El gobierno de Argentina salió hoy a la caza urgente de nuevos aliados políticos tras el severísimo ajuste fiscal lanzado la noche de este viernes, que le costó la renuncia de varios ministros y una virtual ruptura de la coalición oficialista.
El ministro de Economía, Ricardo López Murphy, autor del controvertido ajuste, admitió este sábado ante empresarios y financistas que la semana próxima será «difícil» y que el presidente Fernando de la Rúa deberá buscar «nuevos elementos que permitan reforzar la base de sustentación política del gobierno».
«La alternativa de seguir evitando la crisis de sustentación política, postergando enfrentar los problemas económicos, era suicida», sentenció el ministro. Argentina quedaría al borde de una extraordinaria crisis financiera si no impulsaba un programa de restricción fiscal severo como el que propuso, agregó.
«El gobierno deberá esta semana fortalecerse, reagrupar sus filas, y enfrentarse a defender el programa», sostuvo el funcionario. Mientras, su viceministro, Daniel Artana, anticipó que el plan de ajuste «fracasará» sin más si el gobierno no obtiene sustento político inmediato.
La Alianza de gobierno, integrada por la Unión Cívica Radical (UCR) y el Frente País Solidario (Frepaso), está desde la víspera sumergida «en formol», de acuerdo con la interpretación del diario económico El Cronista.
El líder del Frepaso, el ex vicepresidente Carlos Alvarez, decidió que los funcionarios del sector renunciaran a sus cargos en el gobierno, como él mismo hizo en octubre último.
Acto seguido, dimitió el ministro de Desarrollo Social, Carlos Makón, el secretario general de la Presidencia que habia asumido el lunes, Ricardo Mitre, la viceministra de Interior, Nilda Garré, la vicejefa de la jefatura de Gabinete Fernandez Meijide, y la titular de Ciencia y Técnica, Adriana Puiggrós).
Pero también renunciaron dos ministros del radicalismo, el partido al que pertenece el presidente. Se trata del ministro de Educación, Hugo Juri, y el de Interior, Federico Storani, ambos en desacuerdo con el ajuste que se anticipa profundo en educación.
El Ministerio del sector podría quedar reducido a secretaría en breve plazo.
El presidente de la UCR, el ex presidente Raúl Alfonsín (1983- 1989), desde Miami, postergó sus declaraciones hasta este lunes, cuando regresará al país. Alvarez prevé renunirse con él y entre ambos decidir una estrategia que, según lo anticipado, consistiría en de mantener la coalición afuera del gobierno.
Alvarez sostuvo que había advertido a De la Rúa que este ajuste traería un «alto nivel de conflictividad social», y aclaró que, no obstante el repliegue del Frepaso en el gobierno, la Alianza se mantiene.
Nadie pudo explicar qué implica ese movimiento, aunque se cree que la idea es sustraer apoyos al presidente.
Esa es una de las razones por las cuáles analistas, empresarios y comentaristas políticos sugerían este sábado al gobierno nuevas alianzas, para lo cual mencionaban a los seguidores del ex ministro de Economía Domingo Cavallo, al Partido Justicialista (peronismo) y al ala más conservadora del radicalismo que estaría dispuesto a apoyarlo.
No obstante, la mayoría de los legisladores justicialistas adelantó que no respaldará las iniciativas que se trasladen al Congreso legislativo.
El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Carlos Ruckauf, uno de los principales dirigentes del peronismo, dio a De la Rúa un plazo de 48 horas para revertir el ajuste.
El mandatario provincial criticó las medidas del equipo de López Murphy, integrado por economistas de la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas, una asociación de tendencia neoliberal ortodoxa que al ser convocada al gobierno cuestionó la eficacia de la universidad pública.
La UCR fue el partido que históricamente más defendió la educación pública, que dio a las clases medias la posibilidad de competir en igualdad de condiciones con los sectores de mayores ingresos. López Murphy eliminó 361 millones de dólares del presupuesto universitario y sugirió a la institución cobrar aranceles.
La Alianza había ganado las elecciones de octubre de 1999 con la promesa de impulsar el crecimiento económico y el empleo, y de invertir en educación, salud y en equilibrar eldesequilibrio social, pero la recesión se mantiene hace 34 meses, y los ajustes se suceden uno tras otro desde que asumió De la Rúa.
La apuesta de reducir el desequilibrio presupuestario para ganar la confianza de los acreedores y potenciales inversores y provocar así una baja de intereses de los créditos y mayores inversiones fracasó con el primer ministro de Economía de De la Rúa, José Luis Machinea.
Su sucesor prometió profundizar drásticamente ese enfoque.
La Confederación General del Trabajo, principal central de trabajadores de Argentina, había convocado el viernes a una huelga de 36 horas desde el 5 de abril, pero este sábado la cúpula sindical decidió adelantar la medida de fuerza para el próximo miércoles 21.
Los mercados financieros, que hasta el viernes reaccionaron con caída bursátil y aumento en la tasa de riesgo país previendo la resistencia al ajuste, ya descuentan que el nuevo ministro podría tener los días contados, y mencionan a Cavallo como la segura figura de reemplazo.
El impulsor de la convertibilidad, que trajo estabilidad de precios a Argentina, es visto como un posible «salvador» ya que goza de prestigio en el mundo financiero local e internacional, y al mismo tiempo promete medidas más equilibradas entre el puro ajuste fiscal propuesto y la reactivación de la producción y el consumo.
«Si la Alianza no lo apoya que gobierne solo», sentenció este sábado el directivo de Renault Manuel Antelo, aludiendo al vacío de respaldo en que quedó De la Rúa.
«El presidente fue elegido para gobernar, y si no lo apoya su coalición debe gobernar solo. Nosotros lo vamos a apoyar», aseguró el ejecutivo, que consideró las nuevas medidas como «duras pero correctas», añadió Antelo.
«Son medidas serias e importantes», «son las medidas que necesitabamos, hay que ver como se balancean», «son fuertes pero buenas», fueron comentarios de los diversos representantes de los grupos económicos y las empresas transancionales que asistieron este sábado a una audiencia con el ministro.
Tras casi dos semanas de silencio, el flamante ministro de Economía expuso este sábado los detalles del programa de reducción de gastos en la Bolsa de Comercio ante empresarios y economistas, convencido de que es allí adonde necesita conquistar el principal respaldo para su gestión.
El plan prevé recortar por decreto gastos por casi 2.000 millones de dólares, de los cuales 58 por ciento se concentran en educación, lo que desató la inmediata renuncia del ministro del área, la ocupación de universidades este sábado y el lanzamiento de una huelga docente de 48 horas desde el próximo martes.
En una segunda instancia, el plan también incluye reducir el Estado afectando a un número indeterminado de agentes públicos que rondaría 30 por ciento, eliminación de subsidios y exenciones impositivas, y nuevas privatizaciones de organismos que aún quedaban bajo la órbita pública.
«Sé que muchos dudan acerca del apoyo político que toda iniciativa de política económica requiere para tener éxito», dijo López Murphy ante su audiencia al referirse a las renuncias de tres ministros y de otros funcionarios, a los anuncios de huelga y a la resistencia legislativa que ya se prometió desde el Congreso.
De hecho, todas las preguntas posteriores al ministro —que desde que asumió no ofreció conferencias de prensa salvo las consultas de apuro realizadas en forma espontánea el viernes luego de los anuncios— estuvieron concentradas en el tema político. ¿Quién lo apoyará y cómo?, fue la gran duda.
«Para buscar el apoyo de la opinión pública vine aquí, porque si no avanzamos con este programa se creará una situación de extrema gravedad», alertó López Murphy. (FIN/IPS/mv/mj/ip if/01
