El éxito de la película tailandesa "Bang Rajan", basada en la lucha de una aldea contra la invasión birmana en el siglo XVIII, sorprendió a su director y a los cinéfilos.
El filme, que narra el patriotismo de los pobladores de Bang Rajan, una pequeña aldea al norte de Bangkok, se estrenó en medio de un mar de películas comerciales.
La obra consiguió 3,2 millones de dólares en ingresos de taquilla en sólo dos meses de exhibición, algo poco frecuente en este país. "Bang Rajan" ganó 11 de los 21 galardones de la industria fílmica tailandesa este año, incluso el premio a la mejor película.
La realización fue invitada a participar en festivales de cine de todo el mundo y distribuidores extranjeros pretenden mostrarla en Europa, Estados Unidos y el resto de Asia. La calidad visual del filme, pese a que algunos críticos piensan que es demasiado violento, atrajo multitudes.
"Primero fui a ver la película porque creía que así sería más fácil aprender historia en lugar de leer muchos libros, pero me di cuenta que realmente me gustaba", dijo Damrong Jitbuntao, un oficinista de 40 años.
La película recrea la lucha entablada por los siameses poco después de que Ayutthaya, la antigua capital de Siam, cayera en manos de los invasores birmanos. Bang Rajan está situada en la población de Singburi, 142 kilómetros al norte de Bangkok, junto al río Chao Phraya.
El director Thanit Jitnukul dijo que su objetivo fue despertar el sentimiento patriótico de los tailandeses. "Quise mostrar la forma en que nuestros antepasados lucharon para salvar la patria".
La realización muestra que los aldeanos no combatieron por motivos políticos o para expandir el reino de Siam, sino para defender sus hogares y su pacífico estilo de vida.
Se trataba de personas comunes y corrientes que vivían en paz con sus familias. La familia era un bien precioso para la gente, así como el budismo, dado que los templos y monjes intervenían en cada asunto de la comunidad desde el nacimiento a la muerte.
"Mi personaje favorito en Bang Rajan es Sa. Ella ama a su marido y lo atiende bien. No le dice que está encinta porque teme que se preocupe por ella cuando va a luchar", comentó Titima Nuntasak, de 21 años, una estudiante universitaria.
Sin embargo, no todos quedaron impresionados. "El filme es muy agradable, pero no puedo dejar de sentir que lo que vi es algo semejante a una película del Oeste. Me recuerda a las producciones de Hollywood en lugar de reconocer en ella a mis ancestros", dijo Amonya Ongpaiboon, de 25 años.
Algunos piensan que las escenas de batallas y la violencia resultan excesivas. El director Thanit no está de acuerdo. "Los aldeanos fueron inferiores en número pero su bravura demostró ser enorme. Quisimos decir que la guerra no es bella y optamos por mostrarlo en forma realista. Todas las escenas, en realidad, son antibélicas", sostuvo.
El equipo de producción se basó en hechos históricos, pero no permitió que los datos reales menoscabaran el elemento dramático. "Si hubiéramos hecho un filme documental sobre el mismo relato, hubiéramos incluido todos los hechos", agregó Thanit.
"Bang Rajan" apareció en una época de gran tensión entre Tailandia y la vecina Birmania. Es inevitable la asociación con hechos ocurridos en los últimos años, como la toma de la embajada birmana en Bangkok por estudiantes de ese país, y el sitio a un hospital por rebeldes birmanos cerca de la frontera común.
"Fuera esa su intención o no, la película hace hincapié en el odio que sienten los tailandeses por los birmanos", apuntó un artículo en el diario Matichon.
Cualquiera haya sido la intención del filme, su éxito benefició a la industria fílmica local. "Creo que Ban Rajan constituyó una gran diferencia para la industria", dijo Pathomporn Ruksapolmuang, de 23 años. "En el futuro los directores deberán trabajar mucho para impresionar al público". (FIN/IPS/tra-en/cp-js/js/aq/cr/01
