La áspera relación comercial que mantienen Brasil y Canadá desde hace cuatro años se enrareció aún más tras la decisión de Ottawa de prohibir la importación de carne vacuna brasileña por temor al mal de las vacas locas.
Celso Amorim, embajador brasileño ante la Organización Mundial de Comercio (OMC), describió una escena actual en que «Canadá nos empuja hacia una espiral de consecuencias impredecibles».
Detrás del telón de las medidas sanitarias y fitosanitarias, adoptadas por Canadá con el argumento de evitar un posible contagio del mal de las vacas locas o encefalopatía espongiforme bovina (EEB), se descubre la larga disputa entre los dos países por el mercado de aviones jet de pasajeros de mediano alcance.
Canadá, en defensa de su fábrica de aviones Bombardier, litigó ante la OMC contra Brasil, alegando que la competencia, la firma Embraer, recibía altos subsidios mediante un régimen de sostén denominado Proex.
Pero la política de intervención estatal en apoyo de la industria tampoco ha sido ajena a los gobiernos canadienses.
Las subvenciones otorgadas por Canadá durante 30 años a sus astilleros causaron la virtual desaparición del bacalao en el norte del océano Atlántico, reveló un estudio divulgado esta semana por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma).
La investigación del Pnuma refiere a los efectos de los subsidios en el agotamiento de los recursos pesqueros.
No obstante, Ottawa obtuvo dictámenes favorables del Organo de Solución de Diferencias (OSD) de la OMC, que finalmente le autorizó a imponer sanciones comerciales contra Brasil por un monto anual de 233 millones de dólares.
Cuando el pleito se encontraba en su instancia más candente, debido a los recursos interpuestos por Brasil, el gobierno canadiense adoptó el día 2 su decisión de prohibir el ingreso de la carne brasileña bajo sospecha de EEB.
Amorim dijo este jueves, en una sesión del OSD, que sin perjuicio de la opinión del gobierno brasileño, la opinión pública de su país ha establecido que existe una vínculo claro y estrecho entre el veto a la carne y la situación en que se encuentra la disputa aeronáutica entre los dos países.
Ninguna voz se ha levantado en Brasil para sostener que la prohibición se trata de una coincidencia desafortunada, comentó el ex canciller brasileño a los representantes de los otros 139 países miembros de la OMC.
Funcionarios sanitarios canadienses denunciaron la falta de fundamentos científicos de la medida y el vínculo mal enmascarado entre la prohibición y la disputa por el mercado mundial de aeronaves.
Amorim refirió a la OMC que la acción canadiense ha causado perjuicios y daños generalizados a la economía brasileña y en particular a los exportadores de carne.
La representación de Brasil advirtió que su país se reserva los derechos de accionar amparado en los acuerdos de la OMC y, en especial, del Acuerdo sobre Medidas Sanitarias y Fitosanitarias.
A modo de réplica, el embajador de Canadá ante la OMC, Sergio Marchi, alegó que el veto a la carne brasileña obedeció únicamente a la intención de proteger la salud de los canadienses del riesgo al contagio de EEB, que en Europa ha afectado al ganado vacuno y causado víctimas entre humanos.
Marchi describió las investigaciones que realizan en Brasil expertos de su país, de México y de Estados Unidos, para determinar el estado sanitario de los bovinos.
Si Brasil reúne las condiciones de Canadá para ser evaluado como libre de EEB, la suspensión temporal de las importaciones será levantada, insistió el representante canadiense.
Marchi dijo que la cuestión en torno a la carne vacuna es una disputa separada y diferente del pleito por el comercio de aviones.
Precisamente, el OSD decidió crear el jueves un grupo especial (panel) pedido por Canadá para que determine si las últimas reformas introducidas por el gobierno de Brasil en Proex, relacionadas con la producción de aviones, son compatibles con las normas de la OMC. (FIN/IPS/pc/dm/if/01
