Unos 350 delegados de 70 partidos verdes acordaron principios y líneas de acción comunes, en el marco de problemas emergentes por su acceso a posiciones de gobierno en varios países, durante una conferencia que terminó hoy en la capital australiana.
Los verdes cuentan con más de 1.000 parlamentarios en el mundo, entre ellos 250 integrantes de poderes legislativos nacionales, y su fuerza se concentra en especial en Europa y otros bastiones tradicionales del movimiento ambientalista, del cual proviene la mayoría de sus dirigentes.
Sin embargo, su presencia en ministerios, como integrantes de gobiernos de coalición, los ha colocado en contradicciones con ese movimiento, y ha quedado en evidencia que la diversidad de los verdes es a la vez una fortaleza y una debilidad.
En Alemania, el ministro verde de Ambiente, Jurgen Tritten, desilusionó a sus ex compañeros del movimiento antinuclear al aceptar el ingreso a ese país de desechos nucleares provenientes de una planta reprocesadora francesa.
La incipiente coordinación internacional entre los verdes verdes se desarrolló con rapidez durante la última década con la creación de organización regionales en Europa y América, a las cuales se sumaron en 1998 la Federación Africana de Partidos Verdes y el año pasado la Red Verde de Asia-Pacífico.
La conferencia buscó profundizar esa coordinación mediante una red de trabajo sobre asuntos clave como el cambio climático, y aprobó una Carta Mundial Verde, en parte declaración de principios y en parte plataforma política, con la intención de otorgar mayor coherencia a esa coordinación.
La negociación de ese documento tuvo momentos arduos.
Un delegado africano propuso que la Carta incluyera un compromiso colectivo contra la discriminación de los homosexuales, pero la iniciativa no fue aprobada porque asumir esa causa, popular en Europa, podría perjudicar desde el punto de vista electoral a partidos africanos.
También hubo polémicas sobre la posición que debía adoptarse en relación con la Organización Mundial del Comercio, porque algunos delegados defendieron su reforma y otros su abolición.
«Deberíamos soñar un poco más. Quizás el borrador propuesto de la Carta jerarquiza con cierto exceso el diagnóstico, y presenta cierto exceso de timidez», opinó durante la conferencia el delegado del Partido de los Verdes brasileño, Antonio Melo Viana.
Uno de los acuerdos básicos establecidos en la Carta es la protección de los derechos humanos, y los participantes en la conferencia tuvieron muy presente que no se referían a una cuestión abstracta, ya que delegados de muchos países están en peligro por enfrentar a poderosos intereses.
La fundadora del movimiento Cinturón Verde de Kenia y candidata para las próximas elecciones presidenciales de ese país, Wangari Maathai, estuvo hace poco en prisión por oponerse a proyectos de tala de árboles.
«Los verdes han sido puestos a prueba y sufrido debido a su trabajo ambientalista. Quienes son encarcelados y amenazados son alentados en forma importante por el apoyo de compañeros verdes de todo el mundo», comentó Maathai.
La conferencia lanzó una iniciativa llamada «Escudo Verde», mediante la cual activistas de países democráticos trabajarán para defender a quienes afrontan amenazas en naciones poco tolerantes.
El establecimiento de mecanismos de cooperación permanente en otros asuntos no pudo acordarse en Canberra, por discrepancias sobre la creación de un secretariado mundial y el modo de crear una estructura mundial que aumente la efectividad política de las partes sin disminuir el papel de las federaciones regionales.
Una de las preocupaciones comunes jerarquizadas durante la conferencia fue la existencia de sistemas electorales nacionales que constituyen barreras a la presentación de candidatos y la obtención de bancas parlamentarias por parte de partidos pequeños.
«Las reformas del sistema electoral son muy importantes, pero no hay que esperar hasta que se produzcan para empezar a actuar», dijo Marian Coyne, delegada de Escocia a la conferencia y portavoz de la Federación Europea de Partidos Verdes.
«Los verdes operan en el espacio del cual disponen, y tratan de ganar más espacio mientras impulsan reformas electorales», explicó.
La conferencia fue una fuente de inspiración sobre las perspectivas de los partidos verdes para muchos delegados, y en especial para algunos que aún dudaban entre la creación de una organización partidaria y la permanencia en su actual papel de políticos independientes o activistas extraparlamentarios.
«Pienso que es preciso emular en todo el mundo lo que han logrado los partidos verdes. He hablado con algunos amigos en mi país, y coincidimos en que es hora de formar un partido», dijo Nmimmo Bassey, director de la organización no gubernamental nigeriana Acción por los Derechos Ambientales.
«Creo que mi color es el verde. No importa que una persona sea negra o blanca, el verde es el color de la vida», afirmó.
«La globalización de la economía nos hace pensar con preocupación que el mundo no se transforma en una 'aldea global' para la gente, sino para la compañías transnacionales que extraen recursos de nuestro ambiente, sin respetar nuestros derechos humanos», añadió.
Un claro ejemplo de las perspectivas de la coordinación de los partidos verdes fue lo ocurrido durante la conferencia tras el pedido de apoyo formulado por una delegación de jefes tribales de Nueva Caledonia que tratan de proteger arrecifes de coral amenazados por proyectos mineros franceses.
«La campaña de defensa de los arrecifes será llevada adelante en Francia por los verdes que forman parte de la coalición gobernante en ese país, con uno de sus integrantes como ministro de Ambiente», anunció en Canberra el portavoz de los verdes de Nueva Caledonia, Didier Baron.
La conferencia «fue un momento importante en la historia política mundial. El futuro es verde», aseguró el senador verde australiano Bob Brown en su discurso de apertura de la reunión. (FIN/IPS/tra-eng/bb/js/mp/en ip/01
