Estados Unidos, que hoy fue víctima de una serie de atentados cuyo saldo de muertes sería de miles, se ha negado a ratificar las convenciones internacionales contra el terrorismo aprobadas en la ONU.
De los 189 países integrantes de la ONU (Organización de las Naciones Unidas), 83 ratificaron los 12 tratados contra el terrorismo internacional, pero Estados Unidos no figura entre ellos.
La posición estadounidense consiste en «firmar, pero no ratificar», comentó un funcionario de la ONU que solicitó reserva de su identidad. Si un país no ratifica un tratado internacional, esa norma carece de validez legal dentro de su territorio, explicó.
La ONU aprobó la Convención para la Supresión de los Atentados Terroristas Explosivos en 1997 y la Convención para la Supresión del Financiamiento de Organizaciones Terroristas en 1999.
El Congreso legislativo estadounidense, órgano al que le compete la ratificación de tratados internacionales, tuvo en los últimos periodos una mayoría derechista que se negó a avalar esos convenios por supuestas colisiones con las leyes nacionales o por la percepción de que no servían al interés nacional.
Como consecuencia, Washington se ha negado a ratificar no sólo tratados contra el terrorismo sino otras normas internacionales, como las que prohíben las minas antipersonales y las relacionados con el cambio climático, la ley marítima y la creación de un tribunal penal internacional contra crímenes de guerra.
El secretario general de la ONU, Kofi Annan, expresó sus «profundas condolencias» con las víctimas de los atentados y con sus familias «y con el pueblo y el gobierno de Estados Unidos».
«No puede haber duda de que esos ataques son actos deliberados de terrorismo, cuidadosamente planificados y coordinados, y como tales los condeno con fuerza. El terrorismo debe ser combatido con decisión, donde sea que aparezca», dijo Annan.
Annan dijo este año a la Asamblea General de la ONU que promovería dos nuevos tratados hoy en discusión: la Convención Internacional para la Supresión de Actos de Terrorismo Nuclear y una Convención Completa sobre Terrorismo Internacional.
El debate de ambas convenciones está previsto para la sesión de la Asamblea General en curso, que continuará hasta mediados de diciembre.
Mientras, Estados Unidos continuó expresando sus fuertes críticas a la propuesta de los 119 países del Movimiento de No Alineados de celebrar una conferencia internacional contra el terrorismo.
El funcionario estadounidense Robert Rosenstock dijo al Comité Ad Hoc sobre Terrorismo de la ONU en febrero que esa conferencia no arrojaría resultados prácticos. «Las cuestiones sugeridas para la agenda de tal conferencia históricamente confundieron la solución práctica», dijo Rosenstock.
El funcionario dijo al Comité que una conferencia distraería al foro mundial de tomar medidas prácticas que podrían y deberían ser tomadas, como alentar la adhesión universal de las 12 convenciones existentes contra el terrorismo adoptadas por la ONU.
Rosenstock también sostuvo que la Asamblea General, que cada año aprueba media docena de resoluciones relativas al terrorismo, sería un vehículo efectivo para esa discusión, y se preguntó si una conferencia especializada sería «un estímulo útil o una distracción costosa».
La conferencia trataría varios asuntos delicados, como la distinción entre terroristas y combatientes por la libertad.
La propuesta de una conferencia internacional sobre terrorismo se maneja en la ONU desde hace una década.
Pero nunca se concretó por discrepancias sobre puntos clave, como si un ataque de fuerzas regulares que cause la muerte de civiles o el asesinato de palestinos en Cisjordania y Gaza por parte de Israel pueden ser considerados actos terroristas.
El gobierno de China cree que una reunión de esta índole facilitaría un acuerdo para combatir el terrorismo, declaró el embajador de China ante la ONU, Gao Feng. (FIN/IPS/tra-en/td/aa/mj- aq/ip/01