DERECHOS HUMANOS-COLOMBIA: Llamado de Semana Santa por la paz

La Iglesia Católica colombiana pidió en un mensaje de la Semana Santa cristiana el cese de los combates y la superación con el diálogo del conflicto armado, que recrudeció en la central zona del Magdalena medio.

«Es necesario defender toda vida humana» y promover «una cultura de paz, que tiene que ser un rechazo frontal y muy firme de una cultura de muerte» , dijo Alberto Giraldo, presidente de la Conferencia Episcopal colombiana.

Giraldo, que también preside la Comisión Nacional de Conciliación, en la que convergen organizaciones no gubernamentales, gremios empresariales y sindicatos de trabajadores, se refirio al tráfico de dogas y de armas como expresiones de una cultura de muerte.

«La Iglesia Católica tiene una evidente influencia en el país, tanto por su ascendiente en el gobierno como por su entronque con sectores populares», comentó a IPS el analista político Luis Valencia.

Valencia señaló que las jornadas del llamado «vía crucis social», una serie de marchas de campesinos y de desplazados de las zonas de conflicto hacia centros urbanos, que se realizan en esta Semana Santa, son «expresiones de organización de una base social católica».

«Nosotros, tan heridos por las muertes violentas, necesitamos con apremio vital recuperar el amor como fuerza de vida (…), que debe ser el único lema humano en una sociedad que, como la colombiana, está dominada por los mercaderes de la muerte», dijo el obispo Darío Monsalve, de Bucaramanga, capital del departamento de Santander, situado al norte de Bogotá.

Mientras, el obispo Jaime Prieto, de Barrancabermeja, un centro petrolero de Santander, aludió al aumento de la influencia de las derechistas Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) en esa ciudad que, según dijo, «está cambiando de dueño».

«Otros actor del conflicto viene a montar su autoridad y sus mecanismos de presión y coacción», declaró Prieto al diario El Espectador.

Barrancabermeja es el principal centro urbano del Magdalena medio, donde el gobierno y el insurgente Ejército de Liberación Nacional (ELN) acordaron una «zona de encuentro», para negociar la paz.

El ELN pretende realizar en esa región una convención nacional para discutir con la sociedad civil reformas sociales orientadas a sustentar los eventuales pactos de paz con el gobierno.

La creación de la zona de encuentro es resistida por las AUC, una organización paramilitar que, según aseguran los guerrilleros y organizaciones de derechos humanos, mantiene vínculos con el ejército.

Los paramilitares disputan al ELN el control del área de Barrancabermeja y parecen resueltos a dominar este fin de semana la serranía de San Lucas, baluarte de los guerrilleros. Los dos bandos libran combates en varias localidades de la zona.

Prieto observó que ninguna solución se obtendrá por la fuerza. «Si no se ha logrado en 40 años (de conflicto armado), tampoco se va a lograr ahora», dijo.

El obispo se manifestó dispuesto a conversar con Carlos Castaño, jefe de las AUC, como parte de la misión pastoral que le encomienda la Iglesia Católica.

Castaño ha reclamado un sitio en el diálogo de paz promovido por el gobierno de Andrés Pastrana, aunque las autoridades se niegan a aceptarlo como interlocutor y sólo negocian con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y pretenden hacerlo también con el ELN.

Pero la acción del poderoso ejército privado de Castaño ha complicado las tentativas de diálogo del gobierno con el ELN. Los jefes guerrilleros no concurruieron a una reunión acordada para el último fin de semana con el Alto Comisionado de Paz Camilo Gómez, arguyendo que las AUC se proponían poner sitio al lugar convenido.

Este viernes, el ex Consejero Presidencial para Asuntos de Paz, Daniel García Peña, consideró la posibilidad de que el gobierno admita a Castaño como interlocutor para una salida política del conflicto interno.

Pero García Peña desaconsejó el reconocimiento de estatuto político a las AUC. Sólo se les debe exigir «que se comprometan a respetar los derechos humanos», dijo.

Las AUC han sido identificadas por las organizaciones Amnistía Internacional y Human Rights Watch como responsables de la gran mayoría de las masacres perpetradas en Colombia. (FIN/IPS/mig/ff/cr ip hd/01

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