AMBIENTE: EEUU firmará tratado que prohibe químicos tóxicos

El gobierno de Estados Unidos anunció hoy, dos días antes del Día de la Tierra, que firmará la Convención de las Naciones Unidas para prohibir o limitar el uso de contaminantes orgánicos persistentes (COP), como el DDT y las dioxinas.

El anuncio fue bien recibido por activistas del ambiente que, sin embargo, agregaron que el gobierno de George W. Bush deberá hacer más méritos, sobre todo en el ámbito del recalentamiento planetario, si pretende conseguir el apoyo ecologista.

«Es un paso importante para detener la propagación mundial de productos químicos peligrosos. Pero esto no acallará la controversia internacional por el rechazo unilateral del presidente» al Protocolo de Kyoto, que pretende reducir las emisiones de gases invernadero de los países industrializados.

«Nosotros, la organización que lideró la lucha para eliminar el DDT de Estados Unidos hace 35 años, estamos contentos de que el gobierno apoye las gestiones internacionales para eliminar los químicos tóxicos», dijo Steve Cochran, de la organización Defensa Ambiental.

«El gobierno también debe gestionar para reducir la contaminación provocada por los gases invernadero que contribuyen con el recalentamiento planetario», agregó.

El anuncio de Bush subrayó que el tratado contra los COP, que se firmará en Estocolmo el próximo mes, es un modelo del tipo de acuerdo internacional preferido por Washington.

«Este tratado muestra las posibilidades de cooperación que existen entre todos los participantes del debate ambiental. Los países industrializados cooperaron con los de menor desarrollo. Las empresas cooperaron con los grupos ecologistas. Y ahora un gobierno republicano continuará y concluirá la labor de un gobierno demócrata», dijo.

El tratado no le exige a Estados Unidos nada nuevo que no le exijan sus propias leyes, salvo el de contribuir con un fondo de 150 millones de dólares para ayudar a los países pobres a cumplir con los requisitos del instrumento.

El tratado prohibe la producción y el uso de nueve productos químicos, que se sabe que provocan defectos congénitos, cáncer y otros problemas en seres humanos y animales, tanto en la tierra como en el agua.

El tratado también limitará severamente el uso de tres químicos, aunque una veintena de países podrá seguir usando el DDT para combatir el mosquito trasmisor de la malaria, mientras no se creen químicos más seguros.

Los COP son sustancias sumamente tóxicas que persisten en el ambiente durante años, sin desintegrarse. Suelen viajar grandes distancias por aire o agua, desde campos o fábricas, hasta ríos, mares y océanos.

Una vez absorbidos por la cadena alimenticia, persisten en la grasa o el hígado de los animales. También pueden ser absorbidos por el plancton marino que es consumido por los peces y otros animales, como las ballenas, osos polares, incluso humanos.

Muchos científicos creen que pueden ser la causa de la gran mortandad de vida marina que se registra en todo el mundo.

Los químicos más comunes, además del DDT, son los bifenilos policlorados (PCB), un químico industrial usado a menudo en electrodomésticos antes de que se prohibiera su uso, el hexaclorobenceno, las dioxinas, los furanos y varios pesticidas.

«Estos químicos no respetan las fronteras y pueden dañar a los estadounidenses, aun cuando sean liberados en el extranjero. Los riesgos son grandes y la necesidad de tomar acción es clara», declaró Bush.

Bush anunció su decisión en una ceremonia asistida por dos miembros «moderados» de su gabinete, el secretario de Estado (canciller) Colin Powell y la administradora de la Agencia de Protección Ambiental, Christine Todd Whitman.

Ambos asesoraron a Bush en contra de su controvertida decisión el mes pasado cuando anunció que Estados Unidos se retiraría de las negociaciones para poner en práctica el Protocolo de Kyoto.

El anuncio de Bush culminó una semana en que el gobierno procuró reducir la ira de los ecologistas, justo antes de la celebración anual número 31 del Día de la Tierra.

«Bush está evidentemente fuera de contacto con las opiniones y valores del pueblo estadounidense acerca del ambiente», sostuvo Deb Callahan, presidenta de la League of Conservation Voters, que la semana próxima divulgará una crítica evaluación de la gestión ambiental de los primeros 100 días del gobierno.

«Su ofensiva ambiental es una cínica retribución a los intereses petroleros, mineros, forestales y del gas que invirtieron en su campaña, un cálculo político que seguramente lo perjudicará en las próximas elecciones», agregó.

Los festejos del Día de la Tierra en Estados Unidos se concentrarán en el recalentamiento planetario, el cambio climático y la decisión de Bush de retirarse del Protocolo de Kyoto.

«El gobierno de Bush está destruyendo la mejor oportunidad del mundo para combatir el cambio climático», afirmó Denis Hayes, organizador de los primeros festejos por el Día de la Tierra en 1970 y presidente de la Red del Día de la Tierra.

Hayes acusó a Bush de aportar grandes inversiones, a través del Banco Mundial y otros organismos financieros, en los países del Sur para desarrollar las industrias del carbón y el petróleo que sólo agravarán el problema.

Así mismo, el presupuesto que propuso el gobierno de Bush la semana pasada y que será discutido por el Congreso legislativo, «recortaría los fondos de las fuentes renovables de energía, como la solar y la eólica, a la mitad», advirtió Hayes. (FIN/IPS/tra-en/jl/aq/en/01

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