DESARROLLO: Africa aguarda soluciones del G-8

Africa espera con ansiedad los pronunciamientos sobre pobreza, deuda y sida en la cumbre del Grupo de los Ocho (G-8) países más poderosos del mundo, que comenzó hoy en la ciudad italiana de Génova.

Los presidentes Olusegun Obasanjo, de Nigeria, Omar Konare, de Malí, Thabo Mbeki, de Sudáfrica, y Abdelaziz Bouteflika, de Argelia, estarán presentes en Génova para impulsar medidas categóricas sobre alivio a la pobreza, deuda y sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida), cuestiones críticas para Africa.

«La pobreza sige desafiando al mundo en desarrollo y a Africa. Si el peso de la deuda no es enfrentado en forma seria y recíproca, se atrofiarán los intentos de desarrollo (del continente) y eso afectará tarde o temprano a las naciones industrializadas», dijo Tunji Oseni, portavoz de Obasanjo.

El Foro y la Red Africana sobre Deuda y Desarrollo (Afrodad), con sede en Zimbabwe, reclamó «medidas decisivas para la total cancelación de las deudas» al G-8, integrado por Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Italia, Japón y Rusia.

«Pedimos a los líderes del G-8 que vayan más allá de la Iniciativa para los Países Pobres Muy Endeudados, que hasta ahora sólo entregó 13.200 millones de dólares de los 100.000 millones prometidos en la cumbre de 1999», señala un comunicado de Afrodad entregado a IPS el viernes.

«Esto está muy lejos de poner fin a la deuda no sustentable, como habían prometido los gobernantes del grupo cuando lanzaron la iniciativa», agrega el comunicado.

En Níger, «uno de los países más pobres del mundo donde sólo 13 por ciento de los habitantes cuentan con saneamiento y 87 por ciento de la población adulta es analfabeta, el pago de intereses de la deuda fue de 28 millones de dólares en 1999», afirmó Afrodad.

«En 2002 será de 49 millones, mientras el presupuesto anual de salud es de sólo 27 millones de dólares», precisó.

Nigeria, con una deuda externa de 30.000 millones de dólares, también aspira a algún tipo de alivio para su endeudamiento.

Sin embargo, será difícil que el país convenza a sus acreedores de condonar una parte de su deuda, considerando los recursos con los que cuenta, en particular el petróleo, dijo Emeka Anyaoku, ex secretario general de la Comunidad Británica de Naciones, a la que pertenece Nigeria.

«Desearía una condonación, pero debo admitir que no será fácil. En cambio sí debería ser sencillo lograr un alivio reprogramando el pago de intereses», sostuvo Anyaoku, en Lagos.

El Banco Mundial concedió un préstamo de 60 millones de dólares a Nigeria para su proyecto comunitario de reducción de la pobreza.

En Italia, el presidente nigeriano Obasanjo y el resto de la delegación africana comprobarán si las expectativas de la región se amoldan a la estrategia de reducción de pobreza de Estados Unidos.

El presidente estadounidense George W. Bush expondrá dicha estrategia durante la reunión de Génova, sostuvo una fuente del gobierno de Abuja.

Desde que asumió el gobierno en 1999, Obasanjo promovió la condonación en cada foro al que asistió, subrayando el devastador efecto de la deuda continental de 350.000 millones de dólares.

Desde que fue lanzada en 1996 la iniciativa del G-8 para la condonación de deudas alcanzó 54.000 millones de dólares. Entre 1999 y 2000, 23 naciones deudoras de Africa y América Latina se beneficiaron con el plan, según organizaciones no gubernamentales (ONG).

Pero la iniciativa de los países ricos no basta para enfrentar la crisis que afecta a los niños y niñas en edad escolar de los países empobrecidos, sostiene un nuevo informe de la institución benéfica Oxfam, de Gran Bretaña.

«Los volúmenes de ayuda se están reduciendo. Las naciones más ricas deberían lanzar una iniciativa global para abolir el pago de matrículas escolares y asegurar educación a toda la niñez del mundo», dijo Oxfam.

Según la organización, 125 millones de niños y niñas en edad escolar no asisten a la escuela y 900 millones de adultos son analfabetos.

Algunos activistas subrayan la responsabilidad de las instituciones financieras internacionales que se niegan a aceptar la cancelación de deudas.

«De cada dólar que Zambia pague por concepto de intereses de su deuda en los próximos cinco años, 58 centavos irán a los bolsillos del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional» (FMI), sostuvo la organización One World's Debt Channel, que propugna la condonación de la deuda de los países más pobres.

Del mismo modo, la mitad de cada dólar pagado por Benín, Burkina Faso, Malawi, Malí y Uganda irán a las dos organizaciones financieras multilaterales.

Los 22 países más endeudados deben más al Banco Mundial y al FMI que a sus 17 mayores acreedores juntos, según One World.

«Por la negativa del Banco Mundial y el FMI a equiparar el compromiso del G-8 de cancelación total de la deuda, esos 22 países perderán más de 500 millones de dólares anuales en los próximos cinco años. Y los pagos se extenderán más allá de ese período», subrayó One World.

Obasanjo también procura del G-8 ayuda para combatir la epidemia africana de sida. En abril Nigeria organizó una cumbre sobre la enfermedad en la que el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas, Kofi Annan, lanzó la idea de crear un fondo mundial contra la pandemia.

Nigeria contribuyó a dicho fondo con 10 millones de dólares y «aspira, al igual que Africa, a participar en la administración del fondo», dijo Oseni.

La región apuesta al éxito de ese fondo pues la mayor parte de los 25,3 millones de personas contagiadas viven en Africa, donde ya han muerto 11,6 millones de enfermos de sida.

La participación africana en el comercio mundial será otro asunto que impulsarán los líderes africanos en Génova.

En Nigeria, a consecuencia de la liberalización comercial el mercado se ve inundado de bienes importados que compiten por su bajo precio y mejor calidad con la producción nacional.

El asunto preocupa al parlamento. El senador Salisu Matori afirmó a la prensa que Nigeria gastaba entre 300 millones y 1.000 millones de dólares sólo en la importación de jugos de fruta.

El legislador prepara un proyecto de ley para restringir la importación de productos no esenciales como textiles y jugos de fruta. (FIN/IPS/tra-en/ro/mn/dc/aq/dv/01

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