayor estímulo al secuestro de aviones y embarcaciones. Esa política inflexible, sin una sola excepción, se ha mantenido y aún se mantiene a lo largo de más de 42 años», subrayó Castro.
En contraste, aseguró, desde Cuba «no ha salido nunca un artefacto terrorista, ni siquiera un gramo de explosivos para hacerlo estallar en Estados Unidos».
«Jamás un norteamericano ha sido muerto o herido, ni una sola instalación grande o pequeña, en ese inmenso y rico territorio, ha sufrido el menor daño material por alguna acción procedente de Cuba», afirmó.
Uno de los dos organizadores del sabotaje contra el avión de Cubana de Aviación, el venezolano Orlando Bosh, vive libre en la meridional ciudad estadounidense de Miami, bastión de los exiliados anticastristas.
El segundo, el cubano Luis Posada Carriles, escapó de una prisión en Venezuela en 1985 y ahora está detenido en Panamá, tras ser acusado de organizar un atentado contra Castro durante la X Cumbre Iberoamericana que se realizó en ese país el año pasado.
Castro recordó cómo, en 1976, el diario estadounidense The Washington Post puso en duda la afirmación del gobierno de Estados Unidos de que ninguna institución de ese país estuvo relacionada con el atentado.
Tanto Posada como Bosh tenían vínculos con la Agencia Central de Inteligencia estadounidense (CIA) desde 1960, y los dos venezolanos que colocaron la bomba, Hernán Ricardo y Freddy Lugo, habían trabajado para esa agencia.
Castro aseguró que sus denuncias no están inspiradas «en sentimientos de odio o rencor» y que comprende que «los funcionarios norteamericanos no desean ni oir hablar de estos embarazosos temas».
«Dicen que hay que mirar hacia delante. Sería ciego no volver la vista para ver dónde están los errores que no deben repetirse, cuáles son las causas de grandes tragedias humanas, guerras y otras calamidades que pudieron tal vez evitarse», añadió.
La Habana acusa a Washington de organizar, financiar o permitir la realización desde territorio estadounidense de agresiones contra Cuba que causaron la muerte de 3.478 cubanos a lo largo de más de 40 años.
La lista de ataques terroristas incluye la colocación y explosión de bombas en embajadas cubanas en el exterior, en oficinas de Cubana de Aviación y una ola de atentados contra la industria turística cubana organizados por Posada Carriles en 1997.
El Departamento de Estado (cancillería) estadounidense volvió a incluir a Cuba en su última lista anual de países patrocinantes del terrorismo internacional, junto con Corea del Norte, Irán, Iraq, Libia, Siria y Sudán.
La Habana «mantuvo vínculos con otros estados que patrocinan el terrorismo y con insurgentes latinoamericanos», indicó en mayo el Departamento de Estado en su último informe sobre terrorismo. (FIN/IPS/da/mj/ip/01