El gobierno de Sudáfrica rechazó iniciativas de la mayor central sindical del país y de la oposición parlamentaria para declarar un estado de emergencia nacional por la epidemia de sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida).
La medida había sido propuesta para responder al desafío de una demanda ante la Corte Suprema de Pretoria, presentada por 39 filiales de las mayores transnacionales farmacéuticas contra la Ley de Control de Medicamentos y Sustancias Similares de 1997, que mantiene en suspenso la implementación de esa norma.
Esa ley permitiría al Ministerio de Salud asegurar el acceso a medicinas contra el sida mediante importación o producción local de medicamentos genéricos, identificados con el nombre de su principio activo y mucho más baratos que los equivalentes con marca comercial.
Las transnacionales consideran que esos medicamentos genéricos son copias ilegales de sus productos.
La cuestión central es la disponibilidad para los pobres de una combinación de tres medicamentos antirretrovirales, cuya eficacia para frenar el desarrollo del sida y transformarlo en una enfermedad crónica manejable se ha demostrado en países industrializados.
El proceso judicial correspondiente tuvo una breve audiencia inicial y continuará el 18 de abril.
La difusión internacional delcaso brinda bases de apoyo moral y espacio político para declarar un estado de emergencia, porque activistas por medicamentos baratos han lanzado campañas de apoyo a la posición de Pretoria.
El presidente Thabo Mbeki podría autorizar la importación o producción local de medicamentos genéricos contra el sida, con independencia del desarrollo del juicio y sin violar las normas de la Organización undial del Comercio (OMC), si declarara el estado de emergencia por razones sanitarias.
El acuerdo de la OMC sobre Aspectos de la Propiedad Intelectual Relacionados con el Comercio (TRIPS, por su sigla en inglés) incluye una cláusula optativa que permite a los gobiernos importar o producir medicinas genéricas en casos de emergencia, y es poco discutible que Pretoria tenga razones para hacerlo.
Sudáfrica es uno de los países más afectados por el sida, y una de cada 10 personas adultas del país está infectada por el virus de inmunodeficiencia humana (VIH), causante de ese mal.
El director general de Salud, Ayanda Ntsaluba, afirmó que el gabinete ministerial consideraba la posibilidad de declarar el estado de emergencia, según un informe publicado el domingo por el periódico de mayor circulación nacional en los fines de semana.
Desde entonces, aumentaron los rumores de que Mbeki anunciaría la declaración del estado de emergencia este miércoles, cuando está previsto que se presente ante el parlamento para responder a una pregunta directa sobre el asunto planteada por el jefe de la oposición, Tony Leon.
Pero el ministro de Salud, Manto Tshabalala-Msimang, declaró el martes que «la cuestión de la disponibilidad de medicamentos no debe reducirse a un debate unidimensional acerca de la declaracióm de un estado de emergencia para asegurar el acceso a medicinas antirretrovirales contra el sida».
«El gabinete nunca ha considerado la posibilidad de emplear medidas de emergencia para la obtención de medicamentos, y el gobierno no planea declarar un estado de emergencia, pese a las especulaciones en la materia», aseguró.
Muchos piensan que la iniciativa de Leon fue contraproducente, ya que es poco probable que el gobierno desee adoptar una medida tan importante por iniciativa de la oposición, con la cual tiene malas relaciones.
También es posible que Pretoria no desee agudizar en este momento su confrontación con las trasnacionales farmacéuticas, que en los últimos tiempos han respondido a la creciente oferta de medicamentos antirretrovirales genéricos baratos para Africa con grandes rebajas en los precios de sus productos equivalentes.
El Congreso de Sindicatos de Sudáfrica (COSATU), la mayor federación sindical del país, con 1,8 millones de afiliados y estrecho aliado del gobierno, también había pedido a Mbeki que declarara el estado de emergencia.
«La COSATU piensa que el presidente debería dar un paso audaz y declarar que el sida es un desastre nacional», declaró esa federación.
«Uno de los obstáculos a una estrategia eficaz de prevención y tratamiento es el precio exorbitante que cobran las grandes firmas farmacéuticas por sus medicamentos», alegó.
Nadie duda de que la epidemia ha alcanzado proporciones críticas en el país. Casi 400.000 personas murieron a causa del sida desde 1997, según datos de la Campaña por Acciones de Tratamiento (TAC), una organización no gubernamental (ONG) que presiona a Pretoria para que refuerce sus medidas contra el sida.
El TAC abogó en una carta a los integrantes del parlamento para que se Sudáfrica se ampare en la cláuslula optativa del TRIPS y en la Ley de Patentes local para lograr la producción local de medicamentos genéricos contra el sida, por opción voluntaria de las firmas farmacéuticas o en forma obligatoria.
La ONG pidió a Pretoria que considere todas las vías posibles para acceder a medicamentos baratos, y que plantee un nuevo programa contra el sida, a más tardar el 16 de junio. (FIN/IPS/tra- eng/as-fk/da/mp/he ip/01