/BOLETIN-AMBIENTE/ RUSIA: Futuro del Protocolo de Kyoto en manos de Moscú

La decisión estadounidense de no ratificar el Protocolo de Kyoto dejó en manos de Rusia el futuro de ese acuerdo, firmado en 1997 para que los países industrializados reduzcan su emisión de gases de efecto invernadero,

El Protocolo de la Convención de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, firmado en diciembre de 1997 en la ciudad central japonesa de Kyoto, indica que en 2008 los países industrializados deben haber reducido su emisión de gases que retienen calor en la atmósfera a cinco por ciento menos que los niveles de 1990.

Ese acuerdo entrará en vigencia cuando lo hayan ratificado países responsables en 1990 de 55 por ciento de las emisiones de dióxido de carbono y otros gases causantes de efecto invernadero, dijo a IPS Michael Grubb, del británico Instituto Real de Asuntos Internacionales, una organización independiente de expertos.

Se espera que Japón y las naciones de la Unión Europea (UE) ratifiquen el protocolo, pero esos países emitían sólo 39 por ciento del total de gases invernadero en 1990. Rusia era responsable entonces de 17 por ciento de las emisiones, y su ratificación basta para sumar 56 por ciento, explicó.

El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, anunció en marzo que su país, el mayor emisor de dióxido de carbono, con 35 por ciento del total mundial, no ratificará el protocolo para proteger sus propios intereses económicos, afectados por tendencias recesivas.

«La ratificación por parte de Rusia pasó a ser decisiva» para el futuro del acuerdo, que «fue un extraordinario logro en el campo de las relaciones internacionales», enfatizó Grubb, autor del libro «Protocolo de Kyoto: Análisis e interpretaciones».

Una delegación de la UE encabezada por el primer ministro de Suecia, Goran Persson, se reunió el jueves con el presidente de Rusia, Vladimir Putin, para discutir cuestiones relacionadas con la energía y el ambiente.

Suecia ocupa en la actualidad la presidencia rotativa de la UE.

Uno de los integrantes de la delegación fue el italiano Romano Prodi, presidente de la Comisión Europea, órgano ejecutivo de la UE.

Prodi declaró que la UE y Rusia comparten la voluntad de «implementar el Protocolo de Kyoto», según la agencia estatal rusa de noticias, RIA.

Bush pensó que posición anunciada en marzo ubicaba a Estados Unidos en una posición de fuerza para renegociar el protocolo, pero la UE ha señalado con claridad que está dispuesta a intentar que el acuerdo entre en vigencia sin respaldo estadounidense, comentó Grubb.

La Cámara de Diputados rusa tiene previsto discutir la ratificación del protocolo el mes próximo.

«Rusia apoya la ratificación del Protocolo de Kyoto», aseguró Oleg Plzhnikov, funcionario del Ministerio de Energía ruso. El sector energético es responsable de unos dos tercios de la emisión de gases invernadero del país.

Moscú espera obtener beneficios económicos de la entrada en vigencia del acuerdo.

Los Estados que apoyan el Protocolo de Kyoto han establecido un acuerdo preliminar para que países industrializados cuya emisión de gases invernadero esté por debajo de la reducción exigida vendan cuotas de emisión no realizada a naciones que no cumplan las metas establecidas.

Ese acuerdo busca recompensar a los países menos contaminadores y estimular el uso de tecnologías respetuosas del ambiente.

La actividad industrial de Rusia cayó casi a la mitad desde fines de los años 80, y su emisión de gases invernadero decreció 30 por ciento en relación con el nivel de 1990.

Por lo tanto, la implementación del Protocolo de Kyoto puede significar que el país gane desde 500 hasta 4.000 millones de dólares por año, mediante la venta de cuotas a otros países industrializados, según Pluzhnikov. (FIN/IPS/tra- eng/sb/mn/mp/en/01

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