Las fuerzas de seguridad del Estado mexicano son enemigos de guerra de los rebeldes zapatistas. Hoy, sin embargo, 6.000 policías fueron acuartelados en esta ciudad del estado de Chiapas para proteger a los líderes del grupo rebelde.
Cuidar a los guerrilleros es la orden impartida a los agentes de San Cristóbal, contra quienes el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) se enfrentó a balazos en enero de 1994, y a cuerpos de seguridad de otros lugares por donde pasarán 24 jefes del grupo rebelde en una marcha hacia la capital.
A nivel federal, el gobierno de Vicente Fox dispuso que 2.000 policías de elite, con armamento, se sumen al operativo, en que incluso se usarán helicóteros especiales.
«Estamos acuartelados a la espera de órdenes para ejecutar un operativo de protección a los marchistas», dijo uno de los policías que hacían guardia este viernes en las afueras de la comandancia policial de San Cristóbal, ciudad de Chiapas a la que arribarán los guerrilleros este sábado de tarde.
El EZLN no solicitó protección e incluso llegó a rechazar un pedido del gobierno de Fox para reunirse y planear un operativo de apoyo.
No obstante, advirtió que cualquier contratiempo que sufran en su periplo será responsabilidad del gobierno.
Observadores locales advieron que Fox será quien resultaría perjudicado si algún grupo o persona atenta contra los rebeldes.
Los guerrilleros afirman haber pedido ayuda únicamente a la Cruz Roja, pero esa organización se negó porque, dijo, no recibió una solicitud formal, las zonas por donde pasarán los comandantes rebeldes no son conflictivas y no existe en el país un estado de guerra.
Según el subcomandante Marcos, líder del EZLN, fue el gobierno el que bloqueó la ayuda de la Cruz Roja, lo que demostraría que no tiene interés en la paz. La acusación, sin embargo, fue rechazada por portavoces del gobierno y también por la Cruz Roja.
El EZLN declaró la guerra al gobierno en enero de 1994. El conflicto continúa, pero no se han registrado más enfrentamientos gracias a la suspensión unilateral del fuego, decidida por el entonces presidente Carlos Salinas (1988-1994) 12 días después del inicio de las hostilidades, y a una ley de pacificación.
El EZLN declaró una guerra en Chiapas y por lo tanto el gobierno no debería permitir que salgan de ese estado, dijo el gobernador de Queretaro, Igancio Loyola, del Partido Acción Nacional (PAN), al que pertenece Fox.
Según las órdenes del gobierno, los policías vigilarán la marcha desde la vera de los caminos por donde transiten los autobuses que lleven a los dirigentes, lo mismo que por aire, pero no ingresarán a los lugares de reunión ni donde se realicen actos públicos.
Marcos y otros 23 comandantes del EZLN visitarán 12 estados del país antes de llegar el 11 de marzo a la capital, ciudad en la que pedirán a la Cámara de Diputados la aprobación de una postergada ley sobre derechos indígenas. En cada lugar celebrarán reuniones con grupos afines.
Se recibieron cientos de invitaciones para participar en reuniones con grupos de la sociedad civil, pero será imposible atenderlos todos, indicó Marcos.
La escala más prolongada, de tres días, será en la comunidad indígena de Nurio, en el estado de Michoacán, donde los dirigentes del EZLN participarán en el III Congreso Nacional Indígena.
Diversas organizaciones afines a la guerrilla, que acompañarán el periplo, organizaron operativos de protección para los líderes del EZLN.
Días antes del inicio de la marcha, la distensión se trastocó, cuando Marcos acusó a Fox, entre otras cosas, de carecer de un interés real por la paz.
El líder guerrillero sólo busca pretextos para no acabar con el conflicto, opinó Luis Bravo, líder nacional del PAN.
Marcos tiene un doble lenguaje, pues dice que quiere la paz, pero luego asume actitudes duras, declaró el portavoz del PAN en el Congreso legislativo, Felipe Calderón.
El secretario (ministro) de Gobernación (Interior), Santiago Creel, exhortó al dirigente guerrillero a hablar con hechos y pruebas. El gobierno está haciendo todo lo posible por la paz y por eso recibirá la marcha «con los brazos abiertos», expresó.
En menos de tres meses de gestión, Fox retiró destamentos militares de Chiapas, apadrinó ante el Congreso el proyecto de ley indígena respaldado por la guerrilla y alentó la liberación de presos zapatistas.
El EZLN entiende que ese gesto es insuficiente, y que si el gobierno pretende reanudar el proceso de paz, suspendido en 1996, debe ordenar la retirada de aun más militares de Chiapas, liberar más presos e impulsar la aprobación del proyecto de ley.
Cincuenta y ocho por ciento de los habitantes de México perciben que el conflicto se prolongará aun más y 38 por ciento creen que se solucionará pronto, indicó una encuesta del diario Reforma publicada este viernes y realizada a universo de 800 personas.
La encuesta señala además que 66 por ciento están de acuerdo con la marcha del EZLN a la capital y 51 por ciento creen que los guerrilleros deben dejar las armas e integrarse a la política. (FIN/IPS/dc/mj/ip hd/01
