(Arte y Cultura) PINTURA-INDONESIA: Mujeres invaden territorio masculino

Ni Made Suciarmi, de 68 años, es la pintora de más edad entre las que siguen el estilo tradicional de la isla de Bali, en Indonesia, y hubo una época en que sus obras no podían hallarse en las galerías locales.

Las galerías de arte de esta colorida ciudad encimada a una colina eran el dominio de los hombres, y raramente se invitaba a mujeres a exponer sus obras.

Pero las cosas comenzaron a cambiar hace 10 años. Ubud, la capital de las artes de Bali, es actualmente el orgulloso anfitrión de la Galería Seniwati de Arte para Mujeres.

Fundada por 10 mujeres artistas en 1991, la galería ha puesto en el mapa a las pintoras balinesas, entre ellas Suciarmi, quien todavía muele sus colores con hueso y piedras y alisa sus telas de fibra de arroz con conchas marinas.

Suciarmi es una experta en el exacto y antiguo estilo kamasán de pintura, que usualmente representa episodios épicos de Ramayana o Mahabaratha.

«Lo que ella hace es crucial para el arte balinés y debería haber sido reconocida como un tesoro nacional hace mucho tiempo», señaló Mary Northmore, directora de la galería Seniwati.

«Es un buen ejemplo de cómo las mujeres han sido marginadas (en arte). Me duele comprobar de qué modo es dejada de lado, aunque ella no lo vea así», dijo Northmore, británica de nacimiento pero naturalizada indonesia.

Al menos en estos días, Suciarmi y otras colegas suscitan en Bali la atención que merecen gracias en gran parte a la galería, que posee una colección permanente de las mejores pinturas de mujeres balinesas.

La galería tambien vende las obras de las artistas residentes en Bali, incluyendo a algunas extranjeras. Se trata de un grupo de 75 creadoras que representan un amplio espectro de estilos y tendencias.

«En Bali es muy difícil para una mujer ser artista, y más aún ser notada», advirtió Sri Supriyatini, una de los fundadoras de la galería Seniwati.

La conducta femenina está sujeta a reglas estrictas en Bali. Se espera que «las mujeres sean suaves, dulces y tímidas», comentó Northmore, y «no deben invadir bastiones masculinos, como las galerías de arte locales».

«Hay una gran competencia para poder exponer y, con la barrera de género, todavía resulta más difícil», agregó.

Supriyatini apuntó que es relativamente más fácil para un hombre emprender una carrera artística, porque no debe ocuparse de sus hijos.

«Las mujeres tienen ciertos deberes que cumplir como miembros de la sociedad (hindú) en Bali», señaló. «Debemos ocuparnos de los niños, cocinar y limpiar … y (después de todo eso), tengo que hallar tiempo para pintar», dijo.

Sin embargo, Supriyatini ha logrado combinar con éxito su carrera con la maternidad. Tiene cuatro hijos, es profesora en la Universidad de Udayana, en Densapar, a 20 kilómetros de Ubud, y tambien encuentra tiempo para pintar y dirigir talleres de trabajo para la galería.

En 1995 fue invitada a pasar tres meses en Alemania como artista residente. Pudo viajar extensamente y conocer de cerca las artes tradicionales europeas.

Sólo hay tres mujeres entre 50 hombres en el cuerpo de profesores de la Universidad de Udayana. «Cuando Supriyatini viaja al exterior sus colegas masculinos se muestran muy impresionados de que vaya sola. Eso le da notoriedad a su arte», indicó Northmore.

Northmore recuerda la situación de las artistas como Supriyatini y Suciarmi cuando ella llegó por primera vez a Bali, en 1984.

«Pregunté en los museos por mujeres artistas. Tuve insólitas respuestas acerca de por qué no había artistas femeninas. Fueron respuestas peculiares, sobre todo excusas», afirmó.

Agregó que la Europa de los años 50 no fue muy diferente, porque las mujeres tambien debieron luchar para ser reconocidas..

«Pensé que en un sitio como Bali, con tantos artistas, era imposible que no hubiera creadoras femeninas. Pronto encontré 10 y montamos una exposición», refirió. Esa iniciativa llevó a la creación de la galería Seniwati, instalada en una casa del marido de Northmore, un artista que apoya a las mujeres.

El director del Consejo Artístico de Jakarta, Sulebar Soekerman, elogió la galería Seniwati, cuando está celebraba su décimo aniversario, como una institución indonesia única en su género.

«Unica, porque primero se especializa sólo en artistas mujeres en un proceso reivindicativo natural. En segundo término, porque, desde su comienzo, ha sido manejada profesionalmente», expresó Soekerman.

La verdad es que desde el principio la galeria Seniwati funcionó sobre el principio de la autosuficiencia. «No pedimos dinero a nadie. Debemos vender para sobrevivir», aseguró Northmore.

Añadió que la mayor parte de las barreras que enfrentan son locales. No obstante, fueron capaces de obtener apoyo internacional. No sólo los turistas invaden la galería, sino que sus artistas reciben invitaciones para exponer sus obras y realizar estudios en el extranjero.

«El gobierno no promueve artistas como yo. Hace promoción de bailarinas o cantantes, pero no de pintoras. Como miembros de la galería Seniwati promovemos a mujeres artistas en Bali y en el exterior», declaró Supriyatini.

Las mujeres de Seniwati no piensan únicamente en el presente. En efecto, han creado también una escuela de bellas artes para niñas, de modo que la próxima generación de artistas balinesas pueda prosperar.

Sriasih, que procede de Tebesaya, una aldea balinesa de artistas, es profesora de las jóvenes aspirantes. «Es una reivindicación del arte balinés. Se trata de nuestro patrimonio, e intento mantenerlo», explicó. (FIN/IPS/trad-eng/kd/ccb/da/ego- ff/cr/01

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