JAPON-EEUU: Mori visita Washington en circunstancias adversas

El primer ministro de Japón, Yoshiro Mori, comenzó hoy una visita oficial a Estados Unidos con la intención declarada de mejorar las relaciones entre ambos países, pero pocos esperan que logre resultados significativos.

Ambos países afrontan situaciones económicas difíciles, debido al descenso del ritmo de crecimiento estadounidense y a una década de recesión japonesa, las relaciones bilaterales atraviesan un mal momento, y además es muy probable que Mori deba abandonar el gobierno pronto.

Por eso hay pocas expectativas de que el primer ministro pueda mejorar los vínculos con Washington, deteriorados tras el hundimiento accidental del buque pesquero japonés «Ehime Maru» por parte de un submarino militar estadounidense, o inspirar confianza en los agentes económicos de su país.

La reunión este lunes de Mori con el nuevo presidente de Estados Unidos, George W. Bush, fue la primera entre ambos gobernantes y quizá sea la última, porque el primer ministro parece estar a punto de perder su cargo debido a la desilusión del público con su desempeño.

Es por eso que algunos medios de comunicación japoneses opinaron que la cumbre era un ejercicio «sin sentido».

Medios de comunicación estadounidenses han sostenido que la ausencia de reformas económicas estructurales en Japón fue una de las causas de la caída de las bolsas de valores en Estados Unidos la semana pasada.

El diario The New York Times aformó en un informe publicado el jueves que la política económica «equivocada» de Tokio era culpable de la crisis estadounidense, y que Bush debía instar a Mori a aplicar medidas muy distintas de las actuales, para precipitar la quiebra de firmas que distorsionan el mercado.

«Japón no puede aplicar medidas de estilo estadounidense. Ambas naciones son muy distintas desde el punto de vista cultural, y una reestructura desenfrenada sólo agravaría los actuales problemas», replicó el economista japonés Yukiko Konishi.

Uno de los integrantes de la comitiva de Mori es el ministro responsable de la política económica y fiscal, Taro Aso, quien explicará a Bush las medidas de emergencia adoptadas este mes por Tokio con la intención de estabilizar el volátil mercado financiero.

Mori y Bush suscribieron tras su encuentro una declaración sobre asuntos económicos, en la cual ratificaron su voluntad de cooperación en materia de políticas macroeconómicas, para tratar de revertir las abruptas caídas recientes de los mercados bursátiles de ambas naciones.

Economistas japoneses sostuvieron que la anulación de préstamos concedidos por bancos locales en condiciones inconvenientes para ellos, una de las medidas sugeridas por Estados Unidos, aumentaría el desempleo y precipitaría la quiebra de instituciones financieras.

La firma estadounidense de inversiones Goldman Sachs calculó en un informe divulgado la semana pasada que más de 300.000 japoneses quedarían sin empleo, y cientos de pequeñas y medianas firmas desaparecerían, sobre todo en los sectores inmobiliario y de la construcción, si el Estado empuja al cierre a compañías inviables que han sido sostenidas durante años por los bancos.

Mori visitará Honolulu, capital de la isla estadounidense de Hawaii, en el Pacífico septentrional, donde se produjo el hundimiento accidental del «Ehime Maru», antes de regresar a Tokio el miércoles.

Obseradores políticos estadounidenses opinaron que las relaciones con Japón serán un pilar de la política exterior de Bush.

«La amistad con Japón es importante para mantener el liderazgo mundial estadounidense. Pese a la existencia de algunas discrepancias, hay bases firmes para la cooperación, porque ambos países se necesitan», explicó Kazuhiko Ogawa, un analista de asuntos militares.

La asunción del nuevo gobierno estadounidense ha creado en Japón esperanzas de fortalecimiento de las relaciones bilaterales entre las dos grandes potencias económicas. Tokio no ha olvidado el desaire del anterior presidente de Estados Unidos, Bill Clnton, quien visitó China durante ocho días en 1998 sin hacer escala en Japón.

Sin embargo, es probable que ese fortalecimiento no se produzca mientras la inestabilidad política del gobierno de Mori impida iniciar nuevas reformas.

Uno de los principales puntos en la agenda de la cumbre fue la cuestión de Corea del Norte, ya que Bush ha endurecido la actitud estadounidense hacia Pyongyang, pese a que declara apoyar la política de distensión con mias a la reunificación que leva adelante el presidente de Corea del Sur, Kim Dae Jung.

Japón desea coordinar con Estados Unidos y Corea del Sur su política hacia Corea del Norte.

La alianza entre Washington y Tokio es firme, pero su futuro debe ser proyectado en forma cuidadosa, sostuvo Ayako Doi, una columnista japonesa residente en Washington.

Los rencores acumulados por la presencia de 47.000 soldados estadounidenses en territorio japonés se mantendrán como un delicado problema aunque ambos gobiernos logren superar el incidente del «Ehime Maru», explicó.

Cada vez más japoneses juzgan la alianza con Estados Unidos en función del saldo entre beneficios y perjuicios de esa presencia militar, y durante las últimas semanas ha aumentado el número de quienes piensan que los perjuicios son mayores que los beneficios, aseguró. (FIN/IPS/tra-eng/sk-js/js/mp/ip if/01

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