La Unesco cerrará 10 oficinas en América Latina y el Caribe, y mantendrá sólo las de Costa Rica, Ecuador, Jamaica y Uruguay para proyectos regionales y las de Brasil y México para planes locales, en el marco de una amplia reestructuración.
La oficina de San José coordinará los proyectos de América Central, Quito los de la Comunidad Andina, Jamaica los del Caribe y Uruguay los del Mercosur y de Chile, de acuerdo con la reforma proyectada por la Unesco (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura).
Claudio Rama, director de la Unesco en Venezuela y del Instituto de Educación Superior de América Latina y el Caribe, también con sede en Caracas, dijo a IPS que la decisión se enmarca en la necesidad de cambios en todo el sistema de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
«Los organismos internacionales tuvieron en el pasado que burocratizarse y crecieron de manera excesiva, porque los países les fueron demandando cada vez más tareas», explicó Rama.
Los países escogidos para mantener las representaciones de la Unesco tienen características comunes, como es el caso de ser pequeños y con amplia experiencia en cooperación con organismos multilaterales, además de que fueron votados como sedes regionales por las 180 naciones que conforman la Unesco.
Las oficinas que cerrarán a fines de este año son las de Argentina, Barbados, Paraguay, Perú, Trinidad y Tobago y Venezuela, mientras que entre 2002 y 2003 serán clausuradas las de Bolivia, Guatemala, Haití y República Dominicana.
También se resolvió mantener en funciones al menos hasta 2009 las delegaciones de México y Brasil, pues son países en desarrollo con más de 100 millones de habitantes, en las que se atienden varios proyectos locales. Sin embargo, no escaparán de la revisión dispuesta.
Igualmente seguirán operando el Instituto de la Cultura, en Cuba, el de Educación Básica, en Chile, y el de Educación Superior, en Venezuela.
La Unesco fue fundada el 16 de noviembre de 1945 y entró en funciones el 4 de noviembre de 1946, una vez que 20 estados ratificaron su creación en el marco del sistema de la ONU. En la actualidad está conformada por 188 países, tiene su sede en París y cuenta con 73 oficinas y unidades en diversos lugares.
El objetivo de Unesco es contribuir a la paz y la seguridad en el mundo, promoviendo a través de la educación, la ciencia, la cultura y la comunicación la ayuda entre las naciones, a fin de garantizar el respeto de la ley, la justicia, los derechos humanos y las libertades fundamentales reconocidas en la Carta de la ONU.
Esta agencia reconoce a todos los pueblos sin distinción de raza, sexo, idioma o religión, según consta en su plataforma de creación.
Rama explicó que la globalización ha incrementado la atención de los derechos humanos, la preservación del ambiente, el cuidado del aire, del agua y de la capa de ozono, pues «todos nos afectan, porque son de todos».
Ante esta situación, los gobiernos rebasaron sus capacidades, por lo cual aumentaron sus demandas de ayuda a los organismos internacionales.
Esa situación llevó a que se aumentara el número de empleados y de oficinas en América Latina, sin tomar en consideración la falta de recursos originada por las deudas de los países a los organismos de la ONU, añadió Rama.
El experto uruguayo apuntó que déficit presupuestario se explica en el consecuente gasto en mantenimiento de oficinas y de personal, ya que «todo lo que los gobiernos aportan se gasta en sus propios proyectos».
Agregó que un ejemplo de ello es el caso de Venezuela, donde los 700.000 dólares de su contribución son destinados por completo a los programas en desarrollo en este país. Esa situación se repite en el resto de América.
Para el caso de Africa y de Asia, excepto Japón, los aportes vienen desde la sede principal de París, debido a que la pobreza imperante en esas regiones impide que destinen fondos para programas propios.
Por otra parte, Rama explicó que los 20 empleados de la delegación de la Unesco de Venezuela serán reubicados o se les ofrecerá acogerse a la jubilación anticipada.
El cierre de esta representación de la Unesco le fue informada al presidente venezolano Hugo Chávez por el director general de la Unesco, el japonés Koichiro Matsuura, en una reunión que mantuvo en enero en Caracas, en el marco de un viaje que también incluyó a Colombia.
Chávez se mostró comprensivo ante la medida, pues coincidió con Matsuura en que no se podía mantener esa estructura con su actual modelo de organización.
Rama, en respuesta al escepticismo de algunos sectores de la educación y de la cultura en Venezuela por la retirada de la Unesco, sostuvo que la reestructura le va a permtir a la Unesco «una mayor eficacia en el servicio a los países, con una gestión más coherente».
Puntualizó, además, que «no se paralizarán los proyectos que se habían planificado en Venezuela».
También informó que se han presentado dos planes, que incluyen la creación de un programa de computación para medir el nivel de la calidad de la educación superior y la asignación de un correo electrónico para los estudiantes universitarios.
El alto funcionario de la agencia de la ONU comentó que el número de oficinas no garantiza en sí un buen funcionamiento, ya que, por ejemplo si Venezuela necesita un experto en cultura, sólo tiene que pedirlo a La Habana.
El nuevo modelo implica que en las oficinas regionales que se mantendrán se concentrarán los especialistas en cultura, educación, ciencia y tecnología, que son las áreas prioritarias para atender.
Rama, en su condición de director del Instituto de Educación Superior de América Latina y el Caribe, señaló que propuso la elaboración de 34 informes sobre el estado de la enseñanza universitaria en la región, así como un medio de comunicación digital para difundir los datos y experiencias recopiladas. (FIN/IPS/mp/dm/cr ip/01
