La guerrilla zapatista del estado mexicano de Chiapas construyó una red de solidaridad internacional que asedió a los dos últimos antecesores del presidente Vicente Fox, quien hoy le disputa ese apoyo a los rebeldes.
La estrategia, destacada por los observadores como una jugada maestra, logró poner en entredicho varias de las últimas acusaciones del Ejército Zapatista de Liberación (EZLN), cuyos comandantes iniciaron en Chiapas, el 25 de febrero, una marcha al norte hacia la capital, a donde llegarán el domingo.
A los contactos internacionales, facilitados por las relaciones del canciller Jorge Castañeda, un politólogo cuyos orígenes se ubican en la izquierda, Fox adosó un discurso similar al de la guerrilla en materia de democracia, derechos humanos y situación de los indígenas.
Lejos de ignorar o responder a los ataques del EZLN, como hicieron Carlos Salinas (1988-1994) y Ernesto Zedillo (1994-2000), el presidente los considera y justifica.
«Ese es su estilo. Está disfrutando el apoyo de la gente y aprovechando la arenga política», declaró Fox al comentar los ataques que recibe de parte del subcomandante Marcos, líder del EZLN y figura central de la marcha de los rebeldes.
El presidente aseguró que tanto él como Marcos comparten la misma lucha pues ambos quieren la paz para Chiapas y la justicia para los indígenas. De ese modo, minimizó los comentarios de Marcos, que lo acusa de carecer de interés real en la paz.
Los participantes en la marcha de los 24 comandantes del EZLN tildaron a Fox de «mentiroso», «hipócrita» y «lengua larga». La actividad zapatista incluye una caravana de vehículos y acompañada por cientos de simpatizantes, entre ellos unos 250 extranjeros.
La Comisión Europea, máximo órgano ejecutivo de la Unión Europea (UE), urgió la semana pasada al EZLN a responder las iniciativas de diálogo presentadas por Fox, a las que calificó de adecuadas y de buena fe.
«La UE insta al EZLN a no dejar sin contestar los esfuerzos del gobierno mexicano encaminados a reanudar el diálogo», señaló la Comisión, que antes había expresado a Salinas y Zedillo su preocupación por la violencia en Chiapas, la falta de contactos y las violaciones de derechos humanos en México.
En 100 días de gestión, Fox retiró cuatro destacamentos militares de Chiapas, presentó al parlamento un proyecto de ley de derechos indígenas apoyado la guerrilla y afirmó haber promovido la liberación de más de 40 presos zapatistas.
El EZLN sostuvo que eso no es suficiente, y manifestó dudas acerca de la voluntad de diálogo de Fox. Para regresar a las negociaciones, suspendidas en 1996, el gobierno debe retirar más militares de Chiapas, liberar más presos y lograr la aprobación de la ley sobre derechos indígenas, reclamó el grupo.
A fines de febrero, Danielle Mitterrand, viuda del presidente francés François Mitterrand y presidenta de la Fundación France- Libertés, declaró que Fox tiene real interés en la paz.
«Creo que ahora esta voluntad de los zapatistas se encuentra con un presidente que tiene la voluntad de alcanzar la paz real y de reconocerlos (…). Es un gran momento para México», expresó la activista francesa, a quien el EZLN nombró «hermana de los zapatistas», en una visita que realizó a Chiapas en 1995.
También a fines de febrero, el premio Nobel de Literatura José Saramago, una de las figuras literarias más respetadas por Marcos, señaló que el actual gobierno de México no sólo tiene la voluntad de alcanzar la paz, sino de «resolver todos los problemas de los indígenas de Chiapas» y fuera de ese estado.
El escritor portugués reconoce ser un admirador de los zapatistas, con quienes «se abrió una luz» para solucionar los problemas de los indígenas de América Latina, opinó.
La Cruz Roja, que en el pasado protegió a los guerrilleros cuando salían de sus reductos de la selva, también se sumó a esta posición.
La organización humanitaria consideró falsa la acusación de la guerrilla contra el gobierno respecto del supuesto bloqueo de su participación en la marcha de los rebeldes. Simplemente no era necesaria, pues no existe en México un estado de guerra, argumentó.
El EZLN no comentó el pronunciamiento de la UE ni las declaraciones de Mitterrand y Saramago. Por el contrario, continuó con sus ataques contra el gobierno.
«Antes Marcos mandaba en el ámbito internacional, pero ahora los Pinos (la casa de gobierno) combate a la guerrilla con el activismo internacional», comentó Denise Dresser, columnista del diario Reforma.
A través de la red Internet y gracias a la capacidad literaria de Marcos y a un discurso alejado de los lugares comunes de la izquierda política, la guerrilla mexicana conquistó adeptos en todo el mundo desde su irrupción en enero de 1994.
Entre sus simpatizantes figuran personalidades como Mitterrand, Saramago, el escritor y político francés Regis Debray y el cineasta estadounidense Oliver Stone.
Con los tres primeros, el gobierno de Fox estableció algún contacto directo y, según distintas versiones, les convenció de que su interés por la pacificación en Chiapas y por el reconocimiento de los derechos de los indígenas es real, dijo Dresser.
El gobierno de Zedillo expulsó a más de 200 extranjeros tras acusarlos de intervenir en el conflicto de Chiapas, y siempre que grupos humanitarios denunciaron violaciones en ese estado, aseguró que eran opiniones parcializadas.
Fox, en cambio, abrió las puertas a los observadores extranjeros, eliminó las restricciones para su ingreso y afirmó que no tiene ningún temor al escrutinio internacional. (FIN/IPS/dc/mj/ip/01
