PERU: Toledo, entre la globalización y el indigenismo

El presidente electo de Perú, Alejandro Toledo, de raíz indígena y economista egresado de la universidad estadounidense de Stanford, gobernará a partir del día 28 un país que se debate entre la globalización y la afirmación de su identidad andina.

Toledo recorrió un largo y singular camino desde su natal Cabana, distrito rural muy pobre de la sierra norte peruana, hasta la presidencia del país, lograda el 3 de junio con 52 por ciento de los votos válidos en segunda vuelta electoral.

El septentrional puerto de Chimbote fue donde pasó su infancia y donde cursó sus estudios secundarios, que ayudó a solventar trabajando de vendedor ambulante, mientras colaboraba como cronista principiante en un diario local.

Posteriormente, la beca de una institución religiosa lo llevaría a Estados Unidos para estudiar economía en la Universidad de San Francisco y pasar luego a la de Stanford, donde obtuvo dos maestrías y finalmente el doctorado.

Al terminar los estudios universitarios, Toledo se quedó en Estados Unidos, para ingresar al Banco Mundial y después trabajar durante algunos años como asesor en programas de desarrollo en diversos países de Africa y de Asia.

La campaña electoral de Toledo se basó tanto en su condición de destacado economista internacional como en su origen étnico. Sus partidarios lo llaman «Pachacutec», nombre del más importante emperador Inca, y consideran que su triunfo fue «una revancha de la historia después de 500 años de dominación de los blancos».

Pero Toledo no habla quechua, pese a su descendencia de ese pueblo indígena, y su manejo del español es criticado por adversarios políticos, quienes sostienen que su mala pronunciación y estructura de las frases revela que «piensa en inglés y luego traduce al castellano».

La «indianidad» política de Toledo es puesta en duda por algunos intelectuales indigenistas, como Isaac Humala, presidente del Instituto de Estudios Etnogeopolíticos, y el escritor Freddy Rocallo, líder de un grupo de peruanos radicados en Nueva York.

«Es un indio desculturizado y, aunque debemos presuponer que tiene sensibilidad por sus ancestros, no creemos que pueda comprender las raíces de la indianidad, porque es un gringo economista liberal con rostro indígena», dijo Roncallo.

Por su parte, Humala dijo que no puede comparar a Toledo con Pachacutec, «sino con Paullo Tupac, hermano de los últimos incas Atahualpa y Huascar, quien hizo alianza con los conquistadores españoles».

El presidente electo Toledo «representa la mentalidad y los intereses de las firmas transnacionales, los bancos mundiales y los inversionistas extranjeros», sentenció.

Menos duro, el sociólogo Edgardo Murrugarra considera que «Toledo refleja en su historia personal el drama cultural de Perú: el alejamiento involuntario de las raíces ancestrales y la presunta voluntad de recuperarlas, pero, al mismo tiempo, una fuerte dependencia cultural externa».

A su vez, la periodista Tarcila Rivera precisó que 90 por ciento de los 26 millones de peruanos son indígenas o mestizos, «pero la mayoría trata de ignorar las raíces indias y quisiéramos parecernos a los prototipos ingleses, y copiamos su lenguaje, sus modas y sus costumbres».

«Tanto o más importante que integrarnos con el resto del mundo, es integrarnos con nosotros mismos, sin complejos, aceptarnos en lo que somos y valorar nuestra identidad», agregó Rivera, también presidenta del centro de culturas indígenas Chirapac.

Al asumir el gobierno, Toledo expondrá la manera de encarar el problema del equilibrio entre la inserción en la modernidad y la globalización y la preservación de la identidad propia de un país de rico patrimonio cultural.

«Ese asunto, que parece una cuestión teórica, se pondrá en el primer plano de la política cuando se aborde la reforma de la educación, en especial en lo concerniente a la educación bilingüe», explicó Murrugarra.

La Constitución de Perú indica que son idiomas oficiales el castellano, y en las zonas donde predominen, también el quechua, el aimara y las demás lenguas aborígenes.

Pero la enseñanza primaria peruana es sólo en español, en tanto que en secundaria también se dictan cursos obligatorios de inglés, aunque de manera deficiente, según expertos.

Educadores, sociólogos y antropólogos reclaman desde hace años la incorporación en la educación básica de diversas lenguas nativas y proponen la obligatoriedad de la enseñanza de al menos una de ellas.

«El bilingüismo del español con algunas de las lenguas vernáculas tendrá un positivo efecto cultural, social y educativo», indicó la educadora Elvira Tizón.

«En el aspecto cultural contribuye a afirmar la identidad nacional, por otro lado debe mejorar la autoestima de un importante sector de la población, que se siente marginado porque habla una lengua de segunda categoría. Además, en el aspecto educativo favorecerá la alfabetización», aseguró.

El monolingüismo en la enseñanza inicial y primaria somete a los niños indígenas, especialmente a quienes viven en las zonas rurales menos accesibles, a la torturante exigencia de tratar de aprender a leer en un idioma que no es el que se habla en su casa», concluyó Tizón.

Perú tiene 26 millones de habitantes, de los cuales más de cuatro millones tienen como lengua materna alguno de los 42 idiomas nativos existentes en la actualidad, que corresponden a 19 grupos lingüísticos.

Los idiomas aborígenes más utilizados son el quechua, que predomina en la mayor parte de la sierra andina y es hablado por 3,2 millones de personas, y el aimara, lengua materna de 4,4 millones de peruanos, gran parte de ellos radicados en la zona de Puno, en el extremo sur oriental del país y adyacente a Bolivia.

El gobierno del general Juan Velasco Alvarado (1968-1976) quiso imponer por decreto el bilingüismo oficial, pero sólo logró desarrollar noticieros en quechua en la radio y en la televisión.

En 1986 se creó la Dirección de Educación Bilingüe Intercultural (EBI), que imparte enseñanza en dos idiomas en algunas zonas de la sierra andina y de la selva amazónica.

«En 4.280 escuelas se dictan cursos de historia, geografía y matemáticas en nueve lenguas nativas: quechua, aimara y siete lenguas amazónicas», explicó Juan Carlos Godenzi, director nacional de EBI. (FIN/IPS/al/dm/ip cr/01

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