LITERATURA-VENEZUELA: A Uslar Pietri le dolía el país

No es común entrevistar a alguien que tiene un documento de identidad con el número 21 y que, como Arturo Uslar Pietri, fue la figura intelectual venezolana más conocida en el mundo, una voz crítica que sin duda dejó resonancias en la vida intelectual y política de este país.

Menos común, vale confesarlo, es hacer lo que uno cree que se trata de una entrevista póstuma.

Uslar Pietri falleció el 26 de febrero y la charla se realizó en marzo de 2000, próximo el escritor a cumplir 94 años. Entonces habló de la Venezuela que le dolía, de sus dudas sobre la existencia de una sola América Latina y también sobre el estado de la literatura latinoamericana.

«Lo primero que hay que tener en cuenta es que Venezuela es un país pobre y atrasado. El Estado es inmensamente rico, pero eso no depende para nada del trabajo nacional. La pseudo democracia que ha tenido en los últimos 40 años ha sido subsidiada por el petróleo», dijo, masticando cada palabra.

«Algo más de 75 por ciento de la vida económica y social venezolana depende de la exportación petrolera. En casi todo el mundo, el Estado depende de la nación. En Venezuela, por razones específicas, la nación depende del Estado. El Estado es rico y la nación es extremadamente pobre», agregó.

La muerte de Uslar Pietri fue lamentada por distintos sectores políticos y culturales y privó a la intelectualidad venezolana de su figura más conocida en el mundo. El escritor recibió los premios Príncipe de Asturias (1990) por el conjunto de su obra y el Rómulo Gallegos (1991) por su novela «La visita en el tiempo».

Para el autor del clásico «Las lanzas coloradas» (1931), Venezuela es el país de las ocasiones perdidas, pues muy pocos países tuvieron en el último medio siglo tan inmensas oportunidades de desarrollo y de progreso.

Pero advirtió: «Mientras haya petróleo, se pueden seguir dilapidando oportunidades».

«Si se compara el estado actual de pobreza, de atraso y de falta de rumbo con el astronómico monto de los recursos financieros de que se ha dispuesto, la conclusión no puede ser otra que la de reconocer el hecho doloroso del gran fracaso nacional», aseveró.

Uslar Pietri recordó que estuvo seis años en el gobierno, entre 1939 y 1945, y que fue candidato a presidente, en 1963. «Si hubiera sido presidente, desde luego que Venezuela estaría mejor. Creo que tengo algunas respuestas a las grandes cuestiones que plantea el país», recalcó.

El escritor que acuñó en la década del 40 el concepto de «sembrar el petróleo» afirmó que entre 1973 y 1993 el Estado venezolano recibió unos 240.000 millones de dólares por concepto de renta petrolera.

«Debemos recordar que con no más de 13.000 millones de dólares se llevó adelante la reconstrucción de Europa después de la segunda guerra mundial, en el lapso de 10 años y a través del Plan Marshall», precisó para reiterar su convicción de que el país tuvo la base económica para el desarrollo y prosperidad.

«No sólo hemos malgastado alegremente el dinero, sino que hemos creado un Estado inmensamente interventor, ineficiente y torpe», señaló.

Hacía tres años, Uslar Pietri había interrumpido sus columnas en los principales diarios de habla hispana, «una forma rica de diálogo» que mantuvo durante décadas. Su programa de televisión «Valores humanos» estuvo al aire durante 30 años con un caudal enorme de conocimientos y en un lenguaje accesible.

«Venezuela se ha tragado 10 planes Marshall en 20 años y tiene las dos terceras partes de la población en pobreza crítica. Ese es el balance. Sin duda, es un caso escandaloso», recalcó en lo que fue una de sus mayores insistencias en los últimos años: criticar la corrupción y el mal manejo de los fondos públicos.

Sobre la integración regional, Uslar Pietri confesaba tenerle miedo a las simplificaciones. ¿Hasta dónde existe una sola América Latina?, se preguntaba, y mencionaba el ejemplo de Venezuela, muchos de cuyos problemas no se repiten en otras naciones latinoamericanas.

«Primero deberíamos decidir cuántas Américas Latinas existen y si las recetas que sirven para una también sirven para otras. Tenemos muchas cosas en común —la mentalidad, la cultura, la lengua—, pero también muchas diferencias», comentó.

«Estados Unidos es un mosaico cultural, pero existe un hecho nacional, una estructura mental que corresponde al interés de una inmensa colectividad política que está allí. Eso es lo que no existe en Hispanoamérica», añadió.

Apasionado de las letras, también como lector, Uslar Pietri vivió sus últimos años en aislamiento. La muerte de su esposa en 1996 y la pérdida paulatina de la vista lo llevaron a distanciarse de la vida pública.

«No tengo nada pendiente. Estoy muy viejo, me fallan mucho los ojos, ya no escribo porque no veo el teclado y todo lo que sale con mi firma está dictado… Eso cambia mucho las cosas», aseguró un año atrás, cuando también negó la posibilidad de una autobiografía.

Uslar Pietri también señaló en ese diálogo que no se había visto ningún cambio importante en la literatura latinoamericana, pues los escritores más importantes de América Latina eran los mismos de 25 años atrás, como Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa y Carlos Fuentes.

«Es evidente que no ha habido ninguna novedad: no ha parecido ningún (Pablo) Neruda, ningún Octavio Paz, ningún García Márquez», recalcó en forma directa y sin dejar lugar a dudas. Así era Uslar Pietri. Su voz crítica fue en muchos casos «mal vista».

«A mi me mascan pero no me tragan», resumió él mismo. (FIN/IPS/ra/mj/cr ip/00

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