KENIA: Una situación potencialmente explosiva

Organizaciones de derechos humanos de Kenia reclamaron a la Organización de Naciones Unidas (ONU) el establecimiento urgente de una misión de paz para enfrentar riesgos a la seguridad social y política.

La situación sociopolítica de Kenia es potencialmente explosiva como consecuencia de un clima económico «deprimente», aseguraron representantes de las organizaciones nucleadas en la Iniciativa Nacional para la Paz en un mensaje al presidente del Consejo de Seguridad de la ONU.

Estas organizaciones, que representan a diferentes grupos de interés de Kenia, aseguraron que los keniatas son rehenes del «fracaso de los líderes políticos para efectuar los cambios radicales pero necesarios» para desarrollar un buen gobierno.

«La historia sabe que la desesperación desata revoluciones sangrientas. Esto es lo que debe evitar una iniciativa de paz con apoyo internacional», sostiene una carta de cuatro páginas publicada esta semana.

Al menos 175 personas mueren por día en Kenia como consecuencia de robos, vandalismo, brutalidad policial o violencia étnica, y muchas deben abandonar sus hogares por esa causa, lo cual convierte a este país en uno de los más peligrosos del mundo.

Según el último censo nacional, 55 por ciento de la población vive por debajo de la línea de pobreza.

Mientras se ensancha la brecha entre ricos y pobres, atribuida por las organizaciones a la corrupción gubernamental y al desprecio por derechos elementales, crece el temor de que se agraven los estallidos sociales

La desconfianza hacia las autoridades se alimenta por las frecuentes evidencias de participación policial en los crímenes y asesinatos.

«Somos testigos de la creciente inseguridad que causa muertes, desplazamientos internos y un colapso general del orden social, el deterioro ambiental y la ruina económica que conducen a sufrimientos indecibles y a masivos disturbios sociales», afirma la carta.

«Si la comunidad mundial no interviene ya, esta situación puede tener graves derivaciones para la estabilidad del país y de toda la región», advierte la carta, enviada a las dos cámaras del Congreso legislativo de Estados Unidos y a todos los miembros del Parlamento Europeo.

Desde que se reanudó la democracia multipartidaria en Kenia en 1991, la violencia estalla cada vez que se el país se aproxima al periodo electoral, sostienen las organizaciones que reclaman la intervención internacional.

Como resultado de esos esporádicos estallidos de choques étnicos y políticos registrados antes de las elecciones de 1992 y 1997 cientos de personas murieron y miles fueron desplazadas de sus hogares.

Sin embargo ninguna de las comisiones investigadoras creadas para esclarecer los crímenes arribó a conclusiones claras.

Los dirigentes de la Iniciativa Nacional para la Paz esperan que estallen enfrentamientos similares a medida que se acercan las elecciones de 2002.

«Este país está en guerra desde 1992», afirmó Willy Mutunga, director ejecutivo de la Comisión de Derechos Humanos de Kenia. «Es solo cuestión de prevenir lo que obviamente se convertirá en una total destrucción de la ley y el orden».

«La misión de control de la paz debería ser enviada al país sin demoras y debería permanecer durante y después de las elecciones generales de 2002 para asegurar una transición pacífica, uno de los aspectos más importantes de la política en Kenia», afirmaron los peticionantes.

La votación del año próximo deberían ser el fin de la era del presidente Daniel Arap Moi, en el poder desde hace 22 años.

Moi ha afirmado públicamente que no persigue un tercer período de mandato, pero la oposición teme que su partido, la Unión Nacional Africana de Kenia (KANU), procure reformar la constitución para permitir que Moi siga gobernando hasta su muerte.

«Creemos que se deben controlar esas tendencias. Pero además queremos saber qué hará la ONU para mantener la paz en este país», dijo a IPS esta semana el legislador opositor Njeru Kathangu.

El proceso de revisión constitucional, que se inició en 1997 con el objetivo de recortar las potestades presidenciales y dar cabida al pluralismo político, se empantanó por la imposibilidad de los partidos de integrar la comisión encargada de dicha revisión.

La oposición acusó al oficialismo de precipitar el fracaso del proceso con el fin de manipular la constitución en favor de la permanencia de Moi, pues el debate interno del KANU sobre la sucesión presidencial se puso al rojo vivo. (FIN/IPS/tra- en/ja/mn/dc/mj/ip/01

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