/Integración y Desarrollo/ COMERCIO: UE abre la puerta a exportaciones de países pobres

Los 48 países de menor desarrollo podrán exportar sus productos a la Unión Europea (UE) sin aranceles con la excepción de armas, bananos, azúcar y arroz, según un acuerdo de los ministros europeos.

Los bananos de esos 48 países podrán ingresar sin restricciones en 2006, mientras el azúcar y el arroz lo harán a más tardar en 2009, según lo acordado por los ministros el lunes.

La iniciativa también permite el ingreso este año de cuotas limitadas de azúcar y arroz sin el cobro de aranceles. La UE aumentará en 15 por ciento por año el monto de esas cuotas, según el rendimiento de cada uno de los países de menor desarrollo en la última década.

La propuesta original del comisario de Comercio Pascal Lamy pretendía eliminar las barreras a la importación de esos tres productos agrícolas en un plazo máximo de cinco años, pero se enfrentó a la fuerte oposición de los productores agrícolas europeos, que están protegidos por subsidios oficiales.

La iniciativa de Lamy causó fricción entre funcionarios europeos de comercio y de agricultura.

El diario londinense Financial Times comentó el lunes que la «credibilidad y el honor internacionales» de la UE están en juego en esta cuestión.

«Aunque los motivos de Bruselas no son puramente altruistas, el destino del plan es una prueba muy simbólica y visible de la voluntad de Occidente para resolver el flagelo de la pobreza y la marginación económica en el mundo», señaló.

La UE no oculta que espera que este plan lleve a los 48 países más pobres, cuyos ingresos promedio por habitante son inferiores a un dólar diario, a apoyar las gestiones europeas -junto con las de Japón y otros países industrializados- para comenzar una nueva ronda de negociaciones de la Organización Mundial de Comercio.

El portavoz de Lamy, Anthony Gooch, pretendió minimizar la importancia de la fricción entre los estados miembros europeos sobre los detalles de la propuesta.

«Lo importante… es que nadie nunca ha liberalizado 100 por ciento su mercado para los países más pobres», dijo Gooch antes de la votación del lunes. Si esa liberalización tiene lugar en 2004 (como pretendía Lamy) o si «hay que esperar unos años más», no tiene gran importancia, aseguró.

«No perdamos de vista lo más importante, que proporcionamos a estos países el mejor acceso a nuestro mercado», dijo Gooch.

El presidente del Banco Mundial James Wolfensohn pidió a los países ricos el lunes, en un foro internacional sobre la pobreza de la infancia, que abran sus mercados a las exportaciones de los países en desarrollo.

También les pidió que dediquen 0,7 por ciento de su producto interno bruto (PIB) a la ayuda en el exterior. Agregó que la ayuda a Africa descendió de 32 dólares por habitante en 1990 a 19 dólares en 1998, a pesar de la eficacia que tiene en los países que la aplican con políticas económicas y sociales adecuadas.

«Es hipócrita reducir la deuda externa por un lado y por el otro negarle a los países pobres la capacidad de salir de la pobreza mediante las exportaciones», agregó.

«Los países ricos deben abrir sus mercados y reducir los subsidios agrícolas. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico gasta hoy más de 300.000 millones de dólares por año en subsidios agrícolas, equivalente a todo el PIB de Africa subsahariana», sostuvo.

Por su parte, Lamy destacó el lunes que, aunque los intereses europeos tendrán costos, estos serán mínimos comparados con el beneficio que podrían recibir los países más pobres. Así mismo, la iniciativa es importante para lograr la coherencia entre la política de comercio y la de desarrollo de la UE, agregó.

El ministro de Comercio sueco Leif Pagrotsky, cuyo país es actual titular de la presidencia rotativa de la UE, dijo que el acuerdo logrado el lunes es el «mejor y más trascendente» para los países de menor desarrollo.

El secretario general de la Organización de las Naciones Unidas, Kofi Annan, escribió al primer ministro sueco la semana pasada exhortando a la UE a aprobar rápidamente la propuesta y a comenzar a aplicarla antes de la conferencia internacional sobre los países más pobres que se celebrará en Bruselas en mayo.

La iniciativa enviará el «mensaje de que los países más ricos están preparados para llevar a la práctica la intención de dar prioridad al sufrimiento de los más pobres», escribió.

Aunque un estudio interno divulgado por el comisario europeo de Agricultura y Pesca Franz Fischler, en diciembre, señaló que el impacto del plan original hubiera costado 1.000 millones de dólares a la industria del azúcar europeo, funcionarios de comercio señalaron que el costo para la UE hubiera sido mínimo, según un informe de la organización humanitaria británica Oxfam.

Los críticos de la propuesta de Lamy sostenían que aumentaría las exportaciones de azúcar de los 48 países más pobres a 4,5 millones de toneladas por año.

Sin embargo, según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), esas exportaciones sólo aumentarían un máximo de 100.000 toneladas. (FIN/IPS/tra-en/bk/da/aq/if/01

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