DERECHOS HUMANOS-AMERICA LATINA: Pocos avances para las mujeres

América Latina ha cumplido de manera muy parcial las metas de avance económico y político para su población femenina, revela un informe presentado hoy en Santiago de Chile por Noeleen Heyzer, directora ejecutiva del Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer (Unifem).

«El progreso de las mujeres en el mundo 2000» es el informe bienal de Unifem, preparado en el marco de Beijing más cinco.

Esa instancia fue fijada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para una primera evaluación de los compromisos asumidos por la comunidad internacional en la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer, celebrada en China en 1995.

Heyzer, doctora en ciencias sociales nacida en Singapur, resaltó las conclusiones del informe con sus propuestas de «reestructurar la globalización», para promover simultáneamente la equidad de género, la disminución de la pobreza y el desarrollo humano.

En la década del 90, solo ocho países en el mundo, ninguno de ellos latinoamericano, cumplieron con el acuerdo de lograr la igualdad de género en los organismos de representación política, con al menos 30 por ciento de mujeres ocupando cargos en sus parlamentos.

La participación de las mujeres en el parlamento es uno de los tres indicadores que Unifem seleccionó para este informe, orientados a «las dimensiones económicas de la igualdad de género y de 'empoderamiento' (fortalecimiento institucional) de las mujeres en el contexto de la globalización».

Los otros dos indicadores fueron la incorporación de las mujeres al trabajo remunerado, tanto en cantidad como en calidad de los empleos, y la igualdad de género en el ingreso a la educación secundaria.

Adriana Delpiano, ministra del Servicio Nacional de la Mujer de Chile, valoró el hecho de que este informe entregue una visión económica, sustentada en datos y cifras que miden en el tiempo avances y retrocesos en la situación de las mujeres y no a través de «una fotografía del momento».

«La globalización puede ser para las mujeres una gran posibilidad, en tanto permite, como lo refleja este informe, un control social sobre los países», agregó Delpiano.

Los ocho países que tienen más de 30 por ciento de sus cupos parlamentarios ejercidos por mujeres son Alemania, Dinamarca, Finlandia, Holanda, Islandia, Noruega, Sudáfrica y Suecia.

Unifem cita a 13 países que entre 1987 y 2000 aumentaron la representación femenina en sus parlamentos, gracias a cuotas establecidas por ley. Entre ellos figuran Argentina, Bahamas, Barbados, Ecuador y El Salvador.

Cuba es el país latinoamericano con mayor porcentaje de mujeres en su parlamento en enero de 2000, con 27,6 por ciento.

A Cuba le siguen Argentina con 23 por ciento, Barbados con 20,4, Guyana con 20, Bahamas con 19,6, Trinidad y Tobago con 19,4, Costa Rica con 19,3, México con 17,9, Ecuador con 17,4, El Salvador con 16,7, Jamaica con 16, Suriname con 15,7 y República Dominicana con 14,5 por ciento.

A continuación se ubican Belice con 13,5 por ciento, Colombia con 12,2, Uruguay con 11,5, Venezuela con 11,4, Perú con 10,8, Bolivia con 10,2, Nicaragua y Panamá con 9,7, Honduras con 9,4, Chile con 8,9, Paraguay con ocho, Guatemala con 7,1, Brasil con 5,9, y finalmente Haití con sólo 3,6 por ciento.

Si bien la escala de la región en este aspecto no es promisoria, resulta al menos alentador en comparación con otras áreas marcadas por retrocesos en los últimos años.

«En Europa del este las mujeres están menos presentes que hace una década en las instancias de tomas de decisiones y en los parlamentos», destacó Thierry Lemaresquier, representante residente en Chile del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

El funcionario, de nacionalidad francesa, subrayó que aún en países caracterizados por su estabilidad y crecimiento económico las mujeres siguen siendo objeto de discriminación. Por ejemplo, «Chile tiene serios retos pendientes, ya que hay una deuda sin cancelar a las mujeres chilenas», señaló.

Chile aparece en el informe de Unifem como uno de los países donde aumentó la brecha de género en cuanto al porcentaje de los salarios de las mujeres sobre los salarios de los hombres. En ese aspecto, México y Venezuela registraron también una involución en la década del 90.

En cambio, la brecha salarial disminuyó en Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Guatemala, Honduras, Panamá, Paraguay y Uruguay.

En materia de igualdad de género en la educación, el informe examina la meta de incorporación de 100 por ciento de las niñas a la educación secundaria, señalando que hubo progresos en ese aspecto entre 1985 y 1997 en casi todo el mundo, aunque en América Latina seis de 26 países retrocedieron.

Estadísticas de 1997 ubican por debajo de la meta de 100 por ciento los siguientes países latinoamericanos: Belice y Paraguay con 97 por ciento, Haití con 95, México, Perú y Barbados con 94, Bolivia con 86 y Guatemala con 83 por ciento.

Heyzer enfatizó que, si no se hacen esfuerzos constantes y sistemáticos, se pueden registrar retrocesos, como de hecho los hubo en varias regiones, y particularmente en el antiguo mundo socialista, en cuanto a la participación e igualdad de la mujer.

La directora de Unifem señaló que es preciso seguir atacando la pobreza y particularmente la feminización de la pobreza, para llegar al objetivo que se ha propuesto la ONU de disminuir en 50 por ciento la población pobre del mundo para 2015.

Advirtió, además, que frente a estas tareas no hay sólo un actor responsable de los progresos, sino que en este esfuerzo deben unirse el Estado, el sector privado y la sociedad civil. (FIN/IPS/ggr/dm/hd/01

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