El plan de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para resolver el conflicto en Sahara Occidental está empantanado por discrepancias entre el gobierno de Marruecos y el Frente Polisario, los dos bandos que se disputan ese territorio, y aumentan las críticas a la gestión del foro mundial.
«Las maniobras de Marruecos han causado un estancamiento en los últimos años, y en la actualidad el Plan de Solución (de la ONU) se ha transformado en una risible caricatura», afirmó el jurista francés Claude Botemps, durante una reunión del parlamento de su país dedicada a la cuestión.
Sahara Occidental es una región desértica de 266.000 kilómetros cuadrados, rica en minerales y ubicada al sur de Marruecos, que fue ocupada y anexada por la monarquía marroquí en 1975. Antes de esa anexión, el territorio de Marruecos era una colonia española de 446.500 kilómetros cuadrados.
El Frente Popular para la Liberación del Sagiat Al-Hamra y Río De Oro, o Frente Polisario, creado en 1973, lucha por la independencia de Sahara Occidental y el 27 de febrero de 1976 proclamó la República Arabe Sarahui Democrática (RASD).
La RASD cuenta con respaldo de Argelia, y su sede está instalada en la ciudad sudoccidental argelina de Tindouf.
El Plan de Solución de la ONU, lanzado a comienzos de los años 90, prevé la realización de un referendo de autodeterminación en Sahara Occidental, en el cual la población indígena decida si desea independizarse o integrarse a Marruecos.
Desde que se planteó esa iniciativa, ambos bandos en conflicto han discutido quiénes deben ser habilitados para votar. El Frente Polisario sostiene que Rabat intenta ampliar en forma indebida los padrones, y el gobierno marroquí acusa a los insurgentes de negarse al registro de «genuinos sarahuíes».
El secretario general de la ONU, Kofi Annan, ha tratado de superar el estancamiento de las negociaciones al sugerir a Marruecos que acepte un estatuto de autonomía limitada para Sahara Occidental.
Rabat ha mostrado disposición a aceptar esa iniciativa, a la cual llama «la tercera vía», pero el Frente Polisario rechaza con vehemencia cualquier propuesta que implique algún grado de control marroquí sobre Sahara Occidental.
«Consideramos que la única opción es el referendo, que daría a nuestra población la posibilidad de decidir su propio futuro», señaló el jefe del Frente Polisario y presidente de la RASD, Mohamed Abdelaziz.
«Argelia respalda el plan (de la ONU) que fue aceptado por la comunidad internacional, incluyendo a Marruecos», indicó el ministro de Relaciones Exteriores argelino, Abdelaziz Belkhadem, en una entrevista publicada el lunes por el diario árabe Asharq Al- Awsat, que se edita en Londres.
«No sabemos nada acerca de una 'tercera vía'. Mientras el Consejo de Seguridad de la ONU se apegue al Plan de Solución, Argelia hace lo mismo», añadió.
Botemps, profesor de derecho en París, criticó a la ONU por intentar realizar el referendo de autodeterminación en un territorio que Marruecos controla por completo.
«¿Qué significa un referendo para 80.000 votantes (saharauíes) rodeados por un ejército (de ocupación marroquí) de 150.000 soldados, por 40.000 funcionarios (de Rabat) y por 250.000 colonos (provenientes de Marruecos)? No se trata de una genuina consulta popular», sostuvo.
«Marruecos debería evacuar por completo el territorio» para que se realice el referendo, enfatizó, pero apuntó que duda de que «la ONU sea capaz» de lograr que Rabat haga eso.
«La comunidad internacional debe lograr que la cuestión de Sahara Occidental se transforme en un modelo de autodeterminación», sostuvo el belga Pierre Galland, integrante de la asociación Amigos de la RASD.
«En la actualidad se habla de una tercera vía que no existe», subrayó.
«¿Queremos empujar a los saharahuíes a la rebelión y que se reanude una escalada de violencia, como ocurrió en Timor Occidental?», preguntó.
«La comunidad internacional sólo actúa cuando los canales de televisión muestran imágenes de baños de sangre», como sucedió el año pasado, cuando Timor Occidental aún no había logrado su independencia de Indonesia, lamentó.
La ONU actúa como cómplice de los esfuerzos de Marruecos para «imponer una postergación no justificada del referendo», alegó María Paz Andrés Santa María, profesora de derecho internacional en la universidad española de Oviedo.
La monarquía marroquí ha impulsado el apoyo de todos los partidos legales del país a la «tercera vía».
«La cuestión de Sahara Occidental sólo podrá ser solucionada en el marco de la soberanía de Marruecos», declaró la semana pasada en Francia el primer ministro socilista marroquí, Abderrahmane Youssoufi.
«Los marroquíes no aceptarán ninguna solución que no reconozca la soberanía del reino sobre Sahara Occidental. La política de regionalización que el gobierno se dispone a implementar será un marco adecuado para resolver la cuestión», dijo profesor universitario marroquí Driss Nakouri.
«Regionalización y descentralización sólo son nuevos nombres de los antiguos procedimientos de la tribus saharauíes para resolver sus asuntos lejops del poder central de Marruecos», comentó el investigador saharaui Mostapha Noua durante un encuentro sobre la autonomía de Sahara Occidental.
Abraham Serfaty, ex dirigente comunista de la oposición marroquí, pidió a Rabat que permita a la ONU repatriar a los saharahuíes que viven como refugiados en otros países, y realizar elecciones libres en Sahara Occidental.
«Debería elegirse una asamblea saharaui que luego negociara con el rey de Marruecos el marco legal de la autonomía», afirmó.
Serfaty fue encarcelado y luego exiliado por el anterior rey de Marruecos, Hassan II, por oponerse a la anexión de Sahara Occidental. El año pasado fue amnistiado y repatriado por el rey Mohamed VI, hijo y sucesor del fallecido Hassan II.
La comunidad internacional comienza a perder la paciencia, y «lo peor sería que el Frente Polisario también pierda la paciencia y reanude las hostilidades, lo cual causaría un grave daño a la estabilidad en Africa Septentrional», advirtió. (FIN/IPS/na/mn/ip/01
