AUSTRALIA: Instancia decisiva para acuerdo nuclear con Argentina

La polémica en Australia sobre un tratado de cooperación con Argentina, que implica exportar a ese país combustible nuclear usado, se trasladó hoy al Senado, cuya aprobación es necesaria para que el acuerdo entre en vigencia.

Este lunes, críticos locales pidieron a la Comisión Conjunta Permanente de Tratados del Senado el rechazo de ese acuerdo, que prevé el traslado a Argentina de desechos provenientes de un proyectado reactor nuclear experimental en la sudoriental ciudad de Sydney.

El concejo municipal de Sutherland Shire, un suburbio de Sydney en el cual se prevé instalar el reactor, sostuvo ante la comisión que el Tratado de Cooperación para Usos Pacíficos de la Energía Nuclear, firmado hace tres semanas, debe ser rechazado por motivos legales y morales.

Ken McDonnell, integrante de ese concejo, dijo a los senadores que le preocupaba la posibilidad de que el acuerdo «subvierta la Constitución argentina», al violar normas que prohíben importar residuos peligrosos.

El tratado, firmado por el ministro argentino de Relaciones Exteriores y Comercio Internacional, Adalberto Giavarini, y su par australiano, Alexander Downer, se negoció para que la firma argentina INVAP pueda comenzar a construir el reactor, en el marco de un contrato de 169 millones de dólares.

INVAP realizaría el proyecto en instalaciones dedicadas a la investigación de la Organización Australiana de Ciencia y Tecnología Nuclear (ANSTO, por sus siglas en inglés), donde ya funciona un reactor nuclear.

El acuerdo permitiría que Canberra demande a Buenos Aires por su incumplimiento, debido a omisiones de INVAP o acciones del gobierno argentino, indicó a la comisión la funcionaria ejecutiva Shennia Spillane, de la sección de normas internacionales del Departamento Australiano de Relaciones Exteriores y Comercio.

«Eso nos proporciona un seguro adicional», comentó.

«Según entendí al leer el tratado, el gobierno argentino no podrá impedir su cumplimiento», señaló a los senadores el responsable de relaciones con el gobierno y el público de la ANSTO, Steven McIntosh.

McIntosh dijo a la comisión que no hay que preocuparse por la legalidad de que Argentina importe combustible usado del reactor nuclear, porque la ANSTO recibió garantías «a nivel presidencial» argentino de que tal importación «no violará la Constitución» de ese país.

El artículo 41 de esa Constitución prohíbe «el ingreso al territorio nacional de residuos actual o potencialmente peligrosos, y de los radiactivos», pero Canberra arguye que el combustible usado no sería clasificado como desecho nuclear, sino como material para reprocesar que sería devuelto a Australia.

Ese argumento fue rechazado por el asesor legal del concejo de Sutherland Shire, Tim Robertson, quien dijo a la comisión que INVAP carece de acceso en Argentina a tecnología para reprocesar el combustible.

«No corresponde que las partes del acuerdo apelen a un cambio de denominación para eludir las normas constitucionales» argentinas, enfatizó.

La posibilidad de que no haya demandas, o la de que eventuales demandantes deban esperar años para lograr la intervención del Poder Judicial de Argentina, no deberían tranquilizar a Canberra, ya que «cualquier persona» podría invocar las garantías establecidas por la Constitución de ese país, añadió.

McDonnell expresó su consternación ante la intención del gobierno de lograr la ratificación del tratado antes de fines de este año, cuando está previsto realizar elecciones.

«Una reciente investigación del Senado sobre la necesidad de un nuevo reactor nuclear concluyó con el pedido a Auditoría Nacional de que revise varias cuestiones centrales relacionadas con la oferta (de INVAP) y el contrato», recordó.

Sin embargo, el Poder Ejecutivo no desea habilitar un periodo mínimo de 15 días para que se expresen objeciones del público al tratado, destacó.

«Los desechos del reactor afectarían a miles de generaciones», aseguró la portavoz de la organización no gubernamental Pueblo de Sydey contra un Nuevo Reactor Nuclear, Leah Mason.

McDonnell dijo a la comisión que comenzó a preocuparse cuando funcionarios de la ANSTO dijeron al concejo de Sutherland Shire que nunca se había producido un accidente en el reactor que funciona en la actualidad, sin añadir que pocas semanas antes había faltado muy poco para que se produjera uno muy grave. (FIN/IPS/tra-eng/bb/js/mp/en/01

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