El economista Alejandro Toledo, elegido presidente de Perú en la segunda vuelta electoral del domingo, anunció que buscará ayuda financiera externa para aliviar el difícil panorama económico y social que espera a su gobierno.
Toledo, líder del centrista Perú Posible, logró un ajustado triunfo, con 52 por ciento de los votos válidos, frente al ex presidente Alan García (1985-1990), del socialdemócrata Partido Aprista Peruano, quien obtuvo 48 por ciento.
Las autoridades electorales informaron este lunes que los votos anulados superaron 10 por ciento del electorado y la opción en blanco sólo logró poco más de dos por ciento, pese a que las encuestas previas llegaron a pronosticar alrededor de 30 por ciento.
El presidente electo, de 55 años y ex funcionario del Banco Mundial, convocó a todas las fuerzas políticas a sumarse al esfuerzo para reconstruir las instituciones y la economía.
García también manifestó su intención de colaborar para «la reconstrucción de la patria», al aceptar su derrota el mismo domingo por la noche.
La comunidad internacional saludó el desarrollo de este proceso electoral en Perú, iniciado poco después de instalarse el gobierno interino de Valentín Paniagua, quien reemplazó en noviembre al destituido Alberto Fujimori y entregará la Presidencia a Toledo el 28 de julio.
El secretario general de la Organización de Estados Americanos, César Gaviria, felicitó a Paniagua y a su canciller, Javier Pérez de Cuéllar, por conducir a Perú a una «transición democrática», luego que el gobierno anterior fuera «apelando cada vez más a procedimientos autoritarios».
El gobierno de Fujimori hizo «uso indebido de fondos públicos», pero «para fortuna de todos se desmoronó como resultado del conocimiento público de sus actos ilegales», dijo Gaviria, sin nombrar al destituido presidente, al inaugurar el domingo en San José de Costa Rica la XXXI Asamblea General del foro americano.
Mientras, los analistas políticos ya apuntan las dificultades que afrontará Toledo para llevar adelante su gobierno sin contar con mayoría propia en el Congreso unicameral de 120 miembros.
Sin embargo, portavoces de Perú Posible, que tiene 45 parlamentarios, aseguran que están próximos a acordar alianzas con el Frente Independiente Moralizador, con 11 escaños, y con el partido Acción Popular, con cuatro.
Además, ya hay conversaciones para agregar por «lo menos otros tres votos», confió Jorge Mufarech, del partido de Toledo, aunque rehusó precisar los nombres de los estratégicos aliados que le otorgarían mayoría parlamentaria.
Esas alianzas parecen fundamentales ante una fuerte oposición que suma 28 votos del Partido Aprista Peruano y 17 del conglomerado de grupos que apoyó a la ex candidata presidencial Lourdes Flores, del conservador Partido Popular Cristiano, tercera en la primera vuelta electoral.
García y Flores ya advirtieron a Toledo que apoyarán únicamente «medidas económicas y políticas positivas».
«Es claro que Toledo no necesitará simultáneamente los votos de ambos sectores opositores, pero esta tenaza de oposición desde posiciones populistas y conservadoras, lo obligarán a definir una tendencia y podrían proyectarse al interior de esa alianza de personas y bloques disímiles que es Perú Posible», dijo la socióloga Ileana Morales.
Por su parte, José Barba Caballero, congresista electo por la Alianza Unidad Nacional, que encabeza Flores, comentó que «las promesas electorales le pasarán la factura de inmediato y, si no puede satisfacerlas, Toledo gozará de una corta luna de miel con el electorado».
El futuro presidente «tendrá un escenario político estrecho y apremiante, no sólo porque la diferencia que obtuvo sobre García fue de apenas cuatro por ciento, sino también porque sus ofertas electorales han generado contradictorias y onerosas demandas de distintos sectores de la población», añadió Barba.
Según los analistas, cumplir las promesas electorales de Toledo costará unos 800 millones de dólares en el primer año, en tanto que la anunciada reducción en un punto del impuesto general a las ventas, que bajará de 17 a 16 por ciento, significará una retracción del ingreso fiscal de 170 millones de dólares.
Toledo «prometió aumentos salariales para los empleados públicos, los maestros y los médicos y, al mismo tiempo, reducir el impuesto a las ventas y mantener la disciplina fiscal. Así que estaremos atentos para ver como consigue hacerlo», comentó el Mauricio Mulder, parlamentario del Partido Aprista Peruano.
«Su campaña electoral se centró en la oferta de aumentar rápidamente el empleo, que constituye el principal problema, no sólo porque la desocupación y el subempleo ascienden a 58 por ciento dela población activa en este momento, sino también porque el trabajo que hay es malpagado», concluyó Mulder.
El economista Hugo Aquino, director de la empresa de asesoría financiera Quipu, destacó del discurso realizado por Toledo tras conocer los resultados electorales su promesa de mantener la disciplina fiscal y que irá en busca de oxígeno financiero en el exterior.
«Sabemos que Toledo quiere compensar el menor ingreso, que significará bajar un punto el IGV, con la reducción del presupuesto militar y policial, que asciende a casi 23 por ciento del presupuesto, pero no podrá tocar los gastos corrientes y tal vez sólo reducir las compras de armas», explicó.
Aquino añadió que Toledo «probablemente recurrirá a los organismos multilaterales en busca de algunas demostraciones concretas de apoyo, como el financiamiento de obras de infraestructura, que crean empleos».
Además, Toledo probablemente visitará a los gobiernos que conforman el Club de París, de países acreedores, que podrían cambiar deuda por inversiones internas sociales o ambientales, como contrapartida.
El experto advirtió que «la impaciencia de los sectores populares puede generar problemas a Toledo, porque no se puede cambiar el presupuesto para este año, lo cual significa que no habrá aumentos de salarios y, tal vez, ni siquiera para mejorarles el aguinaldo de fin de año, que en 2000 fue de escasos 100 dólares. (FIN/IPS/al/dm/ip/01
