Argentina se convirtió en el primer blanco de ataque con ántrax en América Latina y la inquietud se expande por otros países de la región, donde se han adoptado especiales medidas de prevención frente a la correspondencia procedente de Estados Unidos.
Sin embargo, el ministro argentino de Interior, Ramón Mestre, admitió este sábado que es difícil implementar un sistema adecuado para desinfectar todos los sobres que llegan al país, en especial en los aeropuertos internacionales, por donde ingresa 90 por ciento de la correspondencia del exterior.
La confirmación, el viernes, de la presencia de esporas de ántrax en un sobre recibido en Buenos Aires desde Miami aumentó el temor ante posibles nuevos casos en Argentina y en otros países de la región.
Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, El Salvador, Venezuela y Uruguay, entre otras naciones, también han incrementado las medidas de seguridad por la creciente inquietud de la población por un posible ataque bioterrorista, y miles de sobres son analizados ante las sospechas de ser portadores de esta bacteria.
La irrupción del ántrax ya movilizó a los correos privados a tomar precauciones, como el uso de guantes y tapabocas por parte de los empleados que manejan la correspondencia, pese a que hasta ahora los casos confirmados revelan que la bacteria fue colocada en el interior de los sobres.
El ántrax o carbunco es una enfermedad infecciosa provocada por la bacteria bacilus anthracis, que se transmite por contacto con la piel, mediante la inhalación de las esporas o a través del consumo de carne de animales infectados. La forma de transmisión más virulenta es la inhalación.
La enfermedad provoca lesiones ulcerosas en la piel, los pulmones o en el sistema gastrointestinal y sus síntomas son similares a los de la gripe.
Resulta mortal en 20 por ciento de los casos en que los infectados no reciben tratamiento de antibióticos, que son eficaces si se toman poco después del momento de la infección.
Los gobiernos latinoamericanos procuran organizar a la población para que los sobres sospechosos se entreguen en la forma adecuada a los organismos de seguridad y de salud.
En el caso de Argentina, la bacteria fue descubierta en uno de los 600 sobres sospechosos analizados en el hospital Muñiz, de Buenos Aires, y confirmado luego por el Instituto Malbrán, encargado de investigaciones bacteriológicas.
Las autoridades indicaron que hasta el momento no hay personas infectadas, pues quien recibió el sobre con esporas de ántrax, una mujer que prefirió mantenerse en el anonimato, lo entregó a la policía sin abrirlo.
La mujer sospechó del contenido del sobre porque desconocía a su remitente. La carta fue enviada por una «Oficina de Administración de RPR/OFV-División de Archivos», a la cual se le agregó: «2901-Woaklan Park Blvd STE-B-7 FT».
Los datos de la destinataria estaban escritos en computadora, el franqueo pagado, no tenía estampillas, y según se conoció no contenía ningún polvillo.
Lo que alertó a la mujer fue la leyenda en el sobre que rezaba en español: «esta correspondencia es personal y contiene material que sólo debe ser abierto por el destinatario». El contenido era publicidad de una empresa de cruceros.
El diputado Carlos Soria, presidente de la comisión bicameral de seguimiento de la investigación sobre los atentados contra la embajada de Israel y contra una mutual judía en Buenos Aires, también recibió un sobre sospechoso procedentes de Massachusetts, Estados Unidos.
También causó alarma el caso de otro sobre que fue abierto en una biblioteca municipal en la ciudad de La Plata, capital de la provincia de Buenos Aires.
La persona que recibió este sobre encontró un polvo blanco, que le provocó irritación en los ojos e hinchazón en la cara, síntomas que no corresponden a la bacteria.
Una situación similar ocurrió con un sobre hallado en un avión de la empresa privada argentina Lapa, que hacía un vuelo doméstico de la provincia de Mendoza hacia Buenos Aires, pero se desconocen aún los resultados de los análisis.
En tanto en Brasil, la Fundación Oswaldo Cruz (FIOCRUZ) aseguró este sábado que no contenía esporas de ántrax la carta dirigida al corresponsal del diario estadounidense New York Times, Larry Rohter, el más serio de los numerosos casos investigados en ese país.
Rother escribió en las últimas semanas varios artículos sobre la presunta presencia de células terroristas proislámicas en la paraguaya Ciudad del Este, ubicada en la frontera con Argentina y Brasil.
La misiva, enviada desde Nueva York el 5 de este mes y recibida el día 16, no indicaba el remitente, por eso una funcionaria de la oficina del diario en Río de Janeiro sospechó la posibilidad de que fuera portadora de la bacteria.
Un primer examen indicó la posible presencia esporas «compatibles con ántrax», lo cual causó mayor alarma que las 24 muestras de material sospechoso recibido esta semana por FIOCRUZ, centro de investigación biomédica de Río de Janeiro.
Paulo Buss, presidente de la fundación, dijo que se encontró un bacilo (organismo unicelular) en el polvo blanco que había en el sobre, pero afirmó que no es ántrax y que no provoca ningún daño a la salud.
El próximo lunes se tendrá la identificación segura del bacilo, que parece ser «un contaminante ambiental» que no afecta a los humanos.
Mientras, el Sistema Económico Latinoamericano (SELA) vaticinó el viernes una caída en las exportaciones cárnicas de Argentina y Uruguay ante una eventual guerra bacteriológica con ántrax, por tratarse de una enfermedad que afecta al ganado vacuno y porcino.
El ántrax traería pérdidas en América Latina por 8.700 millones de dólares, calculó en un informe de coyuntura el organismo de cooperación intergubernamental, con sede en Caracas.
«Directamente están afectadas las líneas de producción y mercadeo de carne, pero indirectamente también se afectan otros productos agrícolas, que pueden ser portadores y transmisores de los patógenos», señala el estudio, que advierte efectos negativos también en Colombia, Costa Rica, Ecuador, México y Nicaragua.
Pero las autoridades sanitarias de Uruguay calificaron la conclusión del organismo como «un delirio». El alerta del SELA demuestra que «no saben lo que es una guerra biológica», dijo al diario El Observador el director de Sanidad Animal del Ministerio de Ganadería, Hipólito Tapié.
«El ántrax es un bacilo que se reproduce en un laboratorio, los animales no tienen nada que ver. En todo caso, los animales correrían el mismo riesgo que los humanos, y ellos no reciben cartas», ironizó.
Por su parte, el responsable de la Dirección de Laboratorios de Análisis Veterinario de Uruguay, Víctor Lyford-Pike, calificó el estudio como «una locura». «Esto no tiene ninguna influencia en la cadena cárnica, porque el animal enfermo nunca se llega a faenar», explicó.
En tanto, las autoridades sanitarias uruguayas se mantenían en alerta luego de que se detectara «un color amarillento» en las toallas refrescantes de un vuelo de la aerolínea estadounidense American Airlines que llegó a Sao Pablo procedente de Nueva York.
El Ministerio de Salud Pública ordenó severos controles en el Aeropuerto Internacional de Carrasco en caso de que llegara algún pasajero desde esa ciudad brasileña.
El primer caso de ántrax, de los nueve registrados tras los atentados terroristas del 11 de septiembre en Estados Unidos, fue el que le costó la vida a un hombre en Miami, hasta ahora la única víctima fatal.
Sin embargo, el pánico se extiende por Estados Unidos luego que este sábado se informara que rastros de ántrax fueron encontrados en una oficina de correo de un edificio de la Cámara de Representantes, ubicado a tres cuadras del Capitolio, sede del Congreso.
En una situación similar afrontó días atrás el líder del Partido Demócrata en el Congreso estadounidense, Tom Dschle, cuando recibió un sobre con la bacteria. La situación obligó a cerrar preventivamente el Capitolio por temor a la difusión de la bacteria por el sistema de ventilación del edificio.
Hasta ahora son nueve las personas infectadas con ántrax en Estados Unidos, según los Centros para Control y Prevención de Enfermedades, mientras que otras 32 personas han dado positivo a exámenes para detectar la bacteria.
La última persona a la que se le diagnosticó la enfermedad fue un empleado postal de Nueva Jersey, el segundo caso en esa oficina.
Los primeros sobres con esporas de ántrax detectados en Estados Unidos fueron recibidos en oficinas de medios periodísticos, como las cadenas de televisión NBC, ABC y CBS.
En tanto, el primer caso en Africa se conoció el jueves, cuando el Ministerio de Salud de Kenya confirmó que un paquete enviado el 8 de septiembre desde Atlanta a un ciudadano de ese país contenía ántrax.
Pero las autoridades keniatas también investigan otros dos sobres con un polvo blanco, incluido uno enviado a una oficina de la Organización de las Naciones Unidas en Nairobi. (FIN/IPS/mv/dm/ip he/01