SALUD-BRASIL: Fiebre amarilla amenaza volver a ciudades

La fiebre amarilla, eliminada de las ciudades y arrinconada en la Amazonia hace más de medio siglo, volvió al centro de Brasil con un brote que ya mató 11 personas.

Las autoridades registraron hasta ahora 22 casos en siete municipios ubicados a escasos 120 kilómetros al oeste de la capital del estado de Minas Gerais, Belo Horizonte, que tiene más de dos millones de habitantes y casi otro tanto más en el área metropolitana.

El pánico se generalizó en la población aledaña debido a la proliferación del mosquito aedes aegypti, trasmisor de la fiebre amarilla al igual que del dengue.

La epidemia de dengue se intensificó este año en varias partes de Brasil, y en el estado de Minas Gerais ya se registraron más de 2.000 casos, indicando así la posibilidad de que la fiebre amarilla se expanda.

La fiebre amarilla es una enfermedad infecciosa grave, que provoca daños en el hígado y congestiona las mucosas gástricas e intestinal, acompañado de ictericia, lesiones renales, vómitos y alta temperatura corporal.

El agente causante de este mal es el virus «Charon evegatus» y sólo existe una vacuna preventiva con virus atenuados.

La amenaza de la fiebre amarilla preocupa al gobierno central. El ministro de Salud, José Serra, visitó este viernes la región afectada, para conocer la situación y discutir medidas de prevención con autoridades locales.

El temor al contagio provocó una carrera por las vacunas en Belo Horizonte, especialmente porque más de 60.000 de sus habitantes viajaron a la zona de peligro durante los feriados de carnaval, del sábado al miércoles pasado.

El secretario de Salud de Minas Gerais, Carlos Patricio de Freitas, anunció una vacunación masiva contra la fiebre amarilla en los 37 municipios de la región metropolitana a partir de este fin de semana.

De Freitas evaluó que 70 por ciento de los 18 millones de habitantes de Minas Gerais ya están vacunados, pero la meta es alcanzar a 95 por ciento de la población.

Por lo general los brasileños sólo se vacunan antes de viajar a la Amazonia o a algunas partes del centro-oeste del país, donde es permanente la forma silvestre de la fiebre amarilla, transmitida por otro mosquito, el haemagogus.

Sin embargo, Minas Gerais tiene algunas áreas de riesgo, lo cual explica el elevado índice de vacunación, anterior a los brotes de este año, cuyo primer caso se identificó el 23 de enero.

Autoridades de otras partes del país, como el secretario municipal de Salud de Río de Janeiro, Sergio Arouca, un respetado sanitarista, consideran poco probable una epidemia, señalando que la fiebre amarilla urbana no ocurre en el país desde 1942.

Sólo se enferman personas que visitan áreas aisladas y boscosas, donde hay monos contaminados y mosquitos haemagogus, señaló Arouca, descartando la necesidad de vacunación masiva en Río de Janeiro, que se ubica a más de 500 kilómetros de la zona de riesgo.

Pero los casos de fiebre amarilla silvestre notificados al Ministerio de Salud vienen en aumento, pasando de 38 en 1998 a 85 el año pasado. También las áreas de contagio avanzan hacia el sudeste, la región más poblada y rica del país, que comprende Minas Gerais, Río de Janeiro y Sao Paulo.

A comienzos de 2000 se enfermaron varios turistas que visitaron Chapada de los Veadeiros, en el estado de Goias, limítrofe al oeste de Minas Gerais.

La mortalidad de los afectados de fiebre amarillas es muy elevada y alcanzó a 71 por ciento de los enfermos en los tres últimos años, hecho que aumenta el temor entre la población.

La ocurrencia de tantos casos en el centro de Minas Gerais es grave por coincidir con la epidemia de dengue y tener lugar en un área poblada, distinta de la experiencia usual, de contagio en locales lejanos del norte y nordeste brasileños, observó Tania Marcial, experta de la Sociedad Minera de Infectología.

Eso acentúa la necesidad de combatir el mosquito aedes aegypti, que se hizo endémico en el país hace 15 años, provocando epidemias de intensidad variada en 20 de los 26 estados brasileños. Este año la situación se agravó por el aumento en varias ciudades de casos de dengue hemorrágico, que es más letal.

La fiebre amarilla urbana tuvo intensas epidemias en Río de Janeiro a comienzos del siglo XX. En 1902 los registros indican que provocó la muerte de 984 personas en la entonces capital de Brasil.

Una fuerte campaña dirigida por Oswaldo Cruz, un héroe de la medicina brasileña, solucionó el problema en 1906.

Cruz, como en esa época no había vacuna contra la fiebre amarilla, recurrió a duras medidas de saneamiento, que incluyeron la destrucción de muchas casas viejas y barrios enteros, promoviendo drásticos cambios en la ciudad que tenía poco más de 700.000 habitantes, y que desde entonces se multiplicó por ocho. (FIN/IPS/mo/dm/he/01

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