El dengue y su vigoroso transmisor, el mosquito de patas blancas Aedes Aegypti, se enseñorean de América tropical y este año en particular han castigado de manera intensa a Venezuela, donde fueron afectadas 22.066 personas, dos de las cuales perecieron, según datos del Ministerio de Salud.
La viceministra de Salud, Luisa López, informó además de un repunte de la epidemia con la intensificación de las lluvias desde mediados de julio, reportándose hasta 1.500 nuevos casos cada semana en este país de 24 millones de habitantes.
El temporal que se abate sobre casi todo el país, al paso de la tormenta tropical «Chantal» por el mar Caribe, afectará incluso las zonas del sur, que forman parte de la Amazonia, según el portavoz de la Fuerza Aérea para el asunto, Marcos Durán.
Para salir al cruce del avance del dengue, el gobierno de Hugo Chávez declaró en situación de epidemia una zona tras otra del territorio nacional en las últimas semanas. Ya padecen esa condición 18 de los 23 estados que integran el país, además de un distrito capital.
Las cifras de dengue hasta el 15 de agosto representan un retroceso sanitario ante el también llamado «patas blancas», ya que el año pasado por la misma fecha se habían contabilizado 10.901 casos. Al finalizar 2001 el mal puede afectar a unas 30.000 personas, calculó López.
Las autoridades detallaron que, de los 22.066 casos registrados, 1.937 corresponden a la modalidad dengue hemorrágico, tipo de enfermedad que también es responsable de los fallecimientos así como de las centenares de personas que han requerido hospitalización.
Por añadidura, se confirma el nuevo cuadro de situación de la enfermedad, ya que desde hace una década atacaban en Venezuela los serotipos o variantes del dengue internacionalmente distinguidos con los números 1, 2 y 4, pero desde fines de 2000 ha aparecido también la cepa número 3.
Las tipo uno y dos constituyen el llamado dengue clásico que, pese a provocar fiebre alta y dolores en las coyunturas, la cabeza y en el fondo de los ojos, son considerados los menos peligrosos de todos. El número tres, el dengue hemorrágico, así como el número cuatro, son identificados como los más peligrosas.
Con la aparición del dengue hemorrágico, se pueden afectar, y más fácilmente, las personas que ya han padecido las otras modalidades del dengue. «Los anticuerpos contra los otros serotipos no sirven para detener al nuevo», lamentó el médico Jesús Querales, presidente del estatal Instituto de Higiene.
El dengue es una enfermedad bicentenaria, cuyas primeras epidemias fueron reportadas entre 1779 y 1780 simultáneamente en varias áreas de Africa, Asia y América. En este último continente se ha asentado en sus zonas tropicales y avanza en las subtropicales.
Sus primeros síntomas se parecen a los de un estado gripal – elemento que dificulta su combate- y son fiebre, dolores en la cabeza y articulaciones (en Venezuela le llaman fiebre «rompehuesos»), pérdida de apetito, dolores gastrointestinales y diminutas erupciones.
En el caso de dengue hemorrágico, los puntos rojos en la piel son seguidos de sangrados por la nariz, encías, y quizá en tejidos gastrointestinales. Un examen de sangre es requerido entonces con urgencia, para determinar la cuantía de la pérdida de plaquetas.
La enfermedad no se transmite de persona a persona, sino mediante el activísimo Aedes, originario del este de Africa, de donde tomó su apellido Aegypti, y extendido por el mundo junto con las conquistas y colonizaciones.
No existe tratamiento contundente contra la enfermedad, por lo cual el combate se centra en el agente transmisor, que toma el virus al picar a una persona enferma, reproduce el microorganismo en su estómago y, con una nueva picada, lo inyecta en la sangre de una persona sana.
La lucha contra el dengue se reduce entonces a evitar la reproducción del mosquito que lo transporta, pero en las áreas tropicales de América el insecto va ganando la batalla, gracias a la facilidad que las lluvias le brindan para desarrollar sus criaderos y la falta de higiene que alienta sus dos meses de vida.
También en Asia y Africa se reportan epidemias cíclicas, como ocurrió en los años 80 y 90 en India, Pakistán, Sri Lanka y China.
En el caso de Africa, la zona más castigada es la cercana al océano Indico, mientras que en América, el castigo ha sido muy severo sobre Cuba, Venezuela, los países de América Central, el nordeste de Brasil y las guayanas.
Los expertos advierten las dificultades para destruir los criaderos en regiones asoladas por la pobreza y ubicadas a menos de 1.500 metros sobre el nivel del mar, donde con mayor facilidad se represan aguas y proliferan charcas.
Para la reproducción del mosquito son ideales los paisajes urbanos deficitarios en alcantarillados, pues las aguas se estancan con facilidad en los agujeros del pavimento, en macetas y en floreros, en neumáticos en desuso y en cualquier otro recipiente.
En Venezuela, sólo el noroccidental estado de Falcón marcha a contravía del resto del país, al lograr reducir en 2001 la incidencia de casos de dengue respecto de años anteriores.
Henry Ventura, responsable regional de Salud, apuntó que la clave para este logro en Falcón ha sido la coordinación del trabajo de los organismos encargados de suministrar agua potable con aquellos a cargo de recoger la basura. (FIN/IPS/jz/dm/he/01