INDIA-PAKISTAN: Tentativa de diálogo encuentra escollos

Pakistán respondió de modo afirmativo a la invitación de India para dialogar sobre Cachemira, pero las perspectivas de una solución negociada de la disputa sobre ese territorio fronterizo son muy limitadas, opinaron analistas.

La parte más difícil es el posible papel en las conversaciones del Comité Multipartidario Hurriyet (AHPC), una federación de grupos políticos que procuran la independencia de Cachemira, una región musulmana dividido entre India y Pakistán que ha sido causa de guerra entre los dos países.

Pakistán reclama la zona de Cachemira administrada por India, que constituye el único estado indio de mayoría islámica. India, por su parte, acusa a Islamabad de respaldar al movimiento separatista de ese estado norteño.

El jueves, un día después del anuncio de la iniciativa de Nueva Delhi, el principal portavoz del gobierno militar paquistaní, general Rashid Quereshi, insistió en que hay tres partes en el conflicto y en que las conversaciones deben incluir al AHPC.

«La parte principal (los representantes de Cachemira) debe participar del diálogo, tanto en Islamabad como en Nueva Delhi», declaró el presidente de Hurriyet, Abdul Ghani Bhat.

Pero el ministro del Interior de India, Lal Krishna Advani, descartó cualquier «papel intermediario» para Hurriyet.

Advani se había negado anteriormente a otorgar pasaportes a varios miembros de Hurriyet que consideraba «propaquistaníes» para que pudieran viajar a Islamabad para mantener conversaciones.

Sin embargo, el canciller paquistaní Abdul Sattar dijo en conferencia de prensa en Islamabad que Pakistán no haría de la participación de AHPC una cuestión de principios, publicaron este viernes periódicos indios.

Sattar leyó una declaración de condena a la decisión de India de suspender un cese del fuego de seis meses y reanudar operaciones militares contra los insurgentes del estado de Cachemira.

«India renunció aun a la pretensión de contención», dice la declaración.

El plan del primer ministro indio Atal Bihari Vajpayee de invitar a un diálogo al jefe de gobierno de Pakistán, general Pervez Musharraf, hace honor a una resolución de año nuevo de tomar medidas «audaces e innovadoras» para resolver la disputa de Cachemira.

Vajpayee ha estado bajo presión de elementos radicales de su Partido Bharatiya Janata, hinduista y nacionalista, para poner fin al cese del fuego. Miembros del ejército arguyeron que la tregua dio a grupos separatistas la oportunidad de atrincherarse.

«Al levantar el cese del fuego e invitar a Musharraf a dialogar, el gobierno siguió un camino lógico, aunque no del todo predecible», comentó el analista de seguridad Manoj Joshi.

La iniciativa de Vajpayee marca un claro alejamiento de la posición tradicional de India, según la cual las conversaciones sólo podrían comenzar luego de que Pakistán diera «prueba suficiente de su disposición a crear una atmósfera conducente para un diálogo significativo».

En esencia, eso significaba que Islamabad dejara de respaldar a los grupos militantes que actúan en la parte india de Cachemira.

Vajpayee acusó a Islamabad de «no hacer lo suficiente para contener a las organizaciones terroristas basadas en su suelo que continúan con su campaña de matanzas contra civiles inocentes y nuestro personal de seguridad, en Cachemira y otras partes de India».

Ahora, Nueva Delhi decidió cambiar su táctica y atacar a los grupos militantes que operan en el estado indio de Jammu y Cachemira, principalmente a Lashkar-e-Taiyaba (Soldados de Dios), mientras reanuda su diálogo diplomático con Islamabad.

Lashkar y otros grupos militantes advirtieron a Islamabad que «no se deje caer en la trampa tendida por el gobierno indio».

India interrumpió sus conversaciones diplomáticas con Pakistán en 1999, luego de que intrusos armados cruzaran la Línea de Control que divide a Cachemira entre ambos países, provocando una guerra limitada y no declarada durante varios meses.

El conflicto terminó con la intervención del entonces presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, que convenció a Islamabad de hacer retirar a los intrusos.

Tanto Clinton como el actual gobierno estadounidense de George W. Bush instaron a India y Pakistán, ambos armados de bombas nucleares, a reanudar el diálogo diplomático.

Washington aprobó la nueva iniciativa de Vajpayee. «Aplaudimos la invitación de India al general Musharraf para dialogar», declaró Phil Reeker, portavoz del Departamento de Estado. (FIN/IPS/tra-en/rdr/js/mlm/ip/01

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